Parte 1
"Por mas que se niegue todo es favor por favor"
Addison Pitts
Una semana después...
Luke estaba en la cocina mientras me hablaba de una chica que había visitado el bar donde trabaja.
—Era una chica extraña...
— Luke que parezca extraña no significa que lo sea. — le dije desde el sofá mientras miraba la televisión.
— Lo sé pero... resultó ser interesante. Tuvimos una charla corta pero me dio su número de teléfono.
— Entonces, ¿porque no la llamas? — pregunté inocentemente.
Y recordé que no había hablado con Aaron desde que me fue a buscar a mi oficina. Quería hacerme la difícil y creo que una semana era suficiente tortura, aunque odiara la idea de admitirlo, a mi también me era suficiente tortura.
— No lo sé... creo que lo haré cuando termine de cocinarle a mi hermana preferida. — dijo riéndose desde la cocina mientras picaba los tomates.
Tome mi celular y le envié un mensaje al número que me dio el día en el que fue a mi oficina, ya que me negué a darle el mío.
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Addison:
Hola querido, es hora de tu primer favor.
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Escribí el mensaje y pulsé enviar mordiendo mi labio.
— ¿Escuchaste lo que acabo de decir Addi? — preguntó Luke; ya no podía verlo en la cocina.
— Eh... ¿podrías repetirlo? — sonreí y él me miró minuciosamente desde el refrigerador.
— ¡Aja! Te agarré con las manos en la masa. — apareció frente a mi apuntándome con el dedo índice — ¿Qué estas planeando Addison? A mí no me engañas.
En ese momento mi celular vibró y no pude evitar bajar la vista y leer el mensaje.
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Aaron:
Pensé que nunca lo pedirías.
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Sonreí a la pantalla frente a mí, evadiendo la presencia de mi hermano tecleé mi respuesta.
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Addison:
Nunca trates de pensar por mí. Ahora quiero que traigas tu trasero junto a tu carro favorito. Sin peros y sin preguntas, te espero.
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Luego de teclear el mensaje me levante rápidamente del sofá y me dirigí a las escaleras. Mevolteé y miré a mi hermano con una sonrisa contenida.
— Saldré y llegaré tarde, la noche es joven. Deberías hacer lo mismo. — le guiñe un ojo y corrí escaleras arriba como niña pequeña.
Busque en mi almario y opté por unos jeans ajustados, una camisa negra manga larga con un escote bastante pronunciado y mis botas negras hasta la rodilla, y mi cabello cayendo en cascada por mi espalda. Un poco de rímel, uno que otro toque y listo.
Mi celular sonó, corrí a la cama para ver si era un mensaje de él pidiéndome la dirección de donde vivo, pero al leer el mensaje descubro que no necesitó preguntarme.
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EL Club de Sexo
HumorQuien diría que la vida se basa en momentos rápidos y como viento desaparecen. Momentos que nadie más puede ver más que tú. Momentos tristes y alegres. Momentos de enojo e inseguridad. Esos y muchos más ocupan nuestro corazón y mente. Pero solo en u...