"Nadie conoce mis demonios pero ellos si saben que tu eres mas de lo que esperé"
Addison Pitts
¿Cómo uno puede ser capaz de sobrevivir a tanto?
Quise dejar algo tan simple en el olvido pero parece que todo va en mi contra. Cuando entré en mi despacho lo menos que esperé fue ver la cara de adonis de Aaron.
Para empeorar las cosas es tan seguro de sí mismo que me pidió "terminar con lo que empezó" ¿a que idiota se le ocurre decir eso? Y yo soy tan orgullosa que no puedo hacerle todo tan fácil y opto por "jugar", si supiera que cada favor solo hará que su vida sea más imposible.
Desde la mañana todo ha sido tan diferente que no he de lograr concentrarme bien en los pacientes algo que está muy mal porque me atrasa.
Después de un día tan pesado y extremadamente incitante y caliente, ya estaba tirada en el sofá de tal manera que mis piernas quedaban suspendidas en el aire.
— ¿Addison?
Brevemente escucho mi nombre en la distancia y me pregunto quién puede ser teniendo en cuenta que nadie puede entrar en mi casa, excepto...
Cuando aparece frente a mí, tan alto y rubio como siempre. Mi hermano por otra madre, hace tanto tiempo que no lo veía.
Lo único que podía hacer en aquel momento era abrazarlo fuertemente y apretarlo hasta el cansancio. Quería llorar, necesitaba llorar.
—¡Estas aquí Luke! Dios te extrañé tanto, no tienes ni idea de cuanta falta me haces.
— Ya regresé para cuidarte, tranquila no me iré más. He venido para estar contigo, ¿crees que puedas hospedarme en tu casa por un tiempo? Te prometo que no estaré aquí todo el día sin hacer nada, de hecho tengo un trabajo, no es mucho pero es perfecto para comenzar aquí. — decía mientras yo me aferraba a él como si mi vida dependiera de ello. No nos habíamos visto desde que su madre Leticia nos había separado por no querer estar cerca de nuestro padre.
—¿Qué clase de pregunta es esa Luke? ¡Claro que puedes quedarte aquí! No tienes ni que pensarlo, además no es necesario que trabajes tan rápido puedes descansar yo tengo demasiado y lo sabes. — mi sonrisa se anchaba cada vez que miraba esos ojos azules grises. Él fue y es mi hermano perfecto.
— De acuerdo, luego discutiremos todas esas cosas, ahora dime como está tu vida, estas tan hermosa, sigues siendo una estrella que brilla más que ninguna otra. — su sonrisa era tan radiante que me contagiaba.
— ¿Cómo entraste a la casa? — pregunte frunciendo el ceño.
— Recuerdas que desde el primer día que te mudaste a esta casa, ese mismo día me enviaste una réplica. Desde ese entonces la guarde para un momento sorpresa como este. — sonrió y me apretó más contra su pecho. Mis lágrimas comenzaron a resbalar a caer lentamente.
— ¡Hey! No llores, anda Addi desde que eras pequeña jamás me ha gustado verte llorar. — me despegó de su pecho y con los pulgares me seco las lágrimas.
— Hace tanto tiempo que no me decías Addi — sonreí mirándolo a los ojos — siempre llegas cuando más te necesito. ¿Qué te trajo aquí? — pregunté curiosa.
— Esto — me soltó la cara y de la parte de atrás de su pantalón saco una revista enrollada, entonces me mira a los ojos y la abre — esa mujer tan hermosa que ves ahí—señalo la portada con el dedo—fue lo que me trajo aquí.
— Dios esa revista me ha traído demasiados problemas. — murmuré para mí misma. Pero Luke pareció escúchame.
— ¡Jah! Entonces esa revista esta hechizada por todo aquel que la toca, porque por poco tengo que agarrarme a los puños para que un tipo del bar me la entregara nuevamente. Parecía tan concentrado analizándote que juro que me asuste que te fuera a secuestrar. — rio y su risa me contagio a mí.
ESTÁS LEYENDO
EL Club de Sexo
HumorQuien diría que la vida se basa en momentos rápidos y como viento desaparecen. Momentos que nadie más puede ver más que tú. Momentos tristes y alegres. Momentos de enojo e inseguridad. Esos y muchos más ocupan nuestro corazón y mente. Pero solo en u...