"El pasado no se borra ni tampoco se olvida, solo se oculta."
Luke Pitts
Dias antes...
Miré la llave que colgaba de mi cuello y sentí como el pasado se avecinaba a mi mente.
Me sentía lejos de casa, aunque si estaba en casa, donde mi madre nos trajo luego de nuestra desencajada ida de Nueva york. Mis recuerdos no eran tan nítidos como deseaba que fueran, había espacios vacíos en mi mente que no sabía cómo rellenar, mi madre prohibió el tema de tal manera que ni el nombre de mi padre podía ser mencionado.
Recuerdo como la madre de Addison le gritaba a mi madre y como mi padre trataba de calmarla, claramente esto último no funcionaba.
Addison, estaba debajo de una mesa llorando y tapándose los oídos por tan precipitados gritos, yo, corrí hasta ella e intenté consolarla con mis abrazos. Yo no sabía que pasaba con exactitud, pero ella sí y eso la agobiaba aún más. No pasaron ni diez minutos cuando me arrancaron del abrazo que le profanaba a mi hermana mayor. Las palabras que pronunciaba mi madre eran puras dagas de veneno, pero en aquel entonces no podía comprenderlas en su totalidad.
"Yo me iré de aquí, pero ten en cuenta que nunca más en tu vida lo veras. Acabas de llenar tu sentencia de muerte, olvida que existimos, olvida que tengo un hijo tuyo. Desde hoy perderás sangre de tu sangre."
Desde ese entonces no supe nada de mi hermana ni mucho menos de mi padre. Leticia, mi madre, nos trajo a Michigan, lejos de todo y de todos.
Meses después encontré la dirección de nuestra antigua casa y recuperé comunicación con mi hermana, nuestra relación fue creciendo y tejiéndose con el tiempo, haciéndose cada vez más fuerte y menos vulnerable.
De cartas pasamos a mandarnos emails y de vez en cuando, si a mi me hacia falta dinero o alguna otra cosa ella se encargaba de enviármelo sin que nadie se diera cuenta.
Pero todo eso dejó de suceder y ahí supe que algo andaba mal.
Días después su foto pasaba en los boletines de las noticias junto con el peor encabezado como tema:
"Desaparecida"
Me volví loco al instante, busqué recuperar información de todas partes y nada era suficiente. Los meses continuaban sin detenerse y poco a poco con el paso de ellos la esperanza se iba perdiendo.
Ya las noticias no pasaban su foto anunciando su busca, ya no aparecía nada en los periódicos y la investigación no mostraba ningún progreso según los oficiales...
Fue vista por última vez en un parque, dicen que jugaba alegremente con una flor que había encontrado muy cerca del prado. Su padre no se le veía cerca del área lo que causo que su desaparición fuera mucho más fácil y sencilla. Según contaban los testigos un hombre con solapas y abrigo negro se había acercado a ella, luego como por arte de magia desapareció con la niña. Cuentan que el padre se percató minutos después y ya era demasiado tarde.
Los meses nunca aliviaron mi dolor, y supongo que a mi padre tampoco, pero jamás me atreví a llamarle y reclamarle por lo que había sucedido. Solo me limite a callar y esperar. Como todos.
Cuando me había acostumbrado casi al dolor y a los pensamientos de haberla perdido, la encontraron, en el mismo parque, en la misma postura, con la misma flor. Menos sin ella misma, sin la Addison que todos conocían. Estaba rota, magullada, sucia y lejos de toda la realidad.
Su rostro volvió a aparecer en las noticias, la noticia que había sido más que un borrón ahora corría como pólvora y todo fue felicidad momentánea, pero solo eso.
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EL Club de Sexo
HumorQuien diría que la vida se basa en momentos rápidos y como viento desaparecen. Momentos que nadie más puede ver más que tú. Momentos tristes y alegres. Momentos de enojo e inseguridad. Esos y muchos más ocupan nuestro corazón y mente. Pero solo en u...