Buscando la verdad

Gatos...

Cuando terminé de limpiar la cafetería, me dirigí a la trastienda donde se encontraba Sven, con Nowe a su lado izquierdo. 

-Bridget, hoy Nowe será el encargado de tu aprendizaje, te va a explicar cómo preparar los cafés y las diferentes bebidas.

-Vale.

-Los dejo solos para que TRABAJEN.- Dijo haciendo énfasis en la palabra "trabajen". 

*¿Qué habrá querido decir?*Dudé.

-Ven aquí que te explico.- Aclaró Nowe.

Y así transcurrieron los días. Aprendiendo cosas nuevas. Nowe hacía los días mucho más pasajeros, era agradable pasar tiempo con él.

Por parte, yo hablé con el propietario de la casa que quería comprar. 

SÁBADO POR LA TARDE EN EL PATIO DE MI FUTURA CASA.

-La casa se encuentra en plenas condiciones para su uso inmediato. ¿Le gustaría verla por dentro?

-Sí, por favor.- El vendedor era un hombre de al menos treinta y cinco años. Padre de familia. Piel morena. Muy similar al hombre que había visto en la estación de ómnibus, cuando iba a venir hacia Mitnick. 

*Parece todo muy lejano, ¿Verdad?* Pensé para mis adentros.

Dimos un recorrido completo por la casa. Al llegar nuevamente a la sala de estar, conversamos un poco más.

-Bueno señorita Buchannan, ¿Cuál va a ser su veredicto final?- Preguntó inquisitivo.

-Voy a comprar la casa.- Sentencié.

-Buena elección. La casa cuesta 80.000 dólares. ¿Le gustaría hacer un adelanto? Para evitarse algunos intereses.

-Voy a entregar 20.000.

-Bien. Se aprecia que estuvo ahorrando.- Comentó.

-En realidad, le había comentado a mi jefe, sobre mi idea de buscar un hogar, y me ofreció un adelanto.- Afirmé yo.

-Debe de ser un muy buen hombre.- Supuso él.

-Créame, lo es.

-Solamente tiene que firmar aquí... Y aquí... Y listo. Éstas son las llaves de la casa, y de las diferentes habitaciones. El banco se pondrá en contacto con usted cuanto antes. ¡Hasta luego!

-Adiós.- Me despedí de él acompañándole hasta la puerta. Cuando el hombre se fue, hablé para mi misma.

-Bueno Bridget. Ya puedes pasar tu primera noche en tu propia casa y sin interrupciones.

*Tienes que pedirle a Noah que te ayude a traer tu ropa.*- Respondió mi consciencia.

-Lo haré.- Murmuré entrando a la casa, di un último recorrido antes de cerrar todo nuevamente, y encaminarme al hotel.

-Luke, me voy a mudar.- Dije sonriente.

-¿De veras?- Preguntó él, extrañado.

-Sip, compré una casa no muy lejos de aquí, puedes venir a visitarme cuando quieras.- Le respondí como para que no se sintiera mal.

-Un momento. ¿Cómo que compraste una casa?- Consultó sospechando.

-Eso mismo, compré una casa.- Volví a repetir sus palabras.

-¿Y quién te va a cuidar?

-¿Cómo que quién me va a cuidar?- Repliqué

*¿A que se refiere con eso? Estoy muuuy confundida*

-Olvídalo. ¿Quieres una mascota?- Preguntó cambiando de tema.

-Si.- Ante su pregunta me brillaron los ojos. Yo no quería una mascota, necesitaba una mascota.