No me lo creo

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 -Se está despertando... Hagan silencio.- Ordenó una voz desconocida.

-Me duele...- Fue lo único que logré decir, antes de que todo fuese absorbido por la oscuridad nuevamente.

De repente, experimenté por primera vez, una fuerte sacudida que recorrió cada una de mis vertebras, fue una sensación ardiente y refrescante a la vez, algo nuevo definitivamente. Eso me hizo abrir los ojos de manera brusca, lo cual lamenté, ya que había una intensa luz alumbrándome fuertemente el rostro. 

-Bienvenida Princesa, y futura Reina de Calíope, o mejor decir, esclava mía.- Dijo una voz siniestra, no pude divisar nada por causa de la luz, así que tuve que concentrarme en estar atenta a todo lo que oía y percibía físicamente. 

-¿Qué dem- Traté de sentarme, pero me fue  imposible, ya que tenía una cuerda sujetándome el torso.

-Tranquila chiquita, no te dolerá mucho.

-¿Que no me qué?- En ese momento sentí un fuerte pinchazo en ambos brazos, a la altura del hombro. Del lado izquierdo pude percibir que me inyectaban una sustancia, la cual se sentía muy similar a lo que experimenté minutos antes. Mientras que del lado derecho, me extraían sangre.

-Ves, te dije que no te dolería.- Al parecer, el líquido que me inyectaron comenzó a hacer efecto, pensé que podía ser un sedante, ya que sólo me dejó energía para estar un poco consciente. 

-En este estado nos vas a ser de mucha utilidad.

-¿Para... que... me quieren?- Logré decir con mucho esfuerzo.

-¿Para qué? Que pregunta más absurda, eso es obvio. Te necesito para mejorar mi droga.

Al notar que quiero preguntar más sobre el asunto, el desconocido quita la luz frete a mi rostro para posar una mano sobre mi rostro y lleva un mechón de cabello detrás de mi oreja.

-Oye chiquita, no sé si conoces algún refrán que dice que la curiosidad mató al gato. 

Al mencionar gatos, mi mente recordó automáticamente a Kai y Thai, *Estarán solitos... De verdad que fue una estúpida idea salir sin Clarissa, ¿Por qué no le hice caso?*

-Bueno, creo que nuestra presentación no fue la mejor de todas. Así que lo haremos de nuevo, pero omitiremos la parte en la que tu hablas, ya que tu no puedes hacerlo, ¿Vale?

Por mi parte, hice un leve asentimiento con la cabeza, no quería meterme en más líos de los que ya estaba.

-Muy bien, me presento, mi nombre es Aquiles Brincoo.- Al oír esa frase, yo y los guardaespaldas que se encontraban presentes, hicieron un ademán de reírse, lo que molestó mucho a Brincoo. 

-¿Cómo osan burlarse de mi en mi propia presencia?- Luego de esas palabras, se hizo un silencio abismal.- Bien, eso pensé, hasta que salga del recinto, no quiero que vuele ni siquiera una mosca. ¿Entendido?

-Sí, Señor.- Respondieron todos los presentes al unísono, excepto yo, claro, por estar sedada hasta el límite.

-¿A qué venía? Ah claro, bueno, ya te dije mi nombre y suponiendo que te quedarás aquí hasta... Aproximadamente, el resto de tu vida. Te diré todo sobre mi, de todos modos tendremos que llevarnos bien, vendré aquí a visitarte muy a menudo, así que no estarás tan sola. Cuando supongamos que te has adaptado a tu nueva vida y resignado, dejaremos los sedantes a un lado. 

-Vale.- Respondí yo.

-Tengo 29 años si eso es lo que quieres saber.- Comentó él.

-Si, gracias.

-Te dejaré dormir, de todos modos, tendremos que exprimirte a diario, una buena droga no puede ser la mejor si no tiene la sangre de la princesa.

*Maldita sea, no quiero estar aquí por mucho tiempo, me van a matar.*


CLARISSA

*Maldita sea, Bridget, ¿Por qué saliste corriendo así como así?* 

-¡Hey chicos! Tanto tiempo, ¿Verdad?

-¿Y la Princesa? ¿Qué no iba contigo?- Pregunto Nowe, no me lo ponía fácil sabiendo que le había cogido un gran cariño. 

-Pues, ¿no está con ustedes?- Contesté.

-Como verás, no.- Replicó Sven.

-¿Que pasó con quién?- Chilló Mark.

-Oye cálmate hermano, te va a dar algo.- Dijo Mat a su hermano.

-Tenías un solo trabajo, y era cuidar a mi hermana.- Comentó Noah muy enfadado. -¿No eres capaz de hacer siquiera eso?

Al oír esas palabras tuve unas gana inmensas de echarme a llorar, por una parte, tenía razón fue culpa mía que se fuese, por otro lado, no tiene porqué gritarme de esa forma.

-Oye, yo creo que no estas lista para esto.-Dijeron Thomas y Carl.

-Un momento, ella no puede estar muy lejos, dejemos de hablar y tratemos de encontrarla.- Contradijo Mat, quien se acercó para abrazarme.

-El sabio Mat dice la verdad.- Afirmó Kai.

-Divídanse en parejas.- Ordenó Luke. -Sven y Jake juntos, busquen en exteriores. Nowe y Mark, a la azotea, vigilen todo lo que pasa desde allí, comuníquense ante cualquier cosa fuera de lo normal que vean. Kai, Noah, pasillos y habitaciones. Carl, Thomas y yo evacuaremos el edificio, ustedes los van a registrar y yo vigilo desde los aires. Mat, Clarissa y Thai, a las cámaras y registros, quiero informes de todos los que ingresaron y se fueron a la hora exacta.

-Pero yo quiero ir con ustedes.- Esas palabras salieron de mi boca involuntariamente.

-Ya causaste suficientes problemas, y a demás, serías un retraso.- Comentó ferozmente Noah.

-Ya basta.- Le dijo Thai a Noah, mientras que Mat me empujaba en dirección a la sala de seguridad.

-Lissy, no te preocupes, son cosas que pasan.- Mencionó Mat con mucha tranquilidad.

-Pero no debería haber pasado, se supone que soy la encargada de inteligencia, no tenía por qué.- Y ahí fue cuando me derrumbé, Mat se acercó y me abrazó luego, Thai hizo lo mismo. Cuando me sentí mejor, alejé a los chicos. -Muchas gracias, de verdad, ahora tengo que arreglarlo, ¿Cómo puedo ayudar?- Al parecer mi declaración los sorprendió un poco, pero luego sonrieron y Thai se dirigió a la puerta para vigilar.

-Entonces, espera un momento, voy a acceder a las cámaras de seguridad del edificio, tendrás que ver desde que llegaron los invitados, hasta ahora. Si ves a alguien sospechoso, llámame ¿Entendido?- Mencionó Mat.

-Sí, Señor.- Al decir eso los tres nos reímos

Luego de un rato, oímos el intercomunicador, era Luke.

-¿Hay novedades?

-No, por el momento.- Respondió Mat. Y luego oímos la misma respuesta por parte del resto de nuestros compañeros.

Pasamos otra hora sin percibir nada raro, hasta que vi algo por la pantalla. Eran tres hombres que salían por el ala oeste con algo o mejor dicho alguien, envuelto en sábanas negras.

-Los tenemos. Ven un segundo Thai.- Dijo Mat.

Amplió la imagen e hizo un reconocimiento facial. 

-No me lo creo.- Mencionamos los tres al mismo tiempo.

-Luke, tenemos novedades, ¡Vengan todos ya mismo!- Informó por el intercomunicador Mat.

-Ya era hora, buen trabajo.

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