Sara

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La primera vez que Sara vio a August fue durante el entrenamiento, el chico se veía sudado y su respiración agitada lo hacía lucir muy erótico.

Se alejo apenas sintió que August podría verla ahí observándolo.

Pero la realidad era otra August nisiquiera la tomaba en cuenta el tenía sus ojos puestos en Simón un chico libre que había decidido salir del closet sin importar lo que los demás le decían o hacian.

-Tu no deberías ir con las porristas?- uno de los del equipo comenzó a insultar a Simón.

-Claro si estuviera con ellas estaría en un equipo ganador y no uno que está lleno de perdedores- Simón salió del salon escuchando como todos se burlaban de él chico al que acababa de poner en su lugar.

August adoraba eso de Simón un tipo seguro de si mismo que no se dejaba doblegar.

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Sara estaba en las caballerizas

—Hola— Agust la saludo

—Hola— ahí estaba otra vez haciendo una pequeña reverencia.

Aquello solo encendía un deseo narcisista en August.

—Tu hermano?— Agust busco a Simón con la mirada

—Probablemente este con el príncipe— Sara no le tomo mucha importancia

—Asi que estamos solos?— August also una ceja

—Supongo que si— Sara hablo nerviosa

—Te gustaría dar una vuelta conmigo?— Agust le dió la mano

Sara lo miro estaba realmente confundida y emocionada.

Ambos comenzaron a caminar por las instalaciones.

—Sabes últimamente el príncipe está muy cerca de tu hermano— August comenzó a indagar un poco

—Si, al principio creí que eso solo pasa en las novelas pero ahora no estoy muy segura, no lo sé siento que Simón no debería hacerse de ideas- a Sara le preocupaba su hermano

—Simon necesita a alguien que comprenda su situación y Wilhelm no es el mejor prospecto, sin ofender Sara pero sujetos como Wilhelm solo buscan diversión—August había comenzado aplantar su semilla de la discordia.

—No quiero que mi hermano se ilusione mucho con el príncipe y espero que realmente Wilhelm no quiera hacerle daño— Sara miro a Agust preocupada.

—Tratare de que eso no suceda, por qué te aprecio— August le toco la mejilla con los dedos

Sara se estremeció ante su toque.

Al poco tiempo Sara llegó a su hogar parecía estar tranquilo

—Ya vamos a cenar— Hablo Simón mientras ponía la mesa.

—Simon estuve pensando y creo que Wilhelm no debería venir más— Sara hablo serio

—De que hablas?— Simón estaba confundido

—Te estás ilusionando demasiado con el— Sara observo como el semblante de Simón cambiaba.

—Somos novios Sara el no se atrevería hacerme daño— Sara habrio los ojos enormes en que momento ellos habían decidido ser novios.

Jovenes altezasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora