De vuelta a Hillerska

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—No creo poder decírselo a mi madre— Simón miro el anillo una vez más.

—No tenemos por qué hacerlo ahora — ambos caminaban por el pasillo dejando un rastro de agua.

—aun no puedo creerlo— Simón sonrió

Wilhelm no pudo evitarlo lo sujeto de la cintura para poder pegarlo más a el y así darle un beso en el cabello.

Simón lo miro enamorado, para después darle un beso que comenzó tierno y fue transformándose en algo más intenso.

—Simon...— Wilhelm se sentía muy exitado.

Simón no respondió solo comenzó a deslizar su lengua por el cuello ageno.

Ambos entraron a tropezones a la habitación, mientras trataban de desprenderse de sus ropas.

Whilhem empujó a Simón a la cama sin darle tiempo a reaccionar se subió encima de el besándolo.

Simón estaba embelesado aquella actitud de Wil era diferente y le gustaba.

—Mph— Simón mordió su labio al sentir los agenos en su hombría

Whilhem mantenía separadas las piernas de Simón mientras profundizaba su mamada.

—Ah"!— Simón apretó las sábanas mientras se dejaba llevar por las emociones.

Whilhem estaba encantado con cada fibra de su ser.

—no vayas a venirte aún— Whilhem tomo su polla y la dirigio dentro de Simón.

—Mmm...— Simón sintió como el miembro se había paso dentro de el y no pudo evitar sentir espasmos de placer.

Whilhem apretó con ambas manos su cintura y comenzó a embestirlo.

Simón apretó los brazos ajenos tratando de soltarse un poco del agarre, pero en lugar de conseguir su objetivo solo hacia que Will lo apretara mas.

—Simon te gusta?— pregunto exitado mientras le apresaba los labios

—Si...ahhh..más"!— Simón se abrazo a su espalda mientras le encajaba las uñas.

—Me vengo— Whilhem le gruño en el oído mientras sentía una presión en el vientre bajo y los espasmos del orgasmo.

Simón sintió el semen caliente esparcirse por su entrada al tiempo que el también tenía el orgasmo.

....

—La reina quiere que se reúnan en el comedor— uno de los sirvientes dió el aviso.

Sara y su madre solo se miraron.

Sara seguía sin creer que estuvieran preparando las maletas.

—Vamos a ver qué quiere y nos vamos de aquí— la madre de Simón dejo de hacer la maleta.

Ambas se dirigieron al comedor.

Ya estando ahí Whilhem y Simón mantenían una conversación de lo más trivial.

—Oh, enserio quien fue el que ordenó Panqueques con tocino— Whilhem se burló

—Saben delicioso— Simón le dió un pequeño empujoncito mientras ambos comenzaban a reír.

—Cariño, no deberías preparar la maleta, sabes para que nos necesita la reyna?— su madre los miro a ambos

Jovenes altezasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora