O7: En jaque

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CAPÍTULO SIETE

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CAPÍTULO SIETE

Ubicación: desconocida

—Debemos desinfectar esas heridas, Dany, o ese veneno seguirá comiéndote los sentidos —escucha decir a Irene, ¿o se trata de Inna? Daniela no está en condiciones de acertar la identidad, no mientras cada gemela la sostiene por un brazo y la ayuda a moverse por el almacén abandonado.

Inna e Irene compensan su aura escalofriante con su sentido de lealtad. Aunque son las menos perspicaces dentro de su círculo de confianza, en cuanto a logística, Daniela puede asegurar que la mayoría de sus barbaridades terminan siendo más efectivas que un plan elaborado. Y está en lo cierto, si llevaron un rescate a las medidas drásticas cuando explotaron la pared mohosa que daba hacia el callejón con un lanzagranadas.

En el zarandeo de la detonación, Daniela corrió a trepar por la ventana con los restos de su energía y casi, casi se sintió decepcionada de sus compañeras. No obstante, fue la misma torpeza de las gemelas lo que siempre les concedió el éxito. Daniela había perdido el equilibrio en el marco de la ventana cuando otra granada explotó en la pared adyacente y rodó, cayó con un grito ahogado hasta que dos pares de brazos larguiruchos la atajaron con la gracia de un beisbolista.

—¡Te tenemos! —vocearon con regocijo.

La arrojaron en los asientos traseros de un coche como lo que era en ese momento: un saco de huesos y extremidades flácidos. Se había llevado un coscorrón en la cabeza contra la puerta del otro lado y con eso coronó. A pesar de flotar en los vestigios de su vértigo, vislumbró una mata de pelo rubio asomándose por la ventanilla del techo del automóvil y escuchó el siseo de otra carga del lanzagranadas.

—¡Esa fue por mi hermana!

Su vista nublada ubicó a las gemelas en los asientos delanteros.

—¿Y a dónde planeabas ir, Dany-chan?

—Solo ibas a saltar de allí.

—Como un jaguar, tontita.

Tambaleó en su aturdimiento y también sobre los asientos gracias a la conducción imprudente de la gemela al volante. No dijo nada hasta que los neumáticos rechinaron y su viaje finalizó.

Esos dos traidores ni se dieron cuenta que me había desatado, ella piensa aturdida por la pérdida de sangre y el efecto del supresor. Está peor de lo que esperaba, pero valió la pena el riesgo. Mercouri y Berenice son inteligentes, ya debieron resolver el acertijo. Seguramente corrieron a informarle a los altos mandos de NEXODUS. En cuanto entren en alerta máxima, se distraerán y su gente tendrá la oportunidad de barajar las cartas para su próxima jugada.

—Debemos alejarnos... No es seguro aquí —balbucea Daniela.

—Estamos en un refugio —dicen las rubias a la par.

—Por eso.

La tiran en un catre duro y le gustaría gritarles que sean más cuidadosas. Pero acaban de salvarle el pellejo, y cuando obras por medio de Trojan no es algo que se toma a la ligera. "La causa vale todo". Más que un fundamento, es un convenio. Quien es leal, lo es por decisión, no por compromiso.

Le atienden las heridas con las herramientas disponibles en los gabinetes. Inna en su brazo e Irene en su muslo. Resistiendo el olor ácido de la fórmula supresora, y usando guantes, se intercambian utensilios: vendajes, tijeras, pinzas, alcohol. Ninguna le tiene piedad a su carne desgarrada, hasta sacar las balas y limpiar su sangre mezclada con la toxina viscosa. Aunque es muy tarde para revertir los estragos en su estructura molecular, solo le queda esperar que su organismo antinatural repela por su cuenta cualquier rastro del supresor. Le toca sudar, delirar y convulsionar, pero Daniela está lista para el tormento durante las siguientes horas.







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Les enseño el logotipo de NEXODUS:

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Es sencillo pero pues allí está. Saludos ❤️

GENESIS ² Exterminio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora