O4: Danzando entre las llamas

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CAPÍTULO CUATRO

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CAPÍTULO CUATRO

Ubicación: Isla de Alcatraz, Dunkerque

26 de abril de 2007

—Corriendo análisis general. Sujeto-0131, Proyecto Génesis. Desarrollo finalizado. Único Superior nacido y construido hasta la adultez en su condición alterada. Conclusión: el donante humano permitió su éxito, superando las expectativas iniciales. Los avances fisiológicos y psicológicos son extraordinarios, totalmente acelerados. Regeneración funcional; defecto estético irreversible, pero infalible. Herencia antinatural, radiactividad: sin autorización... para uso oficial.

»Los Superiores más poderosos conservan factores de su genética humana y el crecimiento físico en aquellos que murieron sin alcanzar la plena adultez es una respuesta defensiva de su código antinatural. Asimismo, su longevidad compensa su incapacidad reproductiva, lo cual ratifica su fuerte instinto de preservación y supervivencia.

Sydney Hazard echa la cabeza para atrás mientras la doctora Smith le retira una jeringuilla de su hombro desnudo, para luego realizar las últimas anotaciones en su tabla. La humedad de una ducha reciente oscurece el reluciente y perfecto azul marino de su cabello, cayendo como cascada hasta su cintura desnuda. Cubre su torso curvilíneo con una banda negra alrededor de sus senos redondos, porque su camiseta está descartada en una esquina de su camilla habitual.

—¿Cómo va eso, Hazard?

'Eso' es la última cosa que le impusieron tras volverse un activo de alta utilidad los últimos años para NEXODUS, garantizando la recuperación de su familia adoptiva. 'Eso' fue impregnado en el interior de su muñeca izquierda con la distribución de un código de barras que generalmente se les asignaba a los Superiores desechados en las catacumbas.

Una manera magnífica de marcarla como propiedad.

—Gracias por recordarme —murmura Sydney antes de ver su más reciente adquisición. La barra es pequeña y contrasta con sus resaltantes venas. Había sido doloroso, recuerda con un nudo en el estómago.

Fue escoltada a las catacumbas sin dar explicaciones. La rodearon a una distancia prudente cuando el vigía más cojonudo se había atrevido a tirar de su brazo e introducirlo hasta el codo en una máquina circular. Sydney había tragado un gruñido en el segundo que su carne fue quemada.

Aunque se había salvado de ser otro desperdicio del montón, NEXODUS firmó la verdad en su piel para que nunca olvidara dónde estaría pudriéndose si se negara a su instinto primario.

—Eres la única que lo tiene y sigue viva. Presta atención al significado.

Sydney estira los dedos experimentalmente; nada. Desapareció cualquier rastro de dolor y, en su lugar, obtiene su precio gracias a la indiferencia que encontró en lo más profundo de su ser. Decide terminar allí, poniéndose de pie. Como Deanna está de espaldas, se tambalea con un grito ahogado al girar y encontrarse con la peliazul en toda su altura.

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