Capítulo 14

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- ¿Puedo pasar? - preguntó Manjiro desde el otro lado de la puerta

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- ¿Puedo pasar? - preguntó Manjiro desde el otro lado de la puerta.

- Adelante jefe - respondí dejando de lado mi trabajo para atenderlo.

Manjiro entró a mi oficina y tomó asiento frente a mi.

- ¿Podrías traer más variedad de mujeres de tu país? - me miró a los ojos con esa mirada vacía que tenía él.

- Claro que sí, en cuestión de unos días las tendrás aquí - sonreí para disimular lo difícil que podría volver a conseguir de las mujeres que les gustan a los enfermos de este burdel - ¿Las quieres como siempre?

- Si, como siempre - fue lo último que dijo y salió de mi oficina.

- Mierda... - esto se me haría más complicado que la primera vez para buscar mujeres, ahora las cosas con la mafia Rusa estaban complicadas.

Tomé mi celular y le marqué a mi provedor.

-  Tarásov necesito de las mujeres que te compre la última vez - con los mafiosos Rusos debía hablar en mi idioma natal y eso me facilitaba al momento de las llamadas de este tipo, así nadie se enteraba de nada.

- Volkov ya sabes que la situación aquí está complicada, ahora te saldrán el doble de dinero.

- No me importa, las necesito urgente para esta semana y por favor que se vean como niñas de 12 años, la última vez me enviaste a tres que se veían de 17 años y tuve que rogarle a mi jefe para que no las mate.

- Está bien, veré lo que puedo encontrar, te mandaré lo que debes de pagar y la fecha en la que te llegarán las muchachas.

A veces el mundo de los mafiosos también se complicaba y eso me perjudicaba cuando especialmente cuando la mafia Rusa era la afectada.

Continúe con las finanzas que me faltaban y también pasé a algunos tipos a la lista negra de esta semana que debían dinero, los dejé registrados en digital e imprimí sus datos personales junto a una foto para adjuntarlos en una carpeta para que los Haitani se encarguen de ellos.

Salí de mi oficina con la carpeta en las manos para buscar a los Haitani entre toda la gente que había, no me llevaba con ellos, me daban asco pero solo era entregarles la carpeta y marcharme.

- ¿___? - una voz masculina se escuchó atrás de mi.

- Hola - le sonreí a aquel hombre atractivo con una cicatriz en la cara.

- Disculpa por interrumpir - se veía avergonzado.

- Tranquilo Kakucho, no pasa nada - coloqué mi mano sobre su hombro - Solo busco a los hermanos Haitani para entregarles esto - moví la carpeta en el aire.

- Si quieres te llevo donde se encuentran ellos - Kakucho siempre ha sido muy amable conmigo a pesar de que no hemos coincidido muchas veces en el trabajo.

- Me ayudarías de mucho con eso - lo mire feliz por aquel gesto.

Me guío junto a él mientras hablábamos sobre cosas del trabajo y me hablaba de sus experiencias pasadas en pandillas.

- Ran y Rindou para mi son muy importantes a pesar de lo mierdas que puedan ser como sere humanos, los conozco desde hace muchos años... - Kakucho siempre hablaba muy bien todos los que lo rodeaban, era un ángel y no podía imaginarlo matando a nadie.

Caminábamos por unas habitaciones privadas que tenían los miembros de Bonten, todas tenían el nombre de cada uno en su respectiva habitación.

- Generalmente ellos a esta hora se encuentran en sus habitaciones - dice llegando a la puerta donde salía el nombre de Ran en una placa dorada - Permiso Ran - Kakucho entra a la habitación de Ran y yo lo seguí.

- ¿Que paso? - Ran deja su vaso con alcohol sobre la mesa que tenía en la habitación.

- Ten - le dí la carpeta en sus manos - Es trabajo para tu hermano y para ti.

Ran abrió la carpeta y revisó el contenido atentamente.

- Este tipo vendrá hoy - apuntó la foto de un tipo que había en la carpeta - Dalo por muerto.

- ES UN HIJO DE PUTA, LO ODIO - Rindou azotó la puerta de la habitación de Ran.

- ¿Qué pasó ahora? - preguntó Kakucho.

- Sanzu anda drogado y acaba de matar a la puta que me estaba cogiendo.

Ran y Kakucho soltaron unas carcajadas al oír lo que Rindou dijo.

- No sé para que te molestas si Sanzu siempre que se droga hace ese tipo de cosas - Ran le dio un sorbo a su vaso - Ven Rin, Volkov nos trajo trabajo.

Rindou se acercó a Ran para revisar la carpeta y ambos me dijeron que para mañana el trabajo estaría completado.

- Vamos a buscar a Sanzu antes de que siga haciendo de las suyas - me dijo Kakucho y lo seguí.

Caminamos unos cuantos pasos más hasta llegar a la habitación de Sanzu, él estaba tirado sobre el sofá, su ropa tenía salpicaduras de sangre al igual que su cara.

- Mierda - el celular de Kakucho comenzó a sonar - Debo marcharme, ¿Puedes ocuparte del drogadicto o quieres que llame a Mikey? - me pregunto mientras sacaba su celular del bolsillo.

- Tu ve tranquilo que yo me ocupo - le di una tierna sonrisa antes de que él saliera por la puerta.

Suspiré y caminé hacía Sanzu, toque su rostro sudado y caliente.

Recorrí la habitación en busca de algo para limpiarlo, la habitación era bastante grande a diferencia a la de Ran, probablemente esto tenía que ver con Mikey.

Abrí una puerta y me encontré con el baño, llené la tina de agua a una temperatura adecuada para meter a Sanzu, saqué toallas limpias y dejé todo listo.

Con mucho esfuerzo logré mover a Haruchiyo hasta el baño, tuve que quitarme los tacones para estar más cómoda.

- No sé porque hago esto - dije apenas mientras dejaba cuidadosamente a Sanzu sentado sobre la tapa del inodoro.

- M... - Sanzu trataba de decir algo pero no era capaz.

Lo desvestí y lo metí  a la tina, no era novedad verlo desnudo, conocía perfectamente su cuerpo y su sabor.

Humedeci su rostro para ver si reaccionaba con eso pero solo murmuraba cosas que no se le entendían nada.

Se veía precioso desnudo, su piel blanca y la iluminación que había en el baño me hacían admirar la belleza de Haruchiyo.

- Me...gustas...___ - fueron las tres palabras que salieron de su boca mientras lo bañaba.

Sentí mi estómago apretarse y mi corazón acelerarse por esas palabras, Sanzu estaba drogado y probablemente ni siquiera está consciente en este momento, a pesar de todo me gustó escuchar eso de los labios de Haruchiyo...

The puppy | Sanzu Haruchiyo x tnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora