___ Volkov hija de un ruso mafioso se va a vivir a Japón con su mejor amigo Kokonoi quien le ofreció administrar su brudel, ___ se encuentra con cosas realmente desagradable y decide hacer algo para cambiar eso sin saber el costo que le traerá...
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Un aroma dulce entraba por la habitación, las sábanas del lado derecho estaban frías como de costumbre.
Froté mis ojos y vi que no estaba en mi habitación, vi bajo las sábanas y traía puesta una polera blanca holgada.
- ¿Y ahora donde putas estoy? - musite observando la habitación que estaba ordenada y el lado derecho de la cama estaba completamente ordenado.
No sentía resaca, no sentía ningún efecto extraño en mi cuerpo pero no recordaba nada más que la discusión con Haruchiyo la noche anterior.
- Veo que ya despertaste - el pelirosa entro a la habitación con una bandeja.
Su cabello estaba desordenado y solo vestía una polera negra y bóxers negros.
- ¿Qué pasó? - lo miré a sus ojos.
- ¿No recuerdas nada? - alzó una ceja y acomodó la bandeja en la cama.
- ¿Tu crees que si recordara te lo preguntaría? - respondí molesta - Solo recuerdo que discutimos y nada más.
- Ten - me dio un platito con hot cakes - Anoche estábamos discutiendo y te desmayaste - dio un sorbo a su jugo.
- ¿Como me sacaste? ¿Te vier... - Sanzu no me dejó terminar.
- No ___, te saqué por la puerta trasera - rodó sus ojos - Creo que te bajó la presión, no sé yo no entiendo nada de esas cosas, no soy médico - movía su tenedor por el aire mientras me hablaba.
- Oye relájate, fueron muchas emociones juntas que yo creo que mi cuerpo colapsó - mastiqué un trozo de hot cake.
- Bueno lo que digas, de todas formas yo dormí en el sofá - apuntó la salida de la habitación - Por cierto... - desvió la mirada - tuve que apagar tu celular... Kokonoi te llamaba sin parar.
- MIERDA - había olvidado por completo a Kokonoi - Debe estar preocupado por mi...
- No quiero que tengas contacto con él - demandó Sanzu.
Lo miré seria al notar que me quería controlar.
- Tengo que trabajar y hoy debo recibir a las Rusas nuevas que llegarán, además conseguí cinco Polacas y ninguno de ustedes habla otro idioma aparte del idioma pendejo - exclamé.
- Solo te dije que no quiero que tengas contacto con él, además Mikey me ordenó trabajar más tiempo contigo así que no habrá problema con que esté contigo-
¿Mikey le ordenó eso? Últimamente mi relación con Mikey no ha ido bien pero que le haya ordenado eso a Sanzu que era su perro era sospechoso.
- Bien, entonces te diré el panorama de esta noche - bebí de mi jugo - Vamos a recibir a las prostitutas y luego me acompañaras a eliminar a un estorbo - de solo pensar que hoy sería el último día de la perra de Laila me emocionaba.
Sanzu me llevó de vuelta a la mansión de Kokonoi para sacar mis pertenencias, no quería hablar ni ver a Kokonoi y mucho menos podría soportar vivir con él después de lo que sucedió.
Dejar aquella mansión fue doloroso, después de todo ese fue el primer lugar en el que me alojé apenas llegué a Japón...
Pasar tiempo con Haruchiyo era especial, todo se sentía bien, como si fuera un sueño, me sentía segura, protegida... todo estaba bien a su lado.
- Me gusta este vestido - la voz de Haruchiyo me sacó del mundo en el que estaba.
Giré para mirarlo y estaba con un vestido mío color vino en sus manos.
- ¿Quieres que me lo ponga esta noche? - contesté en un tono sensual.
Una sonrisa se hizo en los labios de Haruchiyo.
- Me encantaría ___ - dejó en vestido sobre la cama.
- Me iré a bañar - al pararme de la cama los brazos de Haruchiyo me atraparon.
Mierda sus brazos bien formados y fuertes que me hacían enloquecer.
- ___ - su voz era tan varonil.
- ¿Que pasa? - respondí indiferente para que él no note como en realidad me pone.
- Me gustas - él estaba tan serio y su mirada no se apartaba de la mía.
Tú también me gustas pero jamás te lo diré.
- Quiero que seas solo para mi, tu y yo podríamos dejar esta vida que llevamos y comenzar de cero - sus brazos hacían presión contra mi cuerpo - Tenemos dinero y podemos irnos a otro país, podemos tener hijos ___, quiero que tu seas la mujer que me de hijos, quiero estar siempre a tu lado - sus palabras eran serias al igual que su mirada.
Sanzu era un hombre intenso en muchos sentidos y eso era algo que me gustaba de él.
- No dejaré el mundo en el que crecí, la mafia es mi vida Haruchiyo - coloqué mis manos en su rostro.
- Entonces seamos los más temidos de Japón, que la gente solo al oír nuestros nombres se aterre - nuestros labios se juntaron de manera fugaz, el beso estaba lleno de pasión y sentimientos, los brazos de Haruchiyo se mantenían en mi cintura.
"Te amo Haruchiyo, te amo pero soy demasiado orgullosa para admitir lo que siento por ti"
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Recibimos a las nuevas prostitutas y los asquerosos de los Haitani fueron los primeros en devorarse a las que se veían más pequeñas, Majiro las examinaba detenidamente y eso me hacía pensar que él estaba sospechando sobre las putas que le traigo de Rusia en realidad son mujeres operadas.
- Iré con las Polacas - le comenté a Kakucho que era el único que estaba quieto a mi lado viendo como el resto de Bonten se divertían con las nuevas prostitutas - Dile a Sanzu que en 8 minutos salimos a hacer el otro trabajo.
Kakucho solo asintió.
Me acerqué a las Polacas y le hablé en su idioma, podíamos hablar de cualquier cosa y nadie se entraría.
- Supongo que ya saben lo que deben de hacer - les comenté.
- Si señorita Volkov - respondió una pelirroja.
- No quiero escuchar ningún tipo de queja sobre ustedes, aquí se hace lo que se les ordene - hice una pausa al ver que una estaba mirando a Sanzu - ¿Sucede algo? - me puse frente a la chica.
- Él es muy sexy - respondió refiriéndose a Sanzu.
- ¿Te gusta? - susurre en su oído y ella asintió con la cabeza.
Le dí una cachetada lo suficientemente fuerte para que caiga al piso, todos voltearon a vernos sin entender nada.
- Él es mi novio - la miraba desde arriba mientras ella estaba tirada en el suelo - Y que les quede claro putas de mierda, él no se mira, no se toca y no se le habla - las prostitutas estaban temblando y asintieron de forma inmediata.
Me alejé de ellas y me acerqué a Takeomi.
- Te las encargo - susurre en su oído y salí por la puerta que estaba ubicada detrás de Takeomi.
