Extra #1

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Era un día particularmente cálido, por lo que Daniel decidió ir a visitar a Leah en su trabajo y sorprenderla en llevarla a comer. Durante el trayecto se preguntó numerosas veces si era algo correcto de hacer, ¿Qué tal si le molestaba? ¿Qué tal si ella no quería que la visitara? Pero se reprimió y pensó que Leah no era como cualquier chica, ella jamás le había prohibido algo y si algo le molestaba se lo decía, por lo que retuvo un suspiro y entró al edificio.

El trabajo de Leah era algo admirado desde la perspectiva de Daniel, sobretodo la forma tan encantadora y brillante que hablaba de este en cada oportunidad que podía; Y es que ella amaba con locura su trabajo, desde que consiguió la pasantía en esa editorial de revistas y luego pudo conseguir una plaza fija se esforzó para hacerlo valer la pena. 

Ahora se encontraba terminando un proyecto que tenía que presentar a final de semana, y se sentía completamente satisfecha por tenerla a punto de culminar para poder llegar a su departamento y quedar con Daniel, debido a las horas que parecían interminables que había dedicado para su elaboración hasta quedar conforme. Pasó el dorso de su mano sobre su frente y sonrió cuando vio el trabajo sobre la mesa, pensando si podría modificar algo más antes de irse.

—¿Terminaste?—Cuando una voz emergió detrás suyo, Leah se giró para encararlo y asintió.

—Pude terminar más temprano de lo que imaginé.

—¿Y te gustaría ir a comer? Pensé que podríamos ir a celebrar que por fin terminaste este proyecto y luego ir a tomar algo.—Cuando sintió la presencia de su compañero de trabajo tan cerca suyo, sonrió un tanto incomoda y caminó al otro lado de la mesa.

—Oh, yo ya tenía planes con alguien más.—Murmuró, y no era una mentira como tal, pero esperaba que Daniel aceptara.

—¿Con quién?—Cuestionó con una ceja arqueada.

—Conmigo.—Cuando una tercera figura se unió a la incómoda situación, Leah se sorprendió al ver a Daniel precipitarse por la puerta con las manos metidas en los bolsillos de una chamarra de cuero que llevaba puesta.

Sonrió un tanto emocionada al no verlo con su característica vestimenta formal y amó la forma en como se veían tan bien con sus prendas informales, dándole una apariencia mucho más juvenil pero sin perder el porte elegante que tanto se le caracterizaba. 

—¡Dandan!—Corrió a su encuentro y envolvió sus brazos alrededor de su cintura, pegando su barbilla en su pecho.—¿Qué haces aquí? 

—Pensaba sorprenderte e invitarte a comer.—Colocó una de sus manos sobre su mejilla y sonrió, pero aún se encontraba un tanto tenso por la tercera presencia. 

—Planeaba llamarte, parece que me has leído la mente.—Una carcajada burbujeó desde su pecho y se separó.—Deja ir por mis cosas y nos vamos, terminé todo por hoy.

Daniel asintió y vio como se alejó por uno de los pasillos de la planta, dejándolo solo con el hombre que le miraba con una ceja arqueada y no paraba de inspeccionarlo. Aclaró su garganta y le envió un leve asentimiento, algo en él no le agradaba en lo absoluto y menos al escuchar como invitaba a Leah, ¿Acaso no sabía que estaba en una relación, o simplemente ignoraba ese hecho? Alejó los pensamientos que solo lo hacían tener un malestar y se sintió extraño por ello, pero prefirió mandarlo como última prioridad en su mente.

—¿Conoces a Lee-bee?—Cuestionó con un cierto tono molesto en su voz. 

Daniel se sorprendió ante el apodo y evitó hacer una mueca.—Sí, desde hace tiempo.

—Ah, pero supongo que no tanto como yo. Tenemos años trabajando juntos y te advierto que ella no está interesada en ninguna relación, por más que seas detallista con ella no lo lograrás, lo digo porque lo he intentado y es un caso difícil pero no pienso rendirme, pero mi consejo para ti es que tú si lo hagas.

Uh

Antes de que pudiera decir algo al respecto, siguió hablando.—Y, amigo, no me lo malinterpretes pero igual no estás en la liga de ella, yo personalmente conozco todos sus gustos y ambiciones y te sorprenderías de todo lo que tenemos en común.

—Pero...

—De hecho, ¿Qué te parece si mejor me das la oportunidad de salir con ella y así te evito a que te rechace? Me lo agradeces después.

Cuando pensó en recalcar la relación que tenían, Leah emergió por el pasillo acomodando su chamarra y el bolso sobre su hombro, sonriendo en cuanto vio a Daniel pero le pareció raro la forma tan tensa que se encontraban sus hombros y la mala mirada que se brindaban él y Will.

—Estoy lista, ¿Nos vamos?—Se detuvo frente a él y tomó de su mano, sacándolo de su pequeño trance.

—¿Y a dónde irán? Puedo acompañarlos.—Will agarro su celular de la mesa y acomodó el abrigo que llevaba, dispuesto a ir.

—Perdón, Will, pero es una cita solo para nosotros... Espero que puedas entiendas.—Leah le ofreció una mirada de pena y jaló a Daniel fuera de la planta, yendo al elevador para bajar y salir de ahí.

Cuando las puertas se cerraron y estuvieron dentro de la cabina en un silencio que se tornó incómodo, Leah decidió averiguar que era lo que había pasado.

—¿Will te molestó?—Aferró el agarre en su mano y pegó su barbilla en su brazo, capturando s atención.

Pero solo se limitó a negar.

—¿Seguro? Él puede ser un poco molesto, por eso odio cuando tenemos que trabajar juntos porque nunca me lo puedo quitar de encima.

—¿Son cercanos?—Cuestionó bajando la mirada y rápidamente Leah negó.

—¡No! Es con quien menos quiero trabajar pero siempre convence a nuestro jefe de que nos empareje, pero realmente no lo soporto y siempre termino haciendo todo por mi cuenta. ¿Qué pasó allá cuando me fui? ¿Te dijo algo?

Asintió pero prefirió soltar la pregunta que lo atormentaba.—¿Nadie de tus compañeros sabe de nuestra relación?

Eso la tomó por sorpresa y entendió a lo que se refería y lo que realmente le molestaba.—Dan, créeme que desde el primer momento que empezamos a salir cambié mi persona a una más extrovertida y no hubo una sola persona que no me cuestionara que era lo que me pasaba por verme tan alegre cada día en que venía a trabajar, ¿Sabes qué fue lo que les dije? Que inicié una relación con el mejor hombre que pude haberme encontrado en el mundo, porque desde que te conocí me haces muy feliz y caí enamorada de ti desde el primer momento, y aquella noche que salimos y pudimos confesarnos no pude que morir de alegría por ser correspondida de la misma manera de lo que yo me sentía por ti. Él y todos saben de nuestra relación pero se empeña en vivir en su propia burbuja, pensé que lo superaría pero parece que no y disculpa por haberte hecho pasar ese mal momento, parecías entusiasmado el día de hoy al llegar.

Asintió al entender sus palabras y soltó aquel suspiro que estaba reteniendo.—No debí sobre pensar las cosas, fue mi culpa.

—Hey, no te culpes. Es normal que lo hayas hecho, tampoco fue como si te hubiera dicho o advertido sobre ese tipo, pero ya pasó, ¿Estamos bien?—Cuando vio una pequeña sonrisa asomarse en la comisura de sus labios, sonrió de vuelta.—Entonces, ¿A dónde tienes planeado llevarme? Muero de hambre y justo pensaba en que al salir llamarte para ver si querías pasar la noche conmigo, ya que estos días casi no nos hemos visto y ahora por fin me desocupe.

—Encontré un nuevo lugar que pienso que te gustará, pensé que podríamos ir ahí.

—Me parece perfecto, vamos entonces.—Lo jaló fuera del ascensor tan rápido como las puertas se abrieron y salieron del edificio totalmente aliviados de alejarse de aquel lugar. 

Ahora solo se dispondrían en disfrutar del día y del fin de semana juntos. 

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