Había estado evitando cualquier contacto con Leah por los siguientes días; Y no era para más, sus murales se levantaron nuevamente y no permitía que nadie se acercara mientras viera el rostro de Megan todos los días yendo al trabajo. Además, se sentía culpable al no atreverse a decirle nada por el simple hecho de tener miedo y que hubiera hecho algo mal al tener a su ex pareja, y quien le afligió tanto daño, trabajando hombro con hombro como si nada.
No conseguía dormir bien, se la pasaba bostezando durante el trabajo y le costaba terminar arreglarse a tiempo para evitar llegar tarde a la empresa, tampoco comía bien por el simple hecho que no tenía apetito y agarraba simple fruta que veía en la cocina y era su merienda durante el día. Rachel no había pasado por alto el cambio tan repentino que tuvo desde la llegada de la nueva empleada y jefa de departamento, pero su relación era estrictamente laboral y no sentía la suficiente confianza para cuestionarlo.
Aquella mañana tenían la primera reunión desde que pudo acoplarse a los nuevos ajustes y acabar con una montaña de papeleo, por lo que se dio la libertad de dejar de posponerla y hacerle frente a su nueva compañera de trabajo.
Y a su mayor demonio atormentándolo tan de cerca.
—Buenos días, me alegra recibirlos a todos en esta mañana para poder presentarles los cambios que presentaré mientras esté trabajando en este lugar. Quiero recalcar que todo esto fue aprobado por su anterior colega y amigo mío, por lo que espero tener una respuesta positiva de su parte y cualquier duda durante la presentación pueden ir haciéndomela llegar.—La voz chillona de Megan fue lo primero que recibió Daniel en cuanto entro a la sala de conferencias y tomó su respectivo lugar.
Su mirada se mantuvo neutra durante la presentación, y aunque tuviera puntos válidos y que pudieran ayudar en el área asignada, no estaba conforme con la persona frente suyo. ¿Las personas cambiaban realmente? Si bien desde que llegó no había hecho ninguna insinuación ni burla por los acontecimientos pasados, era más que él había tomado toda la distancia que pudiera de ella.
Pensó que podía tener la situación controlada, solo necesitaba seguir con la distancia y evitar el contacto visual. Había tenido un carácter fuerte por tanto tiempo, pero se sentía igual de vulnerable frente suyo como si el tiempo no hubiera pasado en lo absoluto.
Cuando las persianas fueron abiertas nuevamente y dio la iluminación adecuada, dio por terminada la presentación. —Espero que les guste mi forma de trabajar, me gusta ser meticulosa y que se entienda a lo que quiero llegar, cualquier cosa la puerta de mi oficina estará abierta todo el tiempo.
Todos salieron con una despedida y Daniel optó por salir junto a los demás, hasta que sintió una mano sobre su codo para retenerlo.
—Esperaba poder hablar contigo, a solas.—Cuando vio a Megan tan cerca suyo y con aquel tono que llegó a conocer desde tiempo atrás solo se limitó a romper el agarre.
—Me temo que no tengo nada por mencionar, y si me disculpas, tengo trabajo por hacer.—Y dicho eso tomó camino a su oficina, pero fue interceptado de nueva manera.
—¡No! Espera, yo quiero hablar contigo seriamente y sé que me estás evitando, ¿O me equivoco?—Cuando envolvió sus dedos sobre su mentón y sonrió con suficiencia, se quedó perplejo sin saber que hacer o que decir.—Me alegra verte tan imponente y varonil con este puesto, me preguntaba que había sido de ti durante este tiempo y de la manera más inesperada nos volvimos a ver, los giros de la vida siempre me sorprenden y me encantan.
Antes de que pudiera responder, Rachel se acercó hasta donde se encontraban, viendo la escena con ojos curiosos y un tanto intrigantes por la posición tan cercana en la que se encontraban pero decidió no cuestionarlo.—Señor, temo interrumpir pero alguien lo está esperando abajo.
—¿Quién?—Se apartó tan rápido como pudo y caminó hasta donde su asistente se encontraba.
—Es la señorita Leah, preguntó por usted y vine a buscarlo, avisó que prefería esperarlo abajo y así hacerle salir de su oficina.—Ofreció una pequeña sonrisa con las últimas palabras y lo acompañó hasta el ascensor.—Comentó que tenía algo importante que decirle.
—Gracias, avísame de cualquier imprevisto que surja.—Murmuró con un tono bajo y espero a que las puertas se cerraran para soltar el aire que retenía.
¿Algo importante por decirle? ¿Acaso sabría sobre Megan trabajando con él? ¿Y si era algo malo? Cerró los ojos y pasó sus manos por su saco tratando de ahuyentar cualquier pensamiento malo, aunque si ella se enojaba con él lo entendería, le había ocultado de aquel dato desde el principio y no sabía como decirle, se reprochó por tomarlo a la ligera pero tenía sus pensamientos tan centrados en como evitarla a toda costa que lo último que pensó era darle aviso.
Cuando las puertas abrieron y caminó a la recepción principal, quedó anonadado con su presencia. Y es que Leah desprendía una belleza tan etérea que en ocasiones se cuestionaba si realmente alguien como ella se había fijado en alguien como él, siendo poseedora de una elegancia que ni las mismas personas refinadas poseían y la delicadeza de su hablar y los gestos que hacía. Podía pasar horas admirándola y no se cansaría de hacerlo, detallaría cada parte de su anotomía con sus dedos pero temía estropearla, por lo que se dedicaba verla a la lejanía mientras se preparaba mentalmente para enfrentarla.
Pero cuando se acercó y ella sintió su presencia, su sonrisa lo dislocó por completo y se detuvo para soltar un suspiro y seguir admirándola a la distancia.
—Buenos días.—Susurró tan pronto como se acercó y depositó un beso sobre su mejilla.—Tenía días sin verte y los mensajes no son suficientes. Pasaba por aquí y quería aprovechar para verte y preguntarte si te interesaba acompañarme a desayunar, y posiblemente conversar un poco y si quieres puedo ayudarte con tu trabajo.
—Oh, yo... No quisiera molestarte con ello.—Se sorprendió ante sus palabras y tragó en seco.
—No es ninguna molestia, simplemente extraño pasar tiempo juntos, y si te ayudo puedes salir temprano y pensaba también que podríamos pasar tiempo en el departamento del otro, podrías venir al mío y te prepararía la comida que tanto te gusta.
—Suena genial, en serio, pero aún tengo una reunión más tardía y no quisiera dejarte en mi oficina totalmente aburrida, mejor hay que posponerlo para otro día.—Trató de sonreír pero lo sintió como una mueca.
Los mismos gestos y expresiones como si se recién se conocieran, y eso no le gustaba a Leah.
—Oh, bueno. Está bien, entonces, pero acepta esto para que puedas comerlos cuando tengas tiempo.—Mostró la pequeña lonchera que tenía entre sus manos y se lo tendió.—Espero que te guste, y mándame mensaje cuando salgas, ¿Si? Me preocupo en las noches cuando no logro saber de ti como ayer.
Y es que, si bien conseguían intercambiar un par de mensajes durante el trabajo, últimamente ya no recibía el aviso de que había llegado bien a casa como antes acostumbraba hacerlo. Pensó que se debía al cansancio y que posiblemente regresara tarde, pero ahora, volviendo a ver sus comportamientos de antes, lo dudaba un poco.
Cuando asintió, se inclinó para volver a depositar un suave beso sobre su mejilla y sonrió. —Entonces nos veremos pronto, no olvides mandarme mensaje.
Daniel vio como se alejó hacia la salida y dejó escapar otro suspiro. Si bien no se sentía correcto actuar distante, no sabía como evitarlo, porque sus gestos y decir sonaban tan sinceros que quería creer en ellos, pero algo en él lo evitaba y se mantenía alerta.
Solo esperaba poder remediarlo antes de que fuera demasiado tarde.
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➶ Girl of my dreams ✓
Kısa HikayeDespués de su última relación fallida, Daniel tiene que luchar con todas sus inseguridades que salen a flote y coloca una barrera para no permitir que nadie se acerque a él, de esa manera evitar salir lastimado nuevamente. ¿Qué pasa cuando en una t...