CAPÍTULO 12: ENTRENAMIENTO

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—Por favor, di que sí... —dijo ella, con ojos brillantes y una expresión de súplica que hizo que Izuku sintiera una oleada de ternura.

Él titubeó, sintiendo que su corazón latía con fuerza.

—E-está b-bien... —finalmente respondió, observando cómo Uraraka daba saltos de alegría, sus mejillas sonrojadas iluminándose con cada movimiento.

—Oye, nunca te pregunté, pero... ¿para qué quieres ser un héroe? —preguntó ella, inclinándose ligeramente hacia él, con una curiosidad genuina.

—Para salvar personas con una sonrisa... —dijo, con una mirada triste en su rostro, recordando los momentos difíciles que había enfrentado—. Justo como lo hacía All Might...

—¿Hacía? Pero si aún es un héroe. —Uraraka frunció el ceño, un poco confundida.

—Oh... —suspiró, sintiendo la pesadez de sus pensamientos—. Supongo que debería descansar, estoy empezando a decir cosas bobas. —Se encogió de hombros, forzando una risa nerviosa—. ¿Y cuál es el tuyo?

—El dinero... —respondió, mordiendo su labio inferior, un poco avergonzada de su motivo de heroína—. Es que... Mis padres trabajan demasiado, y quiero ser heroína para que ellos dejen de trabajar.

Izuku la miró con admiración, sintiendo que su corazón se ablandaba aún más.

—Eso es muy noble. —su voz fue suave, como si tratara de confortarla.

—¿En serio crees eso? —Uraraka levantó las cejas, sorprendida, y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.

—Sí —respondió él, devolviéndole la sonrisa, sintiendo cómo la calidez de la conversación llenaba el aire entre ellos.

—Oye, y con respecto al entrenamiento, ¿cuándo arrancamos? —preguntó Uraraka, con una chispa de emoción en sus ojos.

—Eh... ¿después de la escuela? —respondió Izuku, sintiendo un ligero nerviosismo en su estómago. Su mente ya empezaba a imaginar cómo sería entrenar junto a ella.

—Sí, después de la escuela. —Sonrió, y su entusiasmo hizo que Izuku sonriera también, aunque un poco nervioso.

Más tarde, Izuku llegó a casa, sintiéndose un poco abrumado por el día. Se descalzó al entrar y dejó su mochila en el suelo con un suspiro. Luego de cumplir con sus tareas cotidianas, como ayudar a su madre en la cocina y estudiar un poco, sintió la hora del entrenamiento acercarse.

Con cada repaso de su rutina de piernas en su mente, comenzó a calentar en su habitación, pensando en lo que significaría tener a Uraraka a su lado. La idea le daba un pequeño escalofrío de emoción. Mientras se estiraba, recordó su conversación, cómo ella había compartido sus sueños con él. Con una sonrisa, se centró en su respiración, preparándose para el entrenamiento que no solo le ayudaría a mejorar, sino que también lo acercaría más a ella.

Después de un rato de practicar sus ejercicios, la fatiga empezó a acumularse en sus piernas, y se dejó caer en el suelo, sintiendo la suave alfombra bajo él. Cerró los ojos por un momento, disfrutando de la tranquilidad, pero al mismo tiempo su mente divagaba en pensamientos sobre lo que vendría.

—(En unos días... ocurrirá la USJ... y... necesito estar preparado para... No... no será como la anterior vez...) —pensaba Izuku, mientras se dejaba caer sobre su cama, su mente llena de preocupaciones. Las memorias de su encuentro con Shigaraki lo atormentaban. —(Puede que haya cambios en los eventos... no me puedo fiar de Shigaraki... él, con sus dedos, podría desintegrar a todos...)

De repente, su mente se detuvo en ese momento, el recuerdo de Uraraka resonando en su cabeza. —Deku... voy a morir...

La voz de Uraraka lo golpeó como una ola de frío, recordándole lo vulnerable que era su grupo. Se sentó en el borde de la cama, sus manos temblando levemente mientras consideraba su situación.

REESCRIBIENDO LA HISTORIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora