REESCRIBIENDO LA HISTORIA

CAPÍTULO 4: A REESCRIBIR LA HISTORIA

Un tiempo después, Izuku se encontraba de pie frente a los cadáveres de los villanos, su cuerpo temblando ligeramente, aún envuelto en la neblina de la batalla recién finalizada. Los cuerpos sin vida yacían a su alrededor, un sombrío recordatorio de la lucha que acababa de librar.

—Lo... logré... —susurró, casi en un murmullo, sus ojos cansados recorriendo los rostros inertes. Estaba parado ante la evidencia de su victoria, pero en su corazón había una sombra que no podía ignorar—. Debería estar feliz... Vengué a All Might... a Uraraka... a Kacchan... a todos los portadores... pero...

De repente, la adrenalina de la batalla se desvaneció, dejándolo vacío. Se dejó caer de rodillas, el peso de la realidad aplastándolo. La fría tierra lo recibió con un golpe sordo.

—Debería serlo... —musitó, su voz quebrándose, mientras tocaba su húmeda mejilla. La piel estaba cubierta de sudor, sangre y las lágrimas que había derramado durante la lucha. Una marea de emociones lo abrumó—. ¡¿Por qué me siento tan vacío?! —gritó, su voz resonando en el silencio que lo rodeaba, un eco de su desesperación.

Las lágrimas empezaron a caer, mezclándose con la sangre en su rostro. Izuku se sintió atrapado entre la gloria de haber cumplido su misión y la horrenda realidad de las vidas que había apagado. La victoria no sabía como el triunfo que había imaginado; en su lugar, una sensación de pérdida y soledad lo envolvió, dejándolo preguntándose si realmente había valido la pena.

NARRADOR: IZUKU MIDORIYA.

Las circunstancias de la vida me llevaron a este momento, a este abismo de sufrimiento. Pero, ¿acaso hay un solo capítulo de mi vida que no esté marcado por el dolor? Desde que tengo memoria, el vacío me ha acompañado. Mi padre me abandonó cuando solo tenía cuatro años; un día desapareció sin dejar rastro. Cuán ingenuo era yo, esperando que volviera...

El tiempo se convirtió en un tormento: bullying tras bullying, cada insulto, cada mirada de desprecio, cimentando mi creencia de que era débil e incapaz. Mis verdaderas virtudes, mi capacidad de análisis, mi voluntad de hierro, quedaron sepultadas bajo el peso del desprecio ajeno. Pasaron los años, y la soledad se convirtió en mi única compañera. Tenía 14, 15 años, y ya ni siquiera recuerdo con claridad ese momento en que decidí luchar por ser un héroe. Era un destello de esperanza en un mundo que parecía querer oscurecerme. Pero, justo cuando creí que empezaba a brillar, el destino decidió arrebatarme todo lo que amaba.

Nunca podré alcanzar la felicidad que tanto anhelo. Soy una sombra, un alma atormentada buscando la luz en una cueva cada vez más oscura. Esta búsqueda es un viaje sin sentido, pero quizás esa sea la esencia de mi existencia: la lucha constante entre la luz y la oscuridad. Y así es como me defino: Izuku "Deku" Midoriya, el chico que nunca deja de luchar, a pesar de que la esperanza se desmorona a su alrededor.

—Lamento que tu vida no sea la que realmente deseas —dije, levantando su mirada hacia la mía.

—(Me encantaría poder darte la vida que siempre mereciste, pero no tengo ese tipo de poder. Mis habilidades tienen una regla... El deseo se trabaja)— pensé para mis adentros, sintiendo la carga de mis propias limitaciones.

—¿Quién eres tú? ¿Y qué haces en una zona tan peligrosa? —me replicó el joven héroe, su voz temblando con una mezcla de desconfianza y curiosidad.

—Yo... soy... No sé cómo explicarlo. Solo llámame Sorvi, ¿te parece? —respondí, intentando mantener la calma, mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro—. Sé que es arriesgado estar aquí, pero creo que mereces lo que estoy a punto de ofrecerte.

—¿Qué me vas a dar? —preguntó Deku, su interés palpable, como si un destello de esperanza iluminara su expresión cansada.

—Nací con un quirk realmente especial, yo lo considero así —dije, observando cómo el debilitado Izuku se esforzaba por levantarse frente a mí—. Puedo conceder cualquier deseo que yo quiera o que alguien me pida, siempre y cuando trabaje para ganarlo. Esa es la condición.

Al oír esto, una sonrisa iluminó el rostro del joven de pelo verde.

—¿E-e-en serio? ¿Lo dices en serio? —su voz temblaba, tratando de contener las lágrimas de alegría.

—Sí... el trabajo te lo deberás —respondí, notando su creciente emoción—. Te explicaré cómo funcionará esto. Te regresaré al pasado, más precisamente un día antes del examen de admisión. Tu primer trabajo será entrenar para mejorar esa línea temporal —dije mientras él asentía con fervor—. Y te concederé otro deseo que te ayudará con el primero...

—¡¿Qué?! ¡Dime por favor! —exclamó, la ansiedad marcando su voz.

—El segundo deseo será que tu cuerpo se desarrolle mucho más rápido, para que puedas adaptar el físico y poder que tienes ahora —respondí, sintiendo la tensión en el aire—. Pero, hay un pero... siempre y cuando sigas a tu corazón. Si la primera condición falla, volverás aquí conmigo, y si la segunda no se cumple, tu desarrollo prematuro se cancelará. Te costará mucho más llegar aquí sin perder a tus compañeros. Tú decides...

—¿Cuándo se activará el quirk? —preguntó, su voz llena de expectativa.

—Cómelo —dije, mostrándole un cabello que provenía de mi cuero cabelludo. Izuku, un poco asqueado, lo tomó con cautela.

—Esto es para tu bien, Izuku —se decía a sí mismo, con un nudo en la garganta—. Adiós... —y, con determinación, se tragó el pelo.

Un fuerte sonido insistente resonó al lado de Izuku, quien a duras penas pudo apagar su despertador y salir de la cama. Con el corazón latiendo de emoción y confusión, miró a su alrededor, tratando de asimilar lo que había ocurrido.

—Wow... en serio funcionó —susurró, una sonrisa se dibujó en su rostro—. A no ser que haya sido un sueño... supongo que lo sabré cuando llegue al examen.

Se levantó rápidamente, la energía burbujeando dentro de él. Ya no era el mismo chico desolado de antes; ahora llevaba consigo la esperanza de cambiar su destino.

—Y ahora mismo tendría que limpiar la playa... o terminar de hacerlo... —murmuró, recordando su tarea pendiente.

Con una nueva determinación, se preparó para salir, consciente de que cada acción contaba en este nuevo comienzo.

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la otra parte del episodio anterior.

Actualizado el 02/10/24