CAPÍTULO 18: ERES PERFECTO

1K 88 53
                                    

  Lentamente, un rubio camina hacia el salón, su delgada figura avanzando con paso firme. Al llegar a la puerta, golpeó suavemente y, con voz seria, pidió permiso para entrar.

—Pasa —respondió una voz desde dentro.

De golpe, el rubio desnutrido se transformó, su cuerpo tomó forma musculosa y su presencia dominó la entrada mientras atravesaba el umbral del salón de la Clase 1-A. Los estudiantes, sorprendidos, dejaron de hacer lo que estaban haciendo, todos observando al héroe que acababa de entrar. Sin embargo, All Might dirigió su mirada al fondo de la clase, donde notó a Izuku Midoriya, sentado solo, con una expresión de profundo ensimismamiento. No era que sus compañeros lo marginaran, era él mismo quien parecía apartarse del grupo.

—Permiso... vengo a buscar a la señorita Uraraka —dijo All Might con seriedad, lo que sorprendió a más de uno, especialmente a Ochako, que se levantó de su asiento algo confundida.

—(No usó su frase habitual ni alguna postura ridícula...) —pensó Ochako mientras se ponía de pie, todavía extrañada por el comportamiento del héroe—. Sí, ya voy —añadió, alisando su uniforme antes de salir del salón.

   Ambos entraron en la oficina de All Might, con Ochako notablemente nerviosa. Tanto que, mientras caminaba, notó algo curioso: en uno de los estantes, entre los pocos adornos personales de All Might, había una única figura de acción. Era de Izuku Midoriya, el chico callado de su clase. Esa pequeña observación la hizo sentir más desconcertada y al mismo tiempo preocupada.

—Mire, joven Uraraka —comenzó All Might, con tono más serio de lo habitual—, hay algo que me ha estado preocupando mucho. Es sobre cierta persona... Lo conocí hace casi un año, hace once meses. Lo alenté a seguir sus sueños, pero últimamente lo veo muy deprimido. Hace unos días... —All Might se detuvo por un momento, midiendo sus palabras—. Estuvo teniendo pesadillas. En sus sueños, me veía morir a mí, a usted, a todos los héroes... a todos sus amigos. Y eso lo afectó profundamente.

Ochako abrió los ojos con sorpresa. Aunque había notado que Izuku parecía más ensimismado últimamente, no imaginaba que la situación fuera tan grave.

—Está esforzándose de una manera inhumana para mejorar —continuó All Might—. Lo mantengo entrenando en mi casa, y su dedicación es impresionante, pero también preocupante. A tan corta edad, ya levanta 150 kilos. Pero... creo que está llevando demasiada carga sobre sus hombros. Quiero que se distraiga un poco, que se tome un respiro. Y pensé en ti. ¿Ustedes son amigos, verdad?

Ochako asintió, pero mientras escuchaba, las piezas comenzaron a encajar.

—(Ahora lo entiendo todo...) —pensó mientras apretaba un poco las manos—. (Por eso es que me miraba raro últimamente, por eso tenía esa tristeza en sus ojos... Yo... debo ayudarlo. Así como él me ayudó a mí en su momento).

Respiró hondo antes de responder.

—Sí, él es mi amigo —dijo con decisión, su voz más firme que antes—. Haré lo que pueda por ayudarlo.

Toshinori dejó escapar una sonrisa mientras volvía a su forma de civil, lo que provocó que Ochako diera un pequeño salto del susto al ver la transformación.

—¿Tú... eres All Might? —preguntó asustada, aún tratando de procesar lo que acababa de presenciar.

—Sí —respondió él con calma—. Pero este es mi verdadero yo, joven Uraraka. ¿Podrás guardar este secreto?

Ochako tragó saliva, pero asintió, aunque todavía un poco atónita.

—¿Crees que podrías hacer que el joven Midoriya se abra más hacia los demás? —continuó Toshinori, con un tono más serio—. ¿Puedo confiar en que lo ayudarás a no cargar con todo solo?

REESCRIBIENDO LA HISTORIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora