CAPÍTULO 21: PASANTÍAS

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Todos estaban reunidos en el salón, y había pasado una semana desde el festival deportivo. El ambiente de la clase estaba lleno de murmullos y expectación, ya que las cartas de reclutamiento para las pasantías finalmente habían llegado. La semana de descanso había terminado, y ahora cada uno enfrentaba las consecuencias de sus actuaciones.

—Muy bien, niños —dijo Aizawa desde el frente del salón, con su típica expresión neutral—. En el pizarrón anoté la cantidad de cartas que le llegaron a cada uno... Como pueden ver, Katsuki Bakugou fue el que más recibió, seguido de Shoto Todoroki y Eijiro Kirishima.

Izuku miró el pizarrón, recordando ese mismo momento de su pasado. Aunque esta vez sabía lo que venía, aún sentía un nudo en el estómago.

—(Como la vez anterior... No recibí ninguna solicitud...) —pensó Izuku, fingiendo tristeza. Sus hombros se hundieron ligeramente, pero antes de que pudiera profundizar en su autocompasión, sintió una mano en su hombro. Esa simple acción le generó una sonrisa. Sin embargo, esa sensación se desvaneció rápidamente cuando sintió un repentino ardor en su hombro.

—Como siempre... Te superé, maldito Deku... —susurró Bakugou con una sonrisa satisfecha, cerca de su oído.

Izuku se volteó, sorprendido, pero lo que vio le arrancó una sonrisa genuina: Katsuki estaba flotando, intentando desesperadamente alcanzar el suelo.

—¡OYE! ¡CARA REDONDA! ¡BAJAMEEEE! —gritaba Bakugou, forcejeando en el aire con frustración.

—Tranquilo, Deku, ya no te molestará —dijo Uraraka con una sonrisa traviesa, su mano levantada mientras controlaba la gravedad de Bakugou con su peculiaridad.

—Gracias, Uraraka —respondió Izuku, sintiéndose aliviado mientras veía cómo su amigo flotaba en el aire, luchando contra la situación.

Los demás estudiantes no pudieron evitar reírse al ver a Bakugou en esa situación, mientras Aizawa observaba la escena sin demasiada reacción, aunque no parecía tener intención de intervenir.

—¡¿Por qué no puedo bajar con mis explosiones?! —gritaba Katsuki, frustrado mientras intentaba generar suficiente poder con su Quirk para liberarse.

—Porque desactivé tu Quirk, Bakugou —dijo Aizawa con calma desde el frente de la clase, su mirada seria—. Vi claramente cómo lo usaste en contra de Midoriya.

Bakugou, aún flotando, apretó los dientes, sin poder hacer nada más que seguir intentando en vano bajar.

Mientras tanto, Izuku se acercó al pizarrón para ver cuántas solicitudes había recibido, y justo cuando Katsuki logró bajar al suelo, volvió su atención a él.

—Muy bien, Deku, vamos a ver cuántos... —Uraraka se detuvo al notar que Izuku no tenía ninguna solicitud—. Ouh... —por un momento, su tono se suavizó—. Tranquilo, no saben que eres el más fuerte, de eso no hay duda.

—No me preocupo por eso, a estas alturas... —dijo Izuku, sonriendo ligeramente—. Las agencias no me podrán enseñar mucho.

Uraraka, quien estaba a su lado, parpadeó sorprendida ante la confianza de su compañero. Nunca había escuchado a Izuku hablar así de su propia capacidad. Lo miró con admiración mientras él revisaba el resto de las solicitudes en el pizarrón.

—Yo creo que iré a esta —dijo Uraraka, señalando una agencia con una sonrisa decidida, su energía optimista regresando después de la semana difícil.

—¿Por qué no vienes conmigo? —le propuso Izuku con una sonrisa, mirando a Uraraka—. Podría seguir enseñándote cosas.

La castaña lo pensó por un momento, inclinando ligeramente la cabeza.

REESCRIBIENDO LA HISTORIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora