❝¿De verdad crees que te dejaría?❞
❝Eres mi vida, pero si no quieres permanecer a mi lado, estás en todo tu derecho de alejarte❞
❝Eres un idiota, Sasuke, jamás te dejaré, te amo❞
Aquella niña de cabello negro y largo corrió, se encerró en una habitación cubriendo su boca con ambas manos, el oso de felpa que abrazaba se había humedecido.
Buscaba silenciar sus sollozos, la madera se escuchaba crujir ante el peso de la otra persona en la casa.
—Sal mi niña, no voy a dañarte, solo terminaremos nuestro juego ¿Si?
Ella sabía que le dañaría, estaba cansada, su cuerpo dolía mucho, pero había un área en especial, la sangre escurria de aquel lugar.
Quería morir ahí mismo.
—¿Yuu-chan?
La azabache cerró los ojos con fuerza.
Rezo para morir ahí mismo o ser salvada.
Ninguna se cumplió.
Cuando abrió los ojos pudo ver un tanto cerca de ella, no dudo en tomarlo.
Sus manos no paraban de temblar, sin embargo, para cuando Renzo abrió la puerta, Yuichiro ya no dudaba.
El metal atravesó la carne ajena varias veces, la sangre salpico y el miedo que había guardado por gran tiempo se había vuelto un odio puro, él no alcanzó a reaccionar, el último movimiento que el hombre alcanzó a hacer fue tirar un golpe al aire.
Un golpe seco resonó en la habitación, la tercera aspa del sharingan apareció solo unos segundos para tomar la forma de una flor negra rodeada por el color rojo.
La azabache salió a toda prisa de aquella casa, la lluvia caía sin parar.
No podía permanecer ahí más tiempo.
Apuntó con el tanto su garganta, algo le detuvo, era un hombre alto de cabello blanco y un par de puntos en su frente.
—¿Uchiha Yuichiro?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
