—Ja, deberías ver tu cara. —Llevo ya un buen rato teniendo que aguantarme las risas y burlas de Lymfort. Puta madre. Este es uno de los muy escasos momentos en que prefiero estar con la otra taradita, pero ella también está re cargosa, dándome consejos sobre cómo ser rey. Pará un poco el carro, flaca, no sos ni siquiera una princesa, sos la hija de una diosa.
—Bah, si, callate pelotudo. —Una parte de mí, no quiere aceptar ser el nuevo rey, porque amo estar allá tranquilo en mi parrilla, preparando asaditos para la gente, pero la otra parte, sí quiere aceptar, porque sé que no es fácil lograr algo como ganarse la confianza plena de un rey.
—Felicitaciones por tu logro, Don Parrillero. Nunca creí que lograras algo así. —Je, apareció la trola mayor...digo, la madre de Fre...la pendejita esa. Igual hay algo que me choca un poquito. "Nunca creí", dice. ¿Tanta cara de pelotudo me vio?
—¿Qué me quisiste decir con eso? —Mejor le paro el carro a esta boludita, porque sino seguro me va a seguir bardeando...che, una cosa...tiene algo raro en el cuerpo, y no logro distinguir qué es. ¿Se habrá hecho alguna cirugía. No sé, pero está más cogible que nunca.
—Me refiero a que siempre creí que preferirías quedarte en tu restaurante, tranquilo, llevando la vida que te gusta. Me costaba imaginarte aceptando ser rey. —Ah, menos mal que no fue un ataque bardero.
—Y este castillo tiene muy buenas tetas...teteras. Son de porcelana, ¿no? O algo medio parecido. —Y bueno, obvio que me voy a distraer con lo que predomina en mi vista, soy humano. Concha de su madre, como la cagué. Igual creo que lo disimulé piola.
—¿Teteras? Me pareció escuchar otra cosa. Como sea. ¿Te enteraste de las cosas que obtienes por ser rey? Poder comer todo lo que quieras, decretar cualquier cosa que desees sin impedimentos, o tener tu propio harén real. ¿Quieres que te lleve a conocer estos beneficios? —Me interesa lo del harén...¿eh? No, que me interesa lo del hambre, porque me gusta comer y...lo estoy disimulando como el ojete, ya sé.
La mina caminó delante, guiándome por unos pasillos, creo...bueno no sé bien por donde chota andamos porque estaba muy concentrado mirando el pedazo de orto precioso que tiene esta tremenda yegua. Si alguna vez quiero volver a donde me esté llevando, no voy a tener ni puta idea de para donde ir.
—Llegamos. Esta es la sala harén. Aquí tienes un grupo de chicas a tu servicio para que te diviertas todo lo que quieras. —En cuanto entro, veo a muchas minas, la mayoría estaban en bolas, pero había algunas que tenían solamente una tanguita blanca.
Las chicas empezaron a presentarse.
—Hola, señor. Me llamo Nancy, espero poder serle útil tras su coronación. —Es bastante linda mina. Tiene medio pinta de estadounidense, pelo rubio natural, ojos marrones, estatura promedio, tetas ni muy grandes ni muy chicas, cuerpo atlético, se nota que debe hacer ejercicio o deporte.
—Hola, yo soy Lena. Espero poder contribuir en lo que pueda. —Casi no le entiendo un carajo, por la tonada que tiene, diría que es francesa. Morocha, ojos celestes, medio petiza. Tetas operadas, pero culo natural. Muy delgadita, casi anoréxica.
—Mi nombre es Dahsa. Prometo hacer todo lo posible por lograr que usted se sienta mejor. —Parece rusa por como habla. Rubia natural, bastante alta, debe estar entre el metro noventa y los dos metros...puta que lo parió, se me va a hacer mierda el cuello levantando la cabeza para verla a los ojos. Tetas chiquitas, culo chiquito. Es una de las pocas que está tapada con apenas una tanguita.
![](https://img.wattpad.com/cover/294091382-288-k739161.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Soy un parrillero argentino que se convirtió en rey
HumorContinuación de "Soy un parrillero argentino que llegó a otro mundo". El reino se ha vuelto mundialmente famoso debido al gran restaurante parrilla de Don Parrillero, pero de pronto, el Rey fallece a causa de una enfermedad misteriosa y no posee her...