—¡Ey, mi rey, ¿cómo se encuentra hoy? —Ya apareció el pelotudo de Lymfort, hablando en tono de burla. ¿Qué mierda querrá ahora?
—¿Qué querés? —Así, bien cortante es como hay que tratar a este dragón, porque sino después le das la mano y te termina agarrando el codo, el hombro y hasta los huevos.
—Nada, sólo estoy...como diría usted, boludeando. —Ah, bueno, ese es un buen motivo para andar por el castillo. Me convenció.
—Escuchame antes de que te vayas —Empezó a irse, y lo freno para pedirle un favorcito, por el bien mio—. Los cocineros de este lugar se caen a pedazos, hay que enderezarlos un poco, pero como ahora tengo esta corona chota que ni siquiera es de oro. ¿Podrías encargarte de ellos?
—¿Resumen?
—Que dejés de ser el bufón, pedazo de pelotudo infeliz, pajero de mierda, estúpido con olor a huevo, mas retrasado que una rata que mordió un enchufe con cortocircuito conectado que le da energía a un cargador de pilas para un consolador de treinta centímetros.
—Yo también te quiero.
—¡Ay, que tiernis! Como decía, te pedía que dejes tu puesto de bufón y seas el nuevo jefe de cocina. Para asegurarme que sólamente me den comida de verdad, ya sabes de que hablo, las cosas que preparábamos en mi restaurante, asados, choripanes, empanadas, tortas fritas, milanesas, y mucho fernet.
—Nuevo puesto aceptado, jefe. Hora de corregir a estos cocineros. —Y nada me pone más feliz, que verlo yendo en dirección a la cocina para imponer buen gusto culinario entre esa gente.
Por cierto, Lymfort se fue justo. Ahí apareció la madre de Frei...de Fernanda. Por cierto, está con un vestuario cambiado. Ahora anda con un top rojo, minifalda roja y unas botas cortas negras. ¿Hay alguna bailanta por acá cerca y no me enteré?
—Oh, ¿cómo anda el rey? ¿Cansado por su nuevo trabajo? —Esta hija de...¿por qué me hace esto? Caminando hacia mí de una forma sensual, como si estuviera dispuesta a dejarme el amigo como una calcamonía barata.
—¿Qué querés? —A ver si poniéndole mi mejor cara de orto para un poco de hacer eso.
—Nada, solo venía a saludar y ver cómo lo estabas llevando. ¿Hay algo de malo?
—No, sólo porque me parece extraño que andes con una vestimenta diferente a la usual. Aunque así te ves más linda y mas calientahombres, si me permite decírselo. —Lindo adjetivo le acabo de tirar, ¿eh?
—Oh, gracias por lo de calientahombres. Me gusta mucho ese adjetivo. —Y me tira una sonrisa. Esta mina sabe muy bien lo que le dije. No es ninguna boba.
—De nada. Por cierto, ahora que estás aca. Hay una pregunta que quería hacerte. ¿Te gustaría sumarte a mi harén real? —A la mierda, ni bien terminé de decir eso, la cara de la mina cambió totalmente. Como que ahora está con ganas de darme una buena patada en los huevos.
![](https://img.wattpad.com/cover/294091382-288-k739161.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Soy un parrillero argentino que se convirtió en rey
HumorContinuación de "Soy un parrillero argentino que llegó a otro mundo". El reino se ha vuelto mundialmente famoso debido al gran restaurante parrilla de Don Parrillero, pero de pronto, el Rey fallece a causa de una enfermedad misteriosa y no posee her...