Capítulo 13: Misión aceptada

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Escucho a Fiorella gritar "detrás tuyo", de forma desesperada. Yo decido hacerle caso y pegar media vuelta para terminar de frente a un tipo con túnica negra y una capucha que no le deja ver nada de la cara, sosteniendo un cuchillo. 


En cuanto veo toda esa escena, mis reflejos hacen embocarle una buena patada bien metida en los huevos. El chabón queda tirado en el piso, gritando de dolor. Llega Fiorella corriendo, muy agitada, con el cuerpo todo transpirado...¡ey!, ¿cómo es posible que se le trasluzcan un poco las tetas a través de una pieza de armadura? Lo que sea, no me importa, es una mejora a mi vista. 


—Mi rey, mis ojos están más arriba. —Ahh, la puta madre, me enganchó. 


—Ah, ¿pasa algo con este tipo? —Lo agarro del cogote y lo levanto.


—Ambos...deben morir —dijo el encapuchado entre gemidos de dolor—. Freixla, el nuevo rey...pura escoria...


—¿Y este personaje de dónde salió? —Fiorella le saca la capucha lo más rápido que puede para descubrir quién es el tipo. Me siento en un capítulo del dibujito animado ese del perro gran danés. 


—Lo sabía. El senescal del castillo. Ciertamente, nunca estuviste muy contento con que nombraran a Don Parrillero como el nuevo rey de Pyjanegra. Desde el primer momento te la pasaste regañándolo. Tú querías quedarte con el trono. —A la mierda, pedazo de discursito se mandó esta mina, y todo mientras camina alrededor de ese tipo...y me roza el culo cuando pasa cerca mío. Ja, ja, ja. Me encanta. 


—Pero que sepan que yo no trabajo solo. Me atraparon a mí, pero no harán lo mismo con los demás. Ellos lograrán su objetivo, y además también te matarán a tí, maldita entrometida. —En seguida agarra su cuchillo y se corta su propia garganta. 


—Señora Fiorella, tengo novedades importantes —Apareció una mina que ni conozco, rubia, con vestido blanco. Está buena, parece una modelo como de Rusia, Ucrania, toda esa zona—. Hay una pequeña probabilidad de que el líder de la guardia nocturna pueda salvarse, pero requiero de su ayuda. 


—Oh, mi rey, creo que no te presenté a Lady Santeia. Ella es la hechicera real del castillo, quien utiliza su magia para la protección de este lugar.


—Señora Santeia, un gusto conocerla. —Tiro un guiño de ojos, y en seguida Fiorella se me acerca. 


—Ya sé que es bonita, tiene buen cuerpo y además es simpática, pero en donde se te ocurra ponerle una sola mano encima, afilaré mi espada con tu miembro, ¿de acuerdo? —Puta madre, de repente esta mina me empieza a dar un miedo de la concha de su madre. 


—Lo que usted diga, señora. —De golpe deja de tener esa expresión tenebrosa y vuelve a una cara normalita y sonriente. 


Ella se para justo delante de mí para hablar con la maga esa, y hasta inclina su cuerpo sacando culo. Ja, ¿me parece a mí o está queriendo marcar territorio? 


—Bueno, querías mi ayuda para salvar al líder de la guardia nocturna. Dime qué podemos hacer. —Después de decir eso, se para firme y se cruza de brazos. 

Soy un parrillero argentino que se convirtió en reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora