Capítulo 11: La mesena está servida

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Efectivamente, es él. En cuanto ingresa a la habitación, se recuesta en su cama. Momento perfecto para hacer mi aparición. 


Salgo de debajo de la cama, y me pongo de pie ante la cama, justo frente a él. Obviamente me observa extrañado, pero lentamente comienza a notarse la lujuria en él, al comenzar a realizar unos movimientos sensuales que aprendí durante mis años en aquel burdel. 


Finalmente, me subo a la cama y empiezo a arrastrarme por ella hasta llegar a él y poder besarlo, y aunque me esperaba una reacción un tanto más relajada, no me disgusta que me desvistiera rápidamente y sin preguntar, mientras jadea como un lobo en celo. 


Así como él desvistió mi cuerpo, yo procedo de la misma manera con el suyo. No opone resistencia. Al instante, nos encontramos los dos, mirándonos a los ojos. Mi cuerpo empieza a sentir una lujuria incontenible. Me abrazo a él y cierro los ojos para despejar la mente y eliminar cualquier pensamiento, mientras siento sus manos recorriendo mi espalda y su boca besando mi cuello. 


El se aparta y yo me recuesto en la cama sin quitarle la vista de encima. Él se lanza encima mío, y prácticamente al instante mi cuerpo se estremece de placer al sentir un intenso calor ingresando en mi húmedo interior. 


No puedo pronunciar una sola palabra, porque de mi boca solamente salen gemidos intensos, incontrolables. En los gemidos mas fuertes, mi cuerpo tiembla brevemente, y una sensación de frío repentino, me recorre rápidamente desde la cabeza, hasta cada uno de los dedos de los pies.


Todo eso es acompañado por una sensación electrizante, en mi pecho, abdomen y cintura. Nunca antes sentí algo similar, él tiene algo especial que me hace disfrutar mi cuerpo como nunca. 


Tras un breve rato, todo mi cuerpo se empieza a sentir muy acalorado, mi cuerpo todo envuelvo en sudor y mi corazón agitado, sembrando la semilla de una noche que jamás olvidaré. Ambos caemos sobre la cama, completamente agotados, jadeando fuertemente. 


¿Qué acaba de ocurrir? Fue increíble. Mi mente aún se encuentra en blanco, no logro pensar en nada, por más que lo intente. Mi cerebro no deja de vagar a través de fantasías lujuriosas y recuerdos similares a este. 


Él se me acerca nuevamente. ¿Está en busca de más? Aparentemente, ya que todo lo que hace es colocarme boca arriba e introducirme su miembro mientras me susurra al oído lo mucho que le gusta mi cuerpo. 


Escuchar eso, prácticamente, inunda mi cuerpo por dentro. Tanta cantidad de excitación...tanta cantidad de placer, es insostenible...insoportable...pero me encanta...y quiero más. Sus movimientos ahora son mas vigorosos, lo que aumenta en volumen mis gritos, mientras siento terremotos en mi cuerpo. 


Repentinamente, todas estas sensaciones se detienen instantáneamente. Paran por unos pocos segundos, y regresan. Pero ahora eran mas fuerte. Mis temblores provocaban que se moviera toda la cama, sentía fluir la humedad dentro de mí, y agradezco que estén las ventanas cerradas, puesto que mis gritos hubieran hecho despertar a todo el mundo.


Él se hace a un lado y se recostó en la cama, e intento entablar alguna conversación con él, pero ya se durmió. Así de repente. Ahora, que mi nivel de excitación sexual ha disminuido, y ya no estoy tan alocada, logro pensar en lo escandaloso que sería si alguien descubre lo que pasó esta noche sin ser yo, una integrante de su harén real. 


No falta mucho para que amanezca, ya casi debo de tomar la guardia del castillo. No pude dormir nada. Estaré muy cansada. Me voy rápido a mi habitación, no sin antes volver a vestirme de nuevo con mi pijama. 


Antes de salir, me observo en el espejo. Estoy destruida. Llevo el cabello muy desordenado, mi maquillaje está corrido, aún conservo una respiración muy acelerada, y se me nota en la cara el cansancio. Y no del cansancio de no dormir, sino la fatiga por todo lo que acaba de suceder. 


¡Oh!, nunca antes experimenté un orgasmo tan fuerte...o directamente, creo que nunca experimenté uno antes. Siempre me engañaba a mí misma fingiéndolos...ahora fue muy diferente. 


Mi cuarto está bastante lejos, será mejor que me de prisa. Abro ligeramente la puerta, y no veo a ningún guardia en las cercanías. Puedo salir con tranquilidad, aunque...al dar varios pasos por el castillo, me doy cuenta que no hay un solo guardia en todo el lugar. ¿Dónde están todos? 


Supongo que luego, en el cambio de turnos, me lo dirán. En un pasillo, veo algo que me llama  la atención. Algo negro...


¡Una persona vestida de negro!, encapuchado. Logra verme, pero me ignora y sale corriendo en la dirección contraria a mí. Finalmente lo pierdo entre la oscuridad de la noche y la casi nula iluminación en el castillo. 


No sé, quién sea, pero hay otras cosas que me preocupan ahora mismo, asi que es mejor que siga mi camino. No tardo en llegar a mi habitación. Lo mismo, no vi un solo guardia viniendo hasta aquí. Sin perder más tiempo, procedo a colocarme mi armadura, y prepararme para otro día de servicio. 


Salgo rápidamente de ahí para encontrarme con otros soldados de mi guardia, hablándome muy preocupados. Me llevan hasta un lugar dentro del castillo, que es para reuniones de guardias y caballeros, y lo primero que me encuentro, es al líder de la guardia nocturna tirado en el suelo, ensangrentado. 


Aún tiene vida, es capaz de hablar. Me comentó que un hombre de negro, encapuchado, al cual no se le veía el rostro, atacó a varios guardias. El objetivo era Freixla, querían asesinarla a ella. Me pregunto qué motivos tendrá esa persona para querer asesinar a una semi-diosa. 


Como sea, lo cargo sobre mis hombros. A pesar de ser una chica, tengo bastante fuerza, no te dejes engañar. Lo llevo rápidamente con Lady Santeia. Es la sacerdotisa de la corte. Guía espiritual del gobernante de turno, en este caso, el Rey Parrillero II. Creo que aún nadie se la presentó a él. Ella tiene unos poderes curativos tremendos. Seguro que podrá hacer algo con él. Espero que pueda hacer algo por salvarlo.


Lady Santeia fue una maga de apoyo muy importante dentro del ejército de Pyjanegra. Tanto que fue la única practicante de ese tipo de magia que logró ostentar cargos mayores dentro del ejército, e incluso poseer un título de caballería. 


Los magos de apoyo son practicantes de magia que enfocan sus estudios en hechizos de curación y protección. Se dedican principalmente, a mantener con vida y proteger de daños fuertes, a los soldados. Su trabajo es muy clave para ganar las guerras, pero lastimosamente, no tienen el reconocimiento que merecen. 


Ya llegué hasta ella, estoy frente a ella. Por suerte, sus poderes pueden salvarlo. Puedo respirar, aunque ahora estoy con la incomodidad de que puede suceder otro ataque, y yo, Lady Fiorella de Pyjanegra, puedo ser la próxima víctima. 



Soy un parrillero argentino que se convirtió en reyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora