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CARSON



"Nadie más que tú parece tener sentido en
este caos."

DAVID SANT



¿Conocéis esa sensación de saber que habéis hecho algo que no recordáis haber hecho pero de lo que os sentís terriblemente avergonzados? Bueno, pues así precisamente era como yo me sentía mientras el cerebro me daba volteretas en la cabeza mientras quería arrancarme los ojos para que dejaran de dolerme de una puta vez.

¿Qué clase de desastre era?

«Uno muy patético», me recordó mi conciencia.

—Oh, joder... —gemí llevándome las manos a la cara en vago intento de hacerme desaparecer.

—Que no ha pasado nada, coño —replicó Allie incorporándose en la cama solo con la ropa interior puesta.

Claro, y yo había nacido antes de ayer y no me daba cuenta de que nunca dormía con una tía en la misma cama y no hacía nada. No era que lo dudara, era que me parecía increíble que no hubiera pasado nada entre nosotros, sobre todo teniendo el historial que teníamos Allie y yo.

Anoche solo recordaba haber llegado a la fiesta con Rhys dándome el coñazo sobre un viaje a Dublín que teníamos que hacer para ir a ver a un tatuador que según él era la hostia. Yo ya tenía a mi tatuador de confianza, pero si tanto me daba la vara significaba que fuera quien fuera, sería bueno.

Después de eso no hay recuerdos lúcidos.

Los ojos oscuros de Allie se encontraron con los míos y una sonrisa de superioridad le curvó los labios.

—Si anoche hubiéramos hecho algo, tú no estarías vestido y yo no tendría bragas con las que taparme: solo es que me gusta dormir con poca ropa, y ya que estoy en mi casa, hago lo que me da la gana, ¿sabes? —cercioró sin darle la menor importancia.

¿Estábamos en su casa?

¿Cómo había acabado en casa de Speedy?

Joder, tenía que dejar de beber a niveles tan patéticos. Se me había ido la olla..., demasiado para mi propio gusto. Pero como de costumbre, cuando no sabía como gestionar lo que sentía recurría al método infalible para dejar de pensar.

La idea de que Harper hubiera leído mis pensamientos más íntimos y personales albergaba sobre ella y lo que vivimos me tenía más desquiciado que de costumbre. Una parte de mí esperaba que lo entendiera mientras que la otra quería hacer un agujero en la tierra para esconderme hasta que me muriera.

Me senté y comencé a mesarme el cabello hacia atrás con irritación.

—¿Qué...qué hacemos aquí? Juntos... —farfullé con las sienes palpitantes.

—No dejaste que me fuera —respondió Allie mientras terminaba de ponerse la camiseta—. Anoche lloriqueabas como un nenaza por una tal Harper: estabas para sacarte foto y todo —comentó con una risita divertida.

—Jaja, muy gracioso —me burlé.

—La verdad es que sí: creo que nunca había visto a nadie tan pedo y patético como tu en mi vida. —Se levantó y rebuscó en el suelo hasta dar con unos vaqueros viejos y agujereados que casi no le entraban por el culo—. Ni siquiera a mí cuando el chico que me gustaba me mandó a la mierda.

Incluso fruncir el ceño provocó que la cabeza me doliera como el demonio, pero no pude evitar la curiosidad al apreciar un breve destello de tristeza en su expresión.

BEAUTIFUL LIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora