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Caminaba por los pasillos, apretando fuertemente mi cicatriz, sabía que no serviría de nada pues solo me dolía más, pero por alguna razón lo hacía.

Fue así cuando todos comenzaron a correr fuera en el patio. Frunci el entrecejo y camine en busca de lo que sucedía, todos celebraban, mire a los Weasley, sonreí, habían cumplido la parte de su trato.

Por supuesto que cumplí mi palabra, le había arruinado la vida a Umbridge, después de esto yo debía seguir haciéndolo con los planes de los dos Weasley.

No tarde en reír al notar que el profesor Filius estaba siendo cargado por todos,se les notaba feliz y eso también hacía a mi, mire a Harry que estaba sonriendo, le guiñe el ojo y después mire a Hermione y a Ron.

Fue así cuando sentí que mi respiración se cortaba, todo se volvió borroso, me costaba incluso comprender de vez en cuando lo que decían, caí al suelo, y cerré los ojos al sentir un gran dolor pasar de mi muñeca derecha a mi cabeza.

— Sirius...– dije con el corazón acelerado intentando recomponer mi respiración, esa puerta nuevamente estaba ahí, un arco y humos negros por doquier.

Me levanté de inmediato al ver qué Ron caminaba a mi, negué y corrí a mi habitación.

Pero pronto recordé, baje y subí a la habitación de Harry, busque en su baúl el pequeño cristal, le llame he incluso grite pero no había nadie que respondiera.

Guarde nuevamente el espejo, corrí ahora de nuevo a mi habitación, sabía hacer apariciones, tome mi túnica, que más daba si estaba con el uniforme, camine a paso rápido hacia Hogsmeade.

En realidad tarde en llegar bastante, en cuanto llegue los nervios se hicieron presentes pero debía asegurarme de que todo estuviera bien.

Lo logré, sin embargo era tan idiota que había aparecido una cuadra de distancia, comencé a correr, debía mirar que ningún muggle me estuviera observando y cuando la casa se vió, discretamente le apunte con mi varita abriendo la puerta.

— ¡Sirius! – ahora mismo me importaba una hectárea de bosque prohibido si la vieja gritaba, solo quería que Sirius estuviera bien.

El bajo con rapidez y me aventé para abrazarlo fuertemente.

— Aly...¿No deberías estar en el colegio? – lo abracé más, hundiendo mi cuello en su pecho pues era muy alto para mí.

— Estás bien...– murmuré aún recordando su rostro.

— Por supuesto que sí cariño, ¿Me dirás qué sucede?– dijo apartandome para mirarme mientras acariciaba mi mejilla.

— Los gemelos hicieron una gran broma, expectacular hacia Umbridge pero se fueron, y todo se volvió borroso y entonces estaba en aquella puerta, tu...tu...tu morías, Sirius..

— Estoy bien pequeña, ¿Has venido por eso?

— Si, te llamé por el espejo que me dijiste a Harry pero no respondiste.

— Estaba curando al hipogrifo, se a lastimado una pata.

— Vale, supongo que deberé volver al colegio.

— Si..– dijo un poco decepcionado de que se fuera tan rápido.

Estaba por salir cuando abrieron bruscamente la puerta y me asusté, por lo que retrocedí apuntando con mi varita.

— ¿Alyssa que haces aquí? – pregunto Tonks con duda, sabía que había tenido una mala imagen de mi en vacaciones. Baje la varita y sonríe.

— Creí que Sirius estaba muerto. – dije para estos mirarse entre ellos. — ¿Qué sucede?

Inefable [Hermione Granger] CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora