Prólogo

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El 3 de junio de 2020, Adam Horowitz y Edward Kitsis firmaron con ABC un contrato de renovación para la serie Once Upon a Time. El éxito de la cadena estadounidense habría llegado a su fin el 18 de mayo de 2018, pero gracias al apoyo y las campañas generadas por el fandom de la serie, se decidió llevar a cabo una octava y última temporada. El servicio por suscripción streaming Disney+ compró los derechos de distribución el mismo día y, en cuestión de pocas semanas, todo estuvo listo para comenzar a crear la magia. Adam y Eddy prepararon el set, el equipo, la trama y el guion. Sólo faltaba un pequeño detalle, el reparto.

Reunir al antiguo casting de OUAT después de 2 años iba a ser la tarea más difícil de conseguir para los productores. Cada miembro del elenco había hecho su vida fuera de los estudios de grabación, juntándose únicamente para las convenciones que se hacían anualmente. Los actores habían abandonado Vancouver para regresar a sus hogares con sus respectivas familias y ahora estaban distribuidos por todo el mundo.

Algunos de ellos optaron por volver a sus países de origen, como fue el caso de Rebecca Mader, Sean Maguire o Emilie de Ravin, que regresaron a Reino Unido y Australia, respectivamente. Cada uno con sus correspondientes parejas e hijos. A Robert Carlyle y Colin O'Donoghue se les perdió un poco la pista, sus compañeros de reparto sabían que volvían de vez en cuando a Escocia e Irlanda, pero desconocían si se habían instalado allí de forma más permanente. En cuando a la pareja Dallas-Goodwin, se habían quedado, al igual que Lana Parrilla y la misma Jennifer Morrison, en Los Ángeles. Sin embargo, ninguno se veía habitualmente.

Ese era el problema con el que Adam y Eddy se encontraron a la hora de reunir al equipo, que los propios miembros de este ya no se consideraban un equipo. Habían sido una familia durante mucho tiempo, habían compartido comidas entre risas y habían forjado lazos que no se construyen con cualquier persona del día a la mañana. Muchos consideran que cuando estás constantemente rodeado de las mismas personas, como fue su caso, acabas encariñándote de su compañía, aunque sea simplemente para trabajar. Ese vínculo se rompió junto con las esperanzas de los fans de obtener una octava temporada pero, para suerte de todos, un milagro había remediado esa carencia. Con OUAT de vuelta en marcha era cuestión de tiempo que ese nexo en común volviera a juntar a la gran familia olvidada.

Jennifer Morrison fue la primera en recibir el correo electrónico de sus ex productores de serie. En él explicaban que habían logrado renovar el contrato de la serie y que querían sus servicios para encarnar una vez más a Emma Swan. Se disculpaban con antelación por el repentino retorno a las pantallas de la serie que la había llevado a la fama y mencionaron respetar su decisión de no regresar a la producción, puesto que para la séptima temporada decidió no renovar su contrato. Jennifer se sentó en el sofá de su casa de Los Ángeles, con el portátil en la falda y su perrita acurrucada con ella. Nunca pensó que volver a la serie que tanto la había marcado durante siete años fuera una posibilidad, ya se había despedido de su personaje, había pasado por un luto de meses por Emma Swan y ya lo había superado. Se informó por Internet sobre ese extraño suceso y descubrió que echar de menos a un individuo inexistente, a un personaje ficticio, era más común de lo que creía, sobre todo entre actores que habían representado el mismo papel durante varios años.

Releyó el correo una y otra vez, incapaz de creer lo que estaba ante sus ojos. Once Upon a Time. Temporada 8. Imposible. Sin darse cuenta, una pequeña sonrisa se enarboló entre sus labios. Después de esa serie había estado buscando nuevos proyectos, pero había sido complicado encontrar uno en el que encajara. Ella era muy perfeccionista con sus papeles y no encontraba ningún personaje que estuviera a la altura de Emma. Con esas exigencias sólo logró ser fichada para alguna que otra película.

Sin pensárselo dos veces, llamó a su agente a toda prisa, confirmando su autorización a la propuesta. Lo meditó bastante o, simplemente, fingió pensárselo, ya que autoconvencerse de que no era tan fácil de persuadir la hacía sentirse mejor. Realmente supo que iba a aceptar el trabajo desde el momento en el que leyó las primeras líneas del correo. Su agente hizo los trámites y el papeleo y a Jennifer se le adjudicó día y hora para asistir a las instalaciones de la ABC. La rubia no podía esperar para oír las nuevas ideas de los productores, las razones por las que la serie había sido renovada y, sobre todo, no podía esperar para reencontrarse con sus ex compañeros. Nunca había sido extremadamente afectuosa, ni le cogía cariño a las personas nada más conocerlas, ella era más de las de mejor prevenir que curar. Prefería tantear el terreno, observar desde fuera y luego decidir con qué personas merecía la pena abrirse y con cuales mejor guardar las distancias. Así es cómo le había funcionado siempre, cuando eres actriz conoces a muchas personas, pero cuando acaba el proyecto en el que trabajas a la mayoría no las vuelves a ver. Es por eso que no le gustaba encariñarse de todos, sino escoger bien a los afortunados que podrían disfrutar de su amistad fuera de cámaras. Sin embargo, ese día Jennifer estaba que se subía por las paredes para ver a Ginny, Josh y Colin. Ellos eran con los que más trato había tenido y se moría por abrazarlos y compartir, una vez más, los focos con ellos.

Una semana más tarde, todos los miembros del elenco habían confirmado su participación en la serie y su asistencia a la sesión informativa en las instalaciones. Muchos de ellos tenían otros proyectos entre manos, pero decidieron compaginar ambas grabaciones con tal de poder volver a dar vida a los héroes y villanos que habían interpretado durante siete años. Por mucho que se separaran, por muy lejos que vivieran de Vancouver, había algo que no permitía a ninguno desvincularse por completo de Once Upon a Time. Allí a dónde iban los fans les pedían fotos y autógrafos y les preguntaban por la serie que tanto trataban de olvidar, ignorando por completo sus otros proyectos.

Secretos de rodaje [Morrilla]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora