capitulo 10: Señuelo

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_Pero que interesante.. _se oyó una dulce voz femenina desde una esquina en penumbras_ No creí que fueras tan eficiente!! Ahora dime, sigues tan convencida de que vendrán a Volterra a buscarla..?_ inquirió cautelosa.
¿Cómo? ¿¿Estabamos en Italia?? Agudicé mis sentidos para tratar de reconocer por completo a quien nos hablaba, ya que algo de ella me era muy conocido. Su olor parecía haberlo percibido con anterioridad pero su voz estaba casi segura que nunca la había escuchado. Seguí atenta a cualquier movimiento que hiciera, mientras revisaba cada espacio en mis recuerdos buscando indicios que me ayuden a descifrar que tan en peligro me encontraba.
Dió un paso hacia nosotras y en mi mente predominó el rostro de una pequeña vampira de pelo corto, lacio y de color castaño claro, con ojos enormes y de un rojo furioso.
_Estoy mas que segura,  Jane!_ contestó Tanya a mis espaldas _Los sentí casi pisando mis talones... no tardarán en llegar, te lo aseguro!
Sabía lo que ella era capaz de hacer, como también era consciente de qué cosas podían detenerla. Al parecer, los Vulturis no estaban al corriente de sus planes.
_Saluda, Nessie..!!_ me ordenó Tanya, dándome un empujón que me hizo avanzar un par de pasos.
Yo estaba aterrada, no podía emitir ningún tipo de sonido, me había paralizado por completo y no sabía que hacer.
_Mm.. tanto tiempo sin verte.. ya te echaba de menos!_ musitó Jane con ironía, mirándome fijamente.
De golpe un vehemente dolor regía en cada uno de mis músculos. Era como si algo dentro mío quisiera salir, abriéndose paso por los poros de mi piel. Grité lo mas fuerte que pude pero parecía como si el solo intentarlo, intensificara el sufrimiento.
Caí al suelo, exhausta, luego de unos interminables segundos, sintiendo como corrían inevitablemente mi lágrimas por el rostro, al mismo tiempo que sus risas saturaban la pequeña habitación.
_Sal de aquí y avisame cuando estén por llegar, yo prepararé el escenario.._ le ordenó Jane a Tanya, y esta salió disparada, cerrando una gran puerta de madera oscura a sus espaldas.
La pequeña vampira se arrodillo junto a mi, mirándome inquietantemente.
_¿Qué tanto duele?_ inquirió.
Al principio pensé que se estaba mofando de mí, pero comprendí que hablaba en serio por la forma en que continuaba esperando una respuesta.
_Demasiado.._ dije vacilante_ Creo que mucho más de lo que pensaba..
Levante como pude mi mano derecha y la pose sobre su mejilla, compartiéndole lo que había sentido minutos atrás. Se desasió de golpe, apartándose de mí con los ojos como platos, llenos de incertitud.
_¿Porqué lo haces?? ¿¿Porqué nos odias tanto??
_Los Cullen no me interesan_ contestó luego de un momento en silencio_ Su filosofía pacifista me aburre. Sólo la quiero a ella!_ hizo una mueca mirando al frente_ Es la única que se ha resistido a mi don y... digamos que mi plan es seguir invicta!_ lanzó una sonrisita de suficiencia_ Tanya vino a buscarme, sabía cuánto detesto a Isabella e hicimos un trato.. Pero, que es lo que me estas haciendo, maldita híbrida?_ se puso de pie_ No te conviene usar tus habilidades conmigo..
Y volvió a invadirme una oleada de dolor, aunque esta vez no fue tan intensa como antes.

Me esforcé por abrir mis pesados párpados, recostada en el suelo de mármol, envuelta en una completa oscuridad. Resaltaba frente a mí una ventana cerrada con tablas viejas, ensimismandas como lo hacen en las casas abandonadas, por sus pequeños hilos de luz que traspasaban hacia el interior.
Era de día. Mi salvación. El freno de un posible enfrentamiento entre mis padres y quienes me tenían secuestrada, si aún podía correr con tiempo a favor. Pero mi cuerpo no obedecía mis ordenes. Sentía un agotamiento extremo que me impedía cualquier movimiento, por mucho que lo intentara.
Los murmullos de la gente en el exterior daban vueltas en mi cabeza, así como cada uno de los recuerdos recientes.
Con sumo empeño comencé a arrastrarme hasta la ventana con la idea de que quizás alguien desde afuera pueda escuchar mis gritos de auxilio y se acerque a abrirme la puerta. Nunca había estado en Volterra, pero tenía bien claras las reglas de los vampiros y caminar bajo la luz del día era un lujo que solo yo podía darme.
Me puse de pie pero antes de decir una palabra, me sostuvieron desde mis espaldas, con una mano en la frente y la otra sujetando mis brazos unidos a mi estomago, inmovilizándome por completo, alejándome con rapidez de alli.
_No seas estúpida, niña!! No eches a perder la diversión, ¿quieres?_ Tanya susurró en mi oído.
Sentí como se le tensaron los brazos a mi alrededor y las dos nos resaltamos al ver como se abría de par en par la gran puerta de entrada, iluminándose un poco más el ambiente.
_No te atrevas!!!_ la amenazó mi padre, mientras se quitaba de un tirón el tapado y los accesorios que llevaba para ocultarse del sol.
_Mm.. Aún no has encontrado a quien te gane en las carreras, no es cierto??_ dijo ella con mofa.
_Dejala ir!!_ le ordenó él_ Sabes que no es lo que quieres.. No tienes que hacerlo!
_Basta!!_ dijo seria y empujó un poco mas mi cabeza a ella, estirando mi cuello, pasando su lengua lentamente cerca de mi oreja_ No me provoques!!_ lo amenazó.
Mi padre dió un paso vacilante hacia nosotras, con el rostro lleno de ira y tristeza.
_No es la solución a nada.. Sabes que ninguno de nosotros te quiso herir_musitó, quizás en respuesta a algún pensamiento de la vampira_ Es solo una niña.. déjala.. No te hará sentir mejor luego!!
_Me conoces Edward.. Sabes que puedo hacerlo!!

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