Una pelea con Taylor.

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Pov Poche

Estaba ordenando unos libros en los estantes de madera con la ayuda de una escalera, porque como saben, mi estatura no me es de mucha ayuda. Mientras colocaba uno de los libros no pude evitar sonreír al pensar en lo bien que la pasamos Calle y yo anoche. Sentí mis mejillas arder, negué con mi cabeza mientras sonreía y seguí guardando los libros, pero mi teléfono celular empezó a sonar. Miré la pantalla y me di cuenta que era mi papá, así que decidí contestar rápidamente.

—¡Hola, papi!—Le respondí, coloqué el celular en mi hombro con la ayuda de mi oreja y empecé a bajar despacio de la escalera para evitar cualquier accidente.

—Hija, ¿Cómo estás?—Mi papá me preguntó.

Bien, papi, extrañandolos…¿Ustedes ya regresaron también de su viaje de cuidar a la abuela?—Le pregunté, ya que el tampoco se habían encontrado este tiempo en Bogotá y no nos hemos podido ver.

—Sí, de eso quería hablarte, hija, Vale me dijo que me tienes una sorpresa, supuestamente tu hermana, me cambiaron a mi hija…¿Cómo está eso?

No pude evitar sonreír.

—Pues…tienes que verlo para darte cuenta papá y además hay otra cosita de la cual te quiero hablar.

Le dije pensando en que era tiempo de formalizar mi relación con Calle, ya que esta vez es enserio.

—¿De que se trata?

—No seas curioso padre, sí te digo ya no es sorpresa.

—¿Puedes darme una pista?

Me reí al escuchar a mi papá.

—No puedo papá.

—Bueno, entonces ven el domingo a la casa, así platicamos de lo que sea que me quieras contar y de paso le celebramos el cumpleaños a la tía Gertrudis.

Negué varias veces al escuchar que ahí estará la tía Gertrudis, ya saben. Ella es la típica tía chismosa, que te crítica por todo y siempre pone de ejemplo a sus hijos. No me cae muy bien.

—¿Por qué tiene que estar ella?—Pregunte en tono quejumbroso.

—Poche…¡No empieces!, Ella es tu tía y además es su cumpleaños, haremos una parrillada y vendrá tú primo Marcos y tú prima Sofía. Así que no hay pretexto para que no vengas. Te extraño mi pequeña y quiero verte.

—Esta bien papá, ahí estaré. Pero, ¿Puedo ir con Calle?

—Sí, esa niña me cae muy bien, traela.

—¡Genial!, Bueno papi, te dejo por qué estoy trabajando. ¡Te quiero, bye!

Colgué la llamada con mi papá y camine de nuevo al mostrador. Me ponía muy nerviosa el hecho de que le contaré a mi papá sobre mi relación, aunque…Calle y yo no hemos vuelto de manera oficial, quizá sería bueno tener una cita y que esta vez sea yo la que se lo pida, me encantaría poder tener la experiencia de pedirle que sea mi novia. A mi mente vino el recuerdo de un mirador al que me llevo mi papá a mí y a Vale cuando éramos niñas. La idea de pedirle a Calle que sea mi novia me tenía emocionada y los nervios ya se estaban haciendo presentes en mi. Necesitaré la ayuda de Pau, le pediré que vaya al súper por vino, velas, rosas y quizá algo de fruta. Yo no puedo ir personalmente a comprar porque estoy trabajando y además Calle vendrá por mi hoy y quiero que todo sea sorpresa. Emocionada por mi idea saque mi teléfono y decidí marcarle a Pau para que me ayude.









Pov Calle

—¿Entonces no te fuiste porque Poche logro detener tu vuelo por ir manejando a toda velocidad y además Pau resultó en la delegación por su culpa?—Sebas me preguntó mientras jugábamos tenis en el club.

La Eterna SolteronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora