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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐈𝐈 (𝟏/𝟐)

Los ojos de Kagura se mantuvieron bien abiertos. Mirando un punto especifico de aquel parque. Las personas paseando fuera de su burbuja, yendo, viniendo.
Y ella parada allí.
Tratando de asimilarlo todo.
Oh, su calor corporal comenzaba a subir.
El sonido de los latidos del corazón de Sesshomaru retumbaban en su oído hasta hacerla sonrojar por la sensación tan cálida.

Y lo que habia dicho su compañero había sido lo más cursi que había escuchado en su vida.

Ahora entendía todo.
O al menos creía entender.

─ Tu también me gustas. ─ confesó en ella, sin moverse de aquella posición.

Quería decirlo antes de cualquier cosa y lo había hecho. Podía sentir el nudo formándose en su garganta luego de haber soltado aquellas palabras.

El abrazo en sí era fuerte pero luego de decirlo, Sesshomaru la estrechó entre sus brazos aún más. Podría jurar que si seguían así se quedaría sin aire.

Por otro lado, la mente de Sesshomaru era un completo caos.
Posiblemente ya no pueda volver a ver a esa chica a los ojos luego de esto. Y posiblemente haya arruinado su amistad.
¿Acaso eso que oyó era un "me gustas también" ? ¿O sus oídos lo hicieron oír lo que quería oír?

En algún momento se debían separar para seguir con la el desenlace de aquellas declaraciones. Y ambos por su parte temblaban de miedo. Pero más Sesshomaru.

─ ¿No me vas a decir nada? ─ reclamó Kagura.

Sesshomaru se tomó un respiro antes de responder aquella pregunta, Kagura había decidió mirar al suelo que a él.

─ Supongo que ya te he dicho todo lo que quería decirte.

─ ¿Y nada más? ─ respondió algo molesta. ─ ¡¿Solo eso y ya?! ¡Te he dicho que me gustas, idiota!

─ ¿Lo has hecho? ─ preguntó esperanzado, sus dorados ojos brillaban sutilmente.

─ Estúpido. ─ dijo ella a la vez que, con el mismo ramo que Sesshomaru había comprado golpeó a este en la cara. ─ ¡Quedé como una idiota anoche! ¡No tienes idea de la vergüenza que me has hecho pasar! ¿Por qué? ¿Por qué no me lo dijiste antes? Y eso que ya me había resignado. No sabes lo mucho que me dolió, pensar que, ah, olvídalo. ─ interrumpió sus reclamos, abrazando a su ramo de flores.

─ ¿Pensar qué? Dime. ─ a Sesshomaru le importaba más lo que la chica decía que el pétalo de flor pegada en sus labios. ─ Kagura ¿podrías mirarme a los ojos?

Luego de un minuto o dos de dudar, Kagura miró a Sesshomaru. Lo que ocultaba de él eran un par de gruesas lagrimas que querían salir de sus ojos color rubí.
Por supuesto, al de ojos de miel no le gustó eso. Sintió un pinchazo en el pecho, no se supone que ella llorara menos en esas condiciones ni por su culpa.

No le importaría que lloren todas las personas del mundo, pero no ella. Sacó de sus bolsillos un limpio y blanco pañuelo de tela y lo uso para secar esas lagrimas que ya se habían caído de los ojos de la chica.

─ Lo siento, por favor, no llores. No soy muy bueno con las palabras. Está bien si no me lo quieres decir. ─ dijo cautelosamente.

─ No. No es buena idea que me quede callada. Tenemos que hablarlo.

─  Tienes razón.

─ Quien lo diría. Yo te gusto. Y trajiste estas flores para mi. ─ sentía todo su ser mas liviano ahora, su corazón latía fuerte pero no dolía. Dejando que una sonrisa feliz naciera en su rostro.

Que lo dijera en voz alta lo apenaba mucho, no estaba acostumbrado todavía, pero la sonrisa que tenía ella en ese preciso momento hacia que valiera la pena, totalmente.

A su vista ella luce naturalmente hermosa, sonriendo solo resaltaba su belleza.

Y en el fondo, Sesshomaru no podía evitar sentirse un poco orgulloso por saber que en ese momento, era él el motivo de su sonrisa. Y quería seguir siéndolo.

Ahora estaba más tranquilo, podría tener una oportunidad para ser realmente feliz.