Cada persona tiene su pequeño universo, algunos más grandes que otros. Hay ocasiones en las que la valentía nos impulsa a hacer ese pequeño universo más grande.
A veces tan solo necesitamos un pequeño empujoncito para abrir nuestros horizontes y da...
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En un mundo donde la magia existe, las personas pueden poseer cualquier tipo de magia imaginable, para las personas es un regalo enorme el haber nacido con maná por dentro.
Sin embargo, la magia se divide en tres categorías: magia negra, magia verdadera y magia de contacto.
Cada una es especial por distintas razones, pero con el pasar del tiempo, la opinión sobre cada una fue cambiando. La magia negra era mal vista, aunque hubiera muchos magos especializados en la misma, muchos otros magos veían mal a aquellos poseedores de dicha magia, tachándolos bajo el estigma de que la magia negra solo servía para revivir personas.
La magia verdadera, por el contrario, era la mejor vista a nivel general. Cualquiera que poseyera este tipo de magia era automáticamente visto como un líder nato de su generación. Este tipo de magia, usualmente, crecía en una misma familia y no siempre se presentaba, por eso era tan preciosa.
La magia de contacto, contrario a las otras dos, era más común. Debido a que siempre se necesitaba un medio para conectar con el maná, era más fácil de utilizar y la mayoría de personas podía poseer algún don con este tipo de magia.
Aunque se predicaba en las escuelas sobre la igualdad y se intentaba buscar un ambiente sano y seguro para cualquier joven mago. De todas maneras, muchas personas aún en la actualidad seguían teniendo estereotipos, llegando a transmitirlo a sus propios hijos.
No es que un tipo de magia fuera mejor que el otro, era simplemente el estereotipo que se creó durante mucho tiempo y a día de hoy, sigue ahí presente.
Min Yoongi era uno de aquellos usuarios de magia negra, no recuerda a su familia, no recuerda nada más que su apellido y su nombre. Solo recuerda que desde los seis años había sido abandonado en un orfanato, del cual no salió hasta hace unos meses, justo antes de poder iniciar la universidad.
Durante mucho tiempo intentó investigar de dónde provenía, quienes eran sus padres, si tal vez tenía familia. Pero nada dio resultados, tal vez su apellido no era tan común como otros, pero si había una gran cantidad de personas con el apellido y que repudiaban la magia negra. Tal vez su familia fue una de esas y por eso lo abandonaron.
El color del mana era fácilmente perceptible para los magos, simplemente tocando a la persona y cerrando los ojos, uno podía saber de qué color era el maná que tenían dentro. No siempre obtienes el mismo maná que el de tus padres, a veces simplemente obtienes un mana diferente, que tal vez algún familiar tuvo y que había desaparecido por generaciones hasta ese momento.
Fuera cual fuera la razón, Yoongi durante toda su vida había escuchado los mismos insultos una y otra vez. Todos maldiciendo su existencia, como si fuera un pecado el haber sido concebido. No había tantos usuarios de magia negra, pero no entendía porque de entre todos, solamente él era escogido para ser el blanco de burlas.
Tal vez porque había sido abandonado, tal vez por su cabello negro, tal vez por sus ojos oscuros, o tal vez por su querido grimorio. Eso era lo único que tenía como recuerdo de una familia a la que no recordaba, solamente tenía a ese gran libro para acompañarlo por las solitarias noches o durante aquellos días de lluvia en donde tenía que ocultarse bajo un árbol para evitar a aquellos que gustaban de llenarlo de lodo.
