Cada persona tiene su pequeño universo, algunos más grandes que otros. Hay ocasiones en las que la valentía nos impulsa a hacer ese pequeño universo más grande.
A veces tan solo necesitamos un pequeño empujoncito para abrir nuestros horizontes y da...
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Jimin caminaba hacia su primera clase, todos en la academia estaban divididos dependiendo de sus especialidades y él, pues debía estar con los demás invocadores. En esa área se mezclaban tanto magia negra, magia verdadera y de contacto, no había distinción notable al momento de tomar ese tipo de clases.
Claramente todas las magias parecían ser de invocación, pero había algunas que eran diferentes y necesitaban sus propios campos de investigación.
De cualquier manera, su primera clase sería de contacto. Contrario a lo que se pensara, no era sobre tocar algo, era simplemente hacer contacto con el núcleo de mana en su cuerpo. Era una clase básica, la mayoría la recibe en los primeros años de vida, es para poder hacer más duradera la magia.
Jimin siempre había sobresalido en ese tipo de magia, por alguna razón no le era difícil tener dominio en su maná, podía dejarlo fluir con calma y cortarlo en el momento adecuado, pero necesitaba pasar la materia para poder graduarse.
Al entrar, pudo observar en una esquina a aquel chico que vio el primer día, en ese momento estaba concentrado leyendo un libro y nadie parecía prestarle atención. Quería acercarse, pero temía que el chico lo viera mal, al principio lo veían como alguien normal e incluso alguien con quien podrían coquetear.
Eso se acababa en cuanto notaban el color de su magia, un gris sucio que nadie podía entender. Aunque su capa fuera negro con morado, como la del chico, de todas maneras no sería bien recibido, lo sabía.
Se decantó por sentarse al frente, le gustaba estar al frente porque así podía prestarle atención al profesor o profesora y nadie podría distraerlo.
— Hola a todos, es un placer conocerlos, puedo ver a muchos con gran potencial en este salón – entró una mujer bastante bonita, con apenas arrugas en el rostro pero con unos ojos bastante llamativos – Mi nombre es Lee Hyori, poseo magia verdadera y soy experta en aumentar el flujo de maná
Como demostración, la profesora extendió su mano y mostro el color de su magia, un dorado luminoso que formaba un ojo. Cambiaba de imagen poco a poco hasta que de pronto cerro la mano y la cortó.
— En mi clase van a aprender a hacer esto sin necesidad de concentrarse – explicó – Saldrán de esta universidad con el poder de hacer en un pestañeo
Todos veían atentos a la profesora, está misma hizo levitar varios libros y los poso frente a cada uno de los alumnos. Algunos veían el libro emocionados y otros simplemente como una tortura.
— Como bien saben, cada uno de nosotros tenemos un centro de maná, el cual conocemos como el corazón de nuestra magia – explicó dibujando una persona en el pizarrón y colocando un corazón en el medio – Muchos piensan que la fuerza de la magia se mide dependiendo de qué tan grande es este corazón – señalo – Pero no, eso no es cierto y cada uno puede hacerse más fuerte entrenando como se debe y manteniendo una rutina sana
