7. El cambio

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Volvemos casa. Mi abuela ya está dormida. Lo sé porque las luces de la casa están apagadas. Maya y yo subimos las escaleras cuidadosamente para no despertarla. Aunque un poco de ruido hacemos, ya que las escaleras de esta casa son de madera antigua y algo de ruido siempre hacen. Maya se despide de mí, entro en mi habitación y cierro la puerta cuidadosamente. Maya ha debido de hacer lo mismo, ya que no escucho ningún ruido por su parte.

Dejo mi bolso y mis sandalias en una cómoda al lado de la cama. A continuación, me lavo la cara, me hago un moño medio revuelto y me pongo el pijama para irme a dormir. Caigo rendida en la cama, tengo mucho sueño. Entre el viaje de venida y la salida en barco con los amigos de Aubrey estoy agotada. Cierro mis ojos cansados y una frase me ronda la cabeza.

¿Sabes, intrusa? Hay cosas que son inevitables

¿Intrusa? ¿Por qué? Este chico me va a acabar matando. E inevitable, pero ¿el qué? ¿nosotros? No creo que eso exista, ni aquí ni en cualquier otro universo. Me hago demasiadas preguntas. Me gustaría poder dejarme llevar como Maya ... pero yo no soy así. Soy como una de esas bolas de hilos que les dan a los gatos para que jueguen con ellas. Estoy llena de nudos, de complicaciones y no sé si algún día podré desenredarme.

No me gusta pensar en eso ... Me hace sentirme triste y sola. Por ello cambio de pensamiento a un recuerdo con él ... con Dalton. Recuerdo cómo nuestras miradas estaban conectadas, cómo todo él estaba contraído contra mí ... A MÍ. Recuerdo su perfecto y definido torso. Nuestras caras a milímetros de distancia, la tensión que había era palpable. Y entonces, la fastidio ¿Cómo? Suelto un gemido. Además, sé que él lo notó. Solo cabe recordar cómo sus ojos verdosos claros cambiaron de color a un verde intenso y lleno de lujuria.

Si con un simple roce ha conseguido provocar esa reacción en mí, no me quiero ni imaginar todo lo que podría sentir si hiciéramos otras cosas. Me gustaría sentir su pecho desnudo, o sus labios carnosos estampados contra los míos, o a su voz ronca susurrándome al oído ... Solo de pensarlo ya siento mariposas en el estómago. Una sonrisa tonta se forma en mis labios.

Aunque sea triste esto es lo que va a pasar: nada. Todos son puras fantasías. Yo estoy pillada desde hace tantos años que ya he perdido la cuenta, y para él solo debo de ser un simple reto. Pero quiero dejar claro que tengo una dignidad. No voy a dejar que me use para luego fingir que no existo.

Madre mía, cuantas historias me estoy creando en mi cabeza por una simple caída ... una simple frase. De lo cansada que estoy cierro mis ojos y entro en un profundo sueño. El día ha sido muy largo.

Intrusa ...

Dalton.

Llevo tumbado en la cama quince minutos mirando al techo, con las manos entrelazadas en mi cabeza, pensando y dándole vueltas al día de hoy. Todo iba perfectamente. Me he levantado y he ido a hacer surf todo el día, le he echado el ojo a varias chicas de la playa y me fui a la fiesta en casa de Aubrey. Obligado ... fui obligado. Bueno, Gregory y yo, a la fiesta porque Piero me pidió si podía ir para que no fuera incómodo estar con Aubrey.

Piero lleva tres años detrás de Aubrey, pero nunca se atreve a decirle nada .... Siempre me dice ¿y si ella no siente lo mismo?, ¿y si lo jodo todo? El muy gilipollas no ha estado con ninguna otra chica en los últimos tres años. Babeando por ella, como si fuera el único pez en el mar. Nunca ha mirado a otra, ni se lo ha pensado. Y cuando ve a Aubrey con otros chicos ... noto cómo se apaga. Le duele ...

Por ello, yo tengo una filosofía de vida muy sencilla; pásatelo bien y no te metas en relaciones. Las relaciones son lo que lo jode todo. Bueno, más bien los sentimientos y todas esas mierdas que nos venden las películas de Hollywood. No existe ese "y felices para siempre". Es la mayor tontería que he escuchado en mi vida.

DESENLACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora