9. La charla

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Maya.

Cuando Haz me dijo de venir aquí a pasar el verano, no me hacía mucha gracia. Quiero decir, todos nuestros compañeros de clase se han ido a Monte Carlo a pasar el viaje de fin de curso. Pero sé que Haz no tiene la culpa, sus padres la meten mucha presión por todo desde notas en el instituto hasta organizarle las vacaciones. Yo solo espero que pueda aprender a relajarse, a estar más tranquila, a dejarse llevar.

Sé que hay veces en las que puedo ser un poco directa ... pero la verdad es que creo que Haz necesita eso en una amiga. Si fuéramos las dos como ella no hubiéramos ido a la fiesta que nos invitó Aubrey y no habría vuelto a ver a su pequeño crush de toda la vida.

Además, los amigos de Aubrey ... no están nada mal. Ósea, ¿habéis visto a Gregory y a Leo? ¿Hola? ¿De dónde han salido esos chicos?

Leo es algo seco, muy directo, serio, pero ... puede que sea eso y su mandíbula tan marcada que hace que cualquier chica se vuelva loca por él. Y luego tenemos a Gregory, un chico tan agradable, divertido y con una sonrisa que siempre se dibuja en sus labios. Nos reímos tanto... Y, por último, tenemos a Piero. Se nota a kilómetros que está colado por Aubrey, la mira siempre con esos ojos de dulces que se mueren cada vez que pasa por su lado. No sé si Aubrey lo sabe o si todavía no se ha dado cuenta, pero ... el chico está hasta colado hasta los huesos por ella.

Y de chicas tenemos a Greta y a Ada. Digamos que no les hizo mucha gracia nuestra presencia el otro día. Ambas sienten algo por el chico este ... ¿Cómo se llamaba? ... ahh ... Dalton. Greta es alta, morena, tiene unos ojos grandes marrones, unas curvas impresionantes y el pelo le llega hasta la cadera. Tiene la cara redonda, es perfecta ... Ni una sola imperfección. Su nariz, sus labios, ojos, cejas ... TODO.

Y Ada es algo más baja que Greta, tiene la cara más alargada, con los ojos claros y unos labios finos. Pero, al igual que Greta, tiene unas piernas largas, y su cuerpo tampoco tiene ninguna imperfección. A ver, que yo no me quejo de mi cuerpo, lo quiero tal y como es. Pero estas chicas parece que han salido de un anuncio de Dior.

Una de las cosas que más miedo me daba de este viaje era que no le fuera caer bien a la abuela de Hazel. Es que puedo ser muy directa .... Y quizá eso no le gustaría. Pero ahora puedo decir que amo a esta señora. No sé, tiene algo... Quizá sea el aura que transmite ...

Haz se ha ido al mercado a comprar los ingredientes para la comida de hoy, pero se ha ido a las diez y ya es la una. No sé, ni que estuviera comprando todo un supermercado. La abu Annie y yo estamos recogiendo un poco. Esta mujer está en plena forma, yo no sé porque los padres de Haz nos dijeron que había que ayudarla. Ella limpia, cocina, pinta y podría seguir... Vamos, yo diría que está en mejor forma física que yo, incluso. Aunque sí que es cierto que una ayuda nunca viene mal, y por algo en la que la ayudemos como limpiar o hacerle la comida ya le quitamos un gran peso de encima. Así, se puede pasar los días pintando o escribiendo. Al fin y al cabo, cuando una persona se jubila, lo que quiere es dedicarse lo que le queda de vida haciendo lo que más le gusta ¿no?

- ¿Me puedes pasar ese cojín, Maya? – pregunta Abu Annie mientras me estira la mano.

- Sí, sí, tome – se lo acerco con una sonrisa en mi cara

- ¡Cuántas veces te he dicho que no me trates de usted! – dice mientras acomoda el cojín en el sofá – ¡Que me haces sentir mayor!

- Vale, vale, perdona... – me disculpo con cara de inocente mientras pongo las manos en alto

En menos de un segundo caemos las dos rendidas en el sofá. Es que llevamos desde las diez limpiando, la casa está como los chorros del oro ...

- Ya no toca limpiar hasta la semana que viene – afirma Abu Annie mientras se acerca a coger un libro de la mesilla que tenía a su derecha.

DESENLACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora