Mi mirada se queda fija en las personas que se encuentran en la puerta de mi casa, llamando. Sé quiénes son por el tono de voz que tiene la mujer al decir mi nombre, esperando que abra la puerta. Mis llaves se caen, llamando su atención.
Mi alma abandona mi cuerpo, cuando los ojos de aquella mujer se conectan con los míos, y el sentimiento de culpa que estos me trasmiten me molesta. Sigo sin poder reaccionar cuando ella, Leyla, da apenas dos pasos hacia a mi, pero yo retrocedo con miedo.
Todo se vuelve peor cuando me doy cuenta de la pequeña personita que se encuentra a su lado, y los sentimientos que me abordaron aquella noche vuelven con fuerza.
La noche que me violaron.
Por culpa de mi...madre.
Las mismas emociones que tuve ese día también vuelven a mi. El día que me enteré que estaba embarazada de mi violador.
El sentimiento que tuve cuando decidí abortar.
El sentimiento que tuve cuando vi la tristeza en los ojos de Leyla por no poder tener hijos.
El sentimiento que tuve cuando decidí tenerlo para dárselo en adopción, y ella sintiera la felicidad que yo no sentía.
El sentimiento que tuve cuando vi como lo amo desde el primer instante en el que lo tuvo en sus brazos, aunque no fuera suyo.
Todo eso regresó a mi al verlo, ahí parado viéndome con timidez. Y al ver el gran parecido que le tenía a mi padre, me hizo temblar.
—¿Mami? —susurra dando dos pasos en mi dirección.
Esa palabra me hizo reaccionar.
—¡No! —grite—, no soy tu madre, así que no me vuelvas a llamar así —advertí.
—Kaylee, por favor —la observó con furia.
—¡Te pedí que desaparecieras de mi vida! -le reclamó—. ¡Era lo único que te pedía, y no lo cumpliste!
Ella tartamudea sin saber que decir.
—El quería conocerte entiende —la calma con la que habla me desespera.
—¡¿Y por qué le dijiste?! —grite—. No tenía por qué saberlo —susurro lo último.
Ella se acerca al hombre que la acompaña para decirle algo en voz baja. El tipo se agacha a la altura del niño quien tiene un puchero en los labios para decirle algo y después alejarse de nosotras.
—Nunca fue mi intención volver, sé cuánto te duele verlo y lo que debes de sentir pero el me escucho hablando de ti y se enteró. Tuve que hacerlo, Kayleee —dice con desesperación.
—No, tu no sabes lo que estoy sintiendo en este momento, no me vengas con esas mierdas —escupo—. ¿Qué es lo que quieres para dejarme en paz? ¿Dinero? Puedo conseguirlo, pero vete y no vuelvas, por favor
Ella da un paso atrás sorprendida por mis palabras.
—No, no, yo no quiero eso y lo siento si estoy lastimándote al volver pero lo hago por el.
Mis ojos se humedecen por las lágrimas que estoy conteniendo en este momento.
—Si lo haces por el, entonces llévalo lejos de mi —suplico—, no soy la de antes, Leyla. No soy buena para el.
—No puedo romper su corazón de esa manera.
—Hazlo ahora antes que sea demasiado tarde.
—¿Por qué? —pregunta desconcertada—, ¿Por qué no lo quieres cerca? Es un buen niño, te lo asegu...
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El último suspiró.
Novela JuvenilKaylee Wilson es una chica a la que le gusta divertirse a la grande, en su vida siempre habrá. Sexo, drogas y alcohol. Para ella el amor no existe, pues nunca se a enamorado y jamás lo hará, según ella. Pero ¿Qué pasara cuando el pasado vuelva a su...