•°|~Au Manny and chef ~|°•

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Parte 4

¿SÍNTOMAS?

¿Desde cuando el mar se veía tan bien?, ese brillo que se extendía en todo el manto, junto a las aves que cantaban al pasar al lado del muelle ¿Desde cuándo no se detenía a ver tal hermosura?

Él eligió ser capitán por ese mismo paisaje que lo sujeto, lo enamoro y encantó hasta derretirlo, amaba el mar, pero desde hace ya tiempos que no lo veía con esos ojos, sin embargo ahora sentía sus susurros y como el brillo lo deslumbraba.

¿Qué cambió ahora? ¿Porqué se encontraba de nuevo observando ese claro que siempre veía al trabajar?

—tierra llamando a Erick— un golpe en el brazo lo hizo voltear molesto —¿Estás enamorado o te golpearon tan fuerte que tienes secuelas?— dijo serio su amigo y compañero, Alek.

—no hables tonterías— se sobó el brazo que golpeó y volvió a ver el mar —¿Desde cuando el celeste del mar se volvió tan agradable?—

Su compañero bufó en desaprobación —dejate de hacerte el poeta, vamos a salir— lo dejo solo.

No le prestó tanta atención, Alek siempre fue así de frío y rudo, a veces culpaba a su tierra de origen por su actitud, aún no entendía como se hicieron buenos amigos.

Pero tenía razón, tenía que dejar de pensar que esas cosas y concentrarse en su trabajo. Camino hacia el barco y saludo a todos con una sonrisa, siendo el encantador de siempre, el que a todos cae bien, sin embargo, muchos amigos cercanos del trabajo notaron que este encantador, estaba en las nubes.

[...]

¿Que más quería en ese momento? Raramente, deseaba poder estar en casa ¿Que estarían haciendo?

Cogió su teléfono de la cama y llamó, solo fue un pitido para rápidamente escuchar una voz, el de Miguel, ¿Debía darle un punto por sonar tan bien por teléfono? Sí, pero no en voz alta.

La conversación fue la más normal, como casi todas las llamadas noches atrás, pregunto por el niño y cómo estaba.

Hasta que le hizo una pregunta inusual.

¿Cómo te fue hoy?

Desde ese instante, lo que sería una conversación de unos pocos minutos, se convirtió en una de 2h y daba para más, entre pequeñas bromas, conversaciones profundas y otras algo tontas, se acompañaba mutuamente.

—sigo repitiendo, el simple hecho que a Noha le den dulces y tarjetas seguido es un poco alarmante— se escuchó una risa de la otra línea.

—ya se van a cansar, son niños, además, a mi también me pasaba eso y mírame, estoy bien— tomaba un poco de café en la silla de la cocina.

—es lo que más me preocupa— bromeó.

—aun soy tu jefe, recuerda— fingió seriedad

—un jefe muuuuy engreído~—

Iba a hacer un remate, hasta que tocaron la puerta; le dijo que volvería, solo despacharía a la persona que no sea de importancia, pero Miguel dijo que ya era hora de dormir, que mañana u otro día hablaban. Finalizando la llamada 

Erick bufó un poco, para abrir la puerta.

En el instante que lo abrió sintió un abrazo en su cintura; ya sabía quién era y no tenía ganas de tener que atender a alguien, ya había gastado todas sus últimas fuerzas con Miguel, pero no sé arrepentía.

Aunque la chica se mostraba vacilante y coqueta, hasta le dijo que no tenía que hacerlo lo de todas las noches, que si estaba cansado podía solo conversar y dormir juntos, pero él no quería mantener su lado encantador, que sabe muy bien que las mujeres como ella se acercaban a él, y no mentiría tampoco, él también lo así.

•|°' Usper ... otra historia más '°|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora