8~ Doctor

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Marque al número que Kale me había entregado y le pedí al doctor que viniese, tras obtener su afirmación fui directo con Cris, hoy había sido un pésimo segundo día para todos...

Entro lento, para no asustarlo, pero puedo escuchar su corazon volverse loco y el olor de su miedo, leí su mente...

"No sé hacer nada bien... soy un inútil! No puedo siquiera no meter la pata! Si solo pudiese ser mejor... debo ser mejor... quizás así la Ama Kale no me castigue como la última vez... debo ser bueno, muy bueno, bueno bueno bueno bueno bueno..."

Dudaba que todavía tuviera corazón, pero al sentir como se me oprime el pecho al escucharlo confirmo que sigue ahí.

Suspiro leve y termino de entrar, le veo en esa maldita posición que tiene para pedir perdón mientras todo su cuerpo tiembla, trago duro.

-Cris- le llamo, pero no reacciona, suspiro, aún no escucha... llego a su lado y pongo mi mano en su hombro, enderesandolo, este no opone resistencia, mirando al suelo. Aunque esta temblando...

Hago lo mismo que antes, pongo el índice y el medio en su campo de visión y luego los llevo a mis ojos, este comprende y me mira, se ve tranquilo...

-Cris- le llamo nuevamente -Calmate- ponto mis manos boca abajo y las bajo lento, y suelto lentamente el aire de forma notoria, luego llevo las palmas arriba y las elevo, inhalando e inflando el pecho, le veo imitarme con algo de dificultades pero luego de un rato se ve mucho mejor.

Ya no esta pálido...

Extiendo mi mano hacia él y tomo su mano, me levanto y le insto a hacer lo mismo, obedece y me sigue cuando comienzo a caminar.

Llegamos abajo y siento su pulso dispararse de nuevo, su olor impregnar el lugar... bajamos las escaleras y este busca apurado con la mirada, posiblemente a Kale, pero me mira a mí al no encontrarla.

-Mi amo... donde esta la Ama Kale?...- su tono es bajo, tembloroso y cargado de miedo, pero de aceptación también...

-Se fue- señalo la puerta y este me mira incrédulo, luego sonríe muy levemente y luego vuelve a verme, aunque no a los ojos, solo la barbilla...

-Gracias mi amo, muchas gracias- dice bajo y notoriamente aliviado.

-Ven- lo llevo a los sillones y me siento, este se dispone a sentarse frente mía pero le detengo y decide sentarse a horcajadas sobre mis piernas, sonrio leve.

A Dante le cargaba esta posición, recuerdo como se resistía cuando lo forzaba a ella, pero a este chico parece no molestarle... llevo mi mano a su cabello y este se tensa leve, cierra los ojos fuerte.

Le acaricio suavemente el cabello y lo llevo a mi pecho, recostandolo suave sobre mi, siento su corazón bombear acelerado, jadea leve.

Sigo acariciandole con cuidado y paciencia, necesito que se relaje...

Luego de un rato parece incluso disfrutar de la caricia, llevando su cabeza cauto hacia mi mano y relajándose.

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No sé con exactitud cuanto tiempo mi amo ha acariciado mi cabello pero es maravilloso, siento que estoy flotando del gusto, no quiero que pare...

Siento que aparta su mano pero yo me quedo como antes, recostado en su pecho, aunque sea una osadía...

Siento su dedo contra mi hombro, tocando suave y seguido, queriendo llamar mi atención, me aparto de él y le observo, solo hasta la barbilla.

Veo su mano que señala una parte en la habitación y veo hacia allá, es una vampiresa, aunque a diferencia de la gran mayoría a las que he tenido el placer de conocer ella no es curvilínea, es más, es bastante plana...

Cautivo de su InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora