Capitulo 6: Helado de Fresa

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Su relación había mejorado, conversaban un poco mas todos los dias siempre de lo que le gustaba al menor de los dos. Si Bakugo preguntaba ya sea por alguno de sus programas, libros o cualquier cosa de su pleno interes Shoto comenzaba a hablar por horas de ello, no era plenamente consciente de en que momento deberia parar su habladuria por lo que continuaba y continuaba hablando de lo que le gustaba hasta que algo interrumpía dicha platica, ya fuera la hora,el hambre o el sueño.

El ojirubi observaba al chico hablar nuevamente de uno de los libros que habia leído en su niñez, bostezo un poco mirando el reloj sobre la pared, era media noche y el había tenido unas intensas clases ese dia, sin embargo no se veia capaz de callar al mas joven.

—¿Katsuki?¿se...siente bien?—

El rubio salio de su ensoñación al escucharlo, alzo una ceja y se atrevió a revolver sus cabellos, pasado él tiempo el bicolor le permitió tocarlo un poco y solo en muy pocas zonas, como su muñeca o cabello.

—Nada bastardo, y ya te he dicho que puedes hablarme de tu, no soy tan viejo solo nos llevamos por unos pocos años—

—Uhm pero aun así es mayor que yo. En los programas que veo o en mis libros se les habla de usted a las personas mayores...—

El bicolor entrecerro su mirada intentando entender y finalmente se rindió dejando escapar un suspiro sin cambiar en ningún momento su gesto frío y neutro.

—Aja aja, vamos a dormir, ya casi son la una de la mañana—

Vio el cuerpo ajeno tensarse de pies a cabeza y suspiro dándose un golpe mental por soltar aquello sin mas, el sueño si que le afectaba su actuar, se acercó a el tomándolo de las muñecas suavemente cuando lo vio comenzar a respirar con dificultad anteponiendose a que se lastimara

—Tranquilo helado de fresa, solo nos pasamos por un rato tu hora de dormir, esta bien ¿si? Vamos a tu habitación.—

Le indico caminando con el tembloroso chico que apretaba sus manos en puño murmurando algo que el no lograba escuchar, se ponía de esa manera o peor cuando su rutina era interrumpida, el lo sabía y ultimamente estando juntos habia días en que no lograban seguir perfectamente esa linea trazada en la vida de Shoto, Shoto estaba tan centrado en sus propias cosas que no se percató de aquel nuevo apodo que le fue dado esa noche, se tranquilizó al pasar los minutos y con ayuda del mayor, Bakugo agradecía haber aprendido a calmar al menor.








[...]







La rutina del bicolor se habia vuelto propia, aunque había algunos cambios en la misma de vez en cuando que el rubio intentaba que no afectara al bicolor.

Como el echo de que tenia un almuerzo preparado para sus ratos libres entre sus propias clases, o que aveces se quedaban con el auto detenido en un enorme parque cuando iban a las citas de terapia, Shoto miraba con cierto anhelo a las personas que se paseaban con tanta normalidad por el lugar, Bakugo sentía una pequeña necesidad de cuidarlo y quizás ayudarle a salir un poco mas aunque eso era difícil de hacerse. Había otras cosas distintas, como que algunos días los dos juntos preparaban dulces en la cocina, o se dormían tarde aunque terminará con Shoto en una pequeña crisis. Eran mínimos cambios que Todoroki con costos aceptaba de buena manera, casi siempre.

El cenizo miraba fijamente el cielo estando recostado en el pasto del campus de su universidad cuando sintió a alguien sentarse alado suyo

—¿crees que sea buena idea sacar al helado de fresa afuera?—

—¿helado de fresa?¡ah te refieres a el! Uhm ¿no dijiste que le tenia miedo a las personas y esas cosas?—

La voz animada de Kirishima se escucho mas cerca suyo y finalmente decidió levantarse para mirarlo

—Bueno si, pero siempre que pasamos por ese parque se le ve tan entusiasmado...como si añorara algo— explicó recordando aquel brillo en la mirada bicolor.

—Bueno por lo que dijiste su padre no lo deja salír desde niño, quizás si le dices de salir uhm...¡oh!¿que tal hacerlo de noche? Hay menos gente — propuso con entusiasmo el de cabellos rojizos

—Podria ser, espero al helado de Fresa le parezca...suele ponerse mal si no le gusta algo y no quiero tener que verlo asi— murmuro mientras intentaba pensar una manera de salir sin alterar al menor.

El de cabellos rojos observó con curiosidad a su amigo, llevaba unos pocos meses cuidando del hijo menor de los Todoroki y parecía preocuparse sinceramente por su bienestar, se le hacia lindo ver a su mejor amigo así de preocupado por alguien. Aunque no se lo diría, quería vivir.

Dulce Inocencia #¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora