Dulce Inocencia #¹

Capitulo 9: Normalidad

Después de que ambos pasaran una agradable noche en el exterior en aquel enorme parque observando el precioso cielo estrellado comenzó a ser costumbre que ambos salieran de vez en cuando nuevamente para hacer aquella misma actividad, claramente solamente por las noches y siempre en el mismo parque, si no lo hacian al menos una vez cada tantos dias Shoto se enojaba bastante.

Bakugo aún no quería arriesgar al chico de ojos dispar a salir durante el dia, donde estaría rodeado de muchisima gente que podría ponerlo mal, aunque quizás estaba siendo demasiado protector con el. El rubio se estiro levemente mirando el cielo azul que estaba sobre su cabeza, se acomodo él bolso en su hombro antes de adentrarse a la universidad.

Había salido mas tarde de lo usual ya que el bicolor no quería tomar el desayuno sin la maldita leche de fresa que hace poco se había convertido en su obsesión después de que la viera siendo promocionada por uno de sus programas de tv favoritos, y que también se había acabado del refrigerador ya que la tomaba constantemente, así que tuvo que salir al minimarket mas cercano para comprar mas. Camino a pasos apresurados hacia el interior del salón y saludo a su profesor en cuanto entro, pese a haber salido tarde parecía ser el primero en llegar a sus clases.

Esperaba que Shoto estuviera bien en sus clases también.

[...]

Shoto se encontraba sentado sobre el tatami con la mesa frente suyo con varios libros y cuadernos sobre este mismo mueble acomodados perfectamente en orden mientras escuchaba lo que la profesora frente suyo le explicaba.

—Bien joven Todoroki, en unos cuantos meses podrá graduarse finalmente y debería pensar en escoger alguna carrera para la universidad, conozco profesores excelentes que podrán darle clases—

—¿Carrera para la universidad?— el lápiz dejo de moverse sobre las hojas de la libreta y levanto la mirada en su dirección con neutralidad manteniendo su mirar en los labios de la mujer.

—Si joven Todoroki, ha llevado muy bien todas sus clases, y a avanzado con excito. Así que esta por graduarse de la preparatoria, yo y los otros profesores creemos que ya esta mas que preparado para escoger una carrera universitaria —

La mujer mayor guardaba los libros en el interior de su maletín, ella y los demas profesores que impartían clases al menor ciertamente le tenían bastante cariño y sentían cierta compasión hacia su persona, después de todo llevaban años conviviendo con el.

—esta bien, ¿tiene una lista que pueda leer de carreras para universidad Profesora?—acepto y cuestionó con tranquilidad aunque su cabeza era un pequeño lio.

[...]

—English Breakfast, Irish Breakfast, Earl Grey, Darjeeling tea...—

Lo primero que escucho en cuanto puso sus pies dentro de la cocina fue al menor nombrar aquellos tés que se encontraban dentro de aquella caja que habia sido enviada por el hermano mayor del chico hacía días y que aun tenía bastante contenido dentro.

Suspiro esperando a que acabara de hacer aquello colocándose cerca de donde se encontraba el menor dejando la bolsa que traía consigo donde se encontraban varios panmelon sobre la mesa, se recargo contra la misma de espaldas observándole atentamente hasta que Shoto finalmente acabo su pequeña actividad y dirigió su mirada a su persona enfocando sus ojos bicolores sobre los zapatos ajenos, sin mirarlo directamente.

—Hey idiota ¿que te tiene tan nervioso hoy eh?— cuestionó en cuanto pudo el rubio mientras el bicolor se encargaba de guardar aquella caja en la alacena y sus manos daban golpecitos sobre la madera. Solo visualizando la actitud contraria y sus gestos podía saber que algo le pasaba.

—La profesora Usagiyama me dijo que ya estaba por graduarme de la preparatoria, que pensara en una carrera que estudiar pero no se que debería elegir, me dio una lista de carreras donde podría hacerlo muy bien—explico el de ojos heterocromicos rápidamente mirando a cualquier parte de la cocina que no fuera el ojirubi que estaba de brazos cruzados simplemente escuchándole.

—Ya veo, aun quedan meses ¿no? No te presiones Shoto, podemos probar todas esas mierdas de carreras hasta que una te convenza— le alento, no queria verlo estresado y que eso acabara en una crisis, Bakugo estiro su brazo queriendo tocar con sus dedos sus cabellos bicolores pero al ultimo momento se abstuvo de ello. Todoroki giro sobre sus pies para darse la vuelta y estar de frente suyo asintiendo con la cabeza a la propuesta del mayor de ellos. —Comamos el maldita panmelon que traje, ¿quieres que te prepare una de esas mierdas de té que te gusten eh?—

—Si por favor Katsuki...—

—Bien, ve a esperar a la sala, tu maldito programa de niños debió haber empezado ya—

Al escuchar eso él menor solamente salio apresurado a encender la televisión y comprobar si ciertamente su programa favorito ya había empezado como el mayor le dijo. Katsuki le observo irse y solo cuando lo noto afuera se dispuso a colocar el agua en la tetera para preparar el dichoso té que le gustaba al contrario. Sabia que Shoto aun tenia ciertos problemas al encontrarse con aquel objeto y estaba dispuesto a siempre distraerlo para evitar ese mínimo mal trago para el.

[...]

Ambos chicos se encontraban sobre el mantel de color lila que habían llevado aquella noche, el bicolor estaba sentado tranquilamente con la cabeza en alto observando el cielo estrellado.

—Helado de fresa, es hora de irnos— Bakugo musitó en voz baja pese a que se encontraban solos en esos momentos. Los ojos bicolores se cerraron con una mueca de disgusto como si estuviera por hacer un berrinche por tener que acabar ese momento que era de su total agrado pero simplemente asintió con la cabeza —Ya eres menos berrinchudo que antes Shoto, andando, vendremos otra vez en otro dia ¿bien? —

Ante aquella promesa el bicolor sonrió de manera sutil y casi infantil haciéndole soltar una mínima carcajada al de cabellos rubios. Ambos se levantaron y Shoto se encargó de doblar la manta perfectamente para poder irse finalmente al auto que los esperaba.

El viaje fue sumamente tranquilo, Katsuki lograba darse cuenta de la paz que le brindaba a Shoto esos momentos de escape al exterior, y eso le daba una sensación de cosquilleos de alegría y orgullo, por ser el quien se encargaba de darle esa nueva experiencia, esa paz y libertad que parecía necesitar.

Cuando llegaron bajaron del auto, y Shoto se sujetaba de su playera como siempre mientras caminaban al interior de la enorme casa tradicional. En cuanto entraron se encontraron con aquel imponente hombre esperándolos en la entrada.

—Mierda...— gruño bajo el ojirubi mientras dedicaba una mirada al heterocromico que se había quedado estático sobre su sitio.

—Shoto, es bueno verte bien...hijo—

La voz imponente del hombre se escucho por todo el lugar, y eso no hizo mas que alterar al bicolor.