capítulo 29 - puro deseo 🔥

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Andre: Entonces hay que estudiar mucho, para ser abogado se hace difícil, ¿no Martín? - André habló y Martín asintió. -  Más ser delegado lo hace aún más difícil.

Martin: Pero Andre lo hizo. - dijo Martín. Es perfecto, ¿no es así, Alicia? Realmente un gran padre y cabeza de familia.

Alicia: Bueno, es muy responsable.

Martín: Escuché que era ele tú príncipe en caballo blanco.

André: Miranda, ¿quieres ir a comer algo? - André se dio cuenta de que Martin querría iniciar un alboroto. - Me encantaban esos quesitos.

Miranda: Vaya, yo también.

Andre: Parece que estamos sincronizados. - los dos se fueron y dejándome a solas con Martín.

Martín: Wow, ese André es perfecto.

Alicia: Es genial, pero no es perfecto. - Tomé mi copa de vino y me la bebí, por más que me estaba divirtiendo tenía miedo de que Martin hiciera una escena.

Martín: No, es perfecto, mira a Miranda, es su segundo padre.

Alicia: A ella le gustaba mucho, me alegro de que mi hija se haya acercado a él y es una gran influencia para ella.

Martin: Sabes que no entiendo Alicia, te alejaste de mi por mucho tiempo y para que? Para estar cerca de él, para dejarlo ser parte de tu vida. - Martín habló en voz baja pero era claro que estaba molesto. - No me sorprendería que te acostaras con él.

Alicia:Martin retira eso, o me voy a enojar mucho contigo.

Martín: Lo siento Alicia, pero no puedo entender, ojalá estuviera cerca, ojalá estuviera contigo.

Alicia: ¿Qué no puedes entender? ¿Que puedo encontrar a alguien además de ti? ¿Que si no haces lo correcto, alguien más lo hará?

Martin: Entonces, ¿realmente estás diciendo que algo pasó entre ustedes dos?

Alicia: No, yo no tengo y ni tenía nada con él, deberías preguntarme antes de que empieces a acusarme, ¿dónde está el hombre maduro que conocí? Ultimamente has estado actuando como un adolescente. - Martin dejó de hablar y me miró fijamente. - Si alguna vez quieres ser parte de mi vida, debes dejar de actuar como un adolescente cuando las cosas no salen como quieres o cuando sientes que no puedes manejar una situación,iré a buscar algo de beber y siempre es agradable hablar contigo Martin.

Salí de allí muy enojada, quería gritarle, pero me contuve, por mucho que se lo mereciera.
Entré a la cocina, respiré, me apoyé en el mostrador, no había nadie más, todos estaban afuera, terminé maldiciendo a Martín, no fue por despecho, sino para desahogarme, se comportaba como Sérgio, me acusó sin siquiera preguntarme, actué como si yo tuviera la culpa si alguien sentía eso por mí.

Actuó como un adolescente celoso y me afectó, pero ¿por qué estaba feliz de que estuviera CELOSO de mí? ¿Por qué sentía mi cuerpo vibrar de emoción y un loco deseo de besarlo? Como un imán, Martin entró en la cocina como si nada hubiera pasado, pasó junto a mí y tomó una botella de vino, se detuvo frente a mí y sonrió.

Fue entonces cuando me di cuenta, aunque sabía que era un idiota, actuando como un idiota, lo quería, lo quería, lo quería en mi vida. Porque en el fondo lo entendía, después de todo yo también me sentía como una adolescente a su alrededor.

Martín: ¿Qué tal un poco más de vino? - me ofreció Martin, sabía que si continuaba en esta cocina me rendiría ante él, pero no podía ser así, sino sabría que me tendría demasiado fácil.

Alicia: No, ya estoy satisfecha. - Iba a salir, pero caminó más rápido y bloqueó la puerta.

Martin: estoy muerto de celos, no se ni como puedo seguir sin obtener satisfaccion de lo que el quiere contigo.

Alicia: ¿Por qué eres maduro?

Martín: A la mierda la madurez, estoy celoso Alicia, estoy poseído, solo puedo pensar. - No podía creerlo. - En ustedes dos bailando y riéndose de él. -Terminé riéndome, para mí eso era solo un baile, pero para él era ser ruidoso.

Alicia: Era solo un baile.

Martín: No lo parecía. - Respira hondo. - Alicia, vine a ver cómo estabas, Miranda me contó todo lo que pasó. -  Se acercó a mí y retrocedí unos pasos. -

Alicia: Cambias de agua a vino, no puedo entender.

Martín: Me haces esto, me vuelves loco. - Sentí mi espalda apoyarse en las gradas y Martín se acercó aún más, prácticamente poniendo nuestros cuerpos. - Me vuelves loco Alicia. - Puso sus manos a cada lado, sosteniéndome. - ¿Sabes cómo pasé este mes? Cuando no lloraba, te olía en la ropa que dejabas en casa, Abrí tu foto de whatsapp solo para verte y escuchar tus viejos audios para escuchar tu voz.

alicia: ¿podrías llamarme?

Martin: Cuántas veces marqué tu número, pero no tuve el coraje de completar la llamada. - Sintió sus labios rozar los meses. - Quería que me besara, solo para poder caer en la tentación de sus labios.

Alicia: Siempre lo tuve al otro lado de la línea. - Nuestros labios estaban tan pegados, que con cada palabra se rozaban más.

Martín: Fui un idiota, un pendejo y sé que eso no cambia nada, pero jodidamente te amo.- Martín jaló la parte de atrás de mi cuello y movió mis labios, fue un beso lleno de anhelo y tan apresurado que sentía que nos íbamos a morir si no nos besábamos, su lengua invadía mi boca y wow como lo extraño Martin me apretaba cada vez más contra la banca, sentía que nuestros cuerpos se iban a fusionar, sentía cada contorno de su cuerpo, mis manos en su cintura, apretando esa carne y su mano en la nuca, arañándome y tirando de mí cada vez que me apartaba para tomar un poco de aire. - Alicia, mi amor, me muero por devorarte en este banco. - Tal vez si no era la bebida la que hablaba por ella, pero yo sabía que mi cuerpo se estremecía y vibraba, no era por el vino sino por las ganas.

El marido del amante de mi maridoOnde histórias criam vida. Descubra agora