capítulo 32 - Miranda me miró.

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Estuve un rato estudiando la expresión de Martín, a Martín le pareció misterioso pero para mí era muy transparente, estaba a punto de llorar, no sabía si era de tristeza, porque no vi tristeza en sus ojos, tal vez de la emoción, me tocó a mí tomar tus manos entre las mías y mirarte a los ojos, esa mirada inexplicable, hermosa y única porque no hay otro Martin en el mundo.

Alicia: Lo quiero todo, pero no puedo decidirlo ahora. - el acepto. - Sabes que aun tengo mucho que arreglar la vivienda y todo lo demas pero aunque estoy pensando en vivir aqui no quiero ver mas a sergio y no quiero que sepa ni donde vivo ni esas cosas así, no quiero nada en mi vida a partir de ahora. 

Martín: ¿Y el divorcio?

Alícia: Me ocuparé de los abogados y eso es todo, no quiero ni verlo. - Martín se rió, sabía que estaba feliz, la idea de no ver a Sérgio nunca lo hizo feliz.

Martín: ¿Y nosotros? - Me miró expectante.

Alicia: Nosotros... y una cosa puedo decir que me perdí mucho. - Se rió de una manera tan linda que terminé robándole un beso. - No creo que sea el momento adecuado para que asumamos algo.

Martin: ¿Te refieres a tener una relación?

Alicia: Sí, lo digo más por el sello y porque estás viviendo en otra ciudad.

Martín: Sabes que puedo venir todos los fines de semana a verte.

Alicia: Quiero verte bien, me moriría de preocupación.

Martín: Yo se que quería pero haría cualquier cosa por darte un beso y un abrazo, solo quiero estar contigo.

Alicia: ¿Aunque esté en otro lugar?

Martín: ¡Sí! - Él sonrió.

Alicia: Ay Martin... - me dio un besito rápido

Martín: Perdóname – pidió mientras repartía varios picotazos.

Alícia:¿Ah, de verdad?

Martín: ¡Sí! Mordió mi labio inferior y tiró. - iremos a Río conmigo, pasaremos una semana allí, luego iremos a la casa de la playa de tu hermana...- Su lengua se desliza en mi boca, realmente no quería devolverle el beso a Martin, porque en cualquier momento mis hijos podían salir de casa y vernos pero era imposible negarse a un beso de Martín. - Llevamos a Miranda y Gonzalo, vamos a dar un paseo, disfrutemos del río, los cuatro.

Alicia: ¿Entonces quieres que vaya con nosotros mis hijos? - De verdad eso me hizo muy feliz, incluso preguntándome si lo hacía para complacerme o porque le gustaban mucho mis hijos.

Martín: Me gustan, me gusta la forma en que Gonçalo confía en mí, le gustaba que Miranda me quisiera cerca.

Alicia: Me gusta el hecho de que te gusten mis hijos. - Martín me da un besito.

¿Madre? - Al escuchar la voz de Miranda y solté la silla, ella nos miraba sorprendida, antes de que pudiera decir nada corrió hacia la casa.

Miranda entró a la habitación y cerró la puerta, eso llamó la atención de todos, Gonzalo se levantó y vino hacia nosotros, él sabía lo que había pasado, creo que todos los presentes lo sabían.

Mi hijo me animó a entrar, pero tenía miedo de su rechazo, creo que si Miranda me rechaza me pondré muy triste, entré lentamente y Miranda no cerró la puerta con llave, me estaba esperando.

Martín: Si me necesitas, llámame. - dijo Martín, se dio cuenta que tenía que ser una conversación entre madre e hija por lo que prefería el espacio más sinceramente lo prefería conmigo pero era mejor así.

Entré y Miranda estaba acostada en la cama, verla así me dio un nudo en el corazón y una tristeza, por ella y por Gonzalo haría cualquier cosa, mataría y moriría por ellos, al final aguanté todo para ELLOS.

Alicia: Hija...- Pasé mi mano por su cabello. - No sé si podría hacerlo sin tu aprobación y la de Gonzalo, sabes que tu aprobación es mucho más importante para mí.

Miranda: Gonzalo... ¿sabes?

Alícia: si! Ella se enteró cuando yo ni siquiera sabía lo que estaba pasando

Miranda: ¿Ahora te estás besando con un chico jóven   - Sé que no fue su intención pero ese tono que usó me ofendió, Fedora siempre decía esa palabra, una vez incluso se refirió a mí así, pero no me ofendió, porque sabía que mi hermana no decía para ofenderme, pero el tono que usó Miranda fue ofensivo.

Alicia: No quiero que uses esa palabra en ese tono ofensivo.

Miranda: Lo siento mamá, no quise ofenderte. ¿Fue Martin quien te hizo salir con chicos más jóvenes que tú?

Alicia: Miranda, nadie hizo nada, me hizo quedarme con nadie.

Miranda: ¿Por qué no? Madre besas a un hombre que podría ser tu hijo.

Alicia: ¿Qué tiene que ser Martín?

Miranda: Siempre pensé que sería André. fruncir el ceño

Alícia: que?

Miranda: Nunca pensé que Martin haría eso. - Mi pobre hija Martín hace eso y muchas cosas más que ni se imagina. - André es muy simpático y te sienta mejor.

Alícia: estas bien?

Miranda: Solo estoy um poco molesta... porque me gustava Martin, pero está bien mamá, acepto tu relación con Martin.

Alicia: ¡Está bien! - Me levanté, fui a la puerta, Martín estaba sentado, sacudiendo las piernas, sabía que la opinión de mis hijos es importante para mí. - Martín, ¿puedes venir aquí, por favor? - Saltó y vino rápidamente hacia mí.

Martín: ¿Estás bien? - Preguntó nervioso.

Alicia: Sí, lo es, acaba de saber de ti. - Le hice sitio para que entrara y tranquilicé a Gonzalo, que gracias a Dios no heredó la carrera de su padre, sí tenía buen corazón.

Miranda estaba en la misma posición, Martín se sentó a un lado y yo me paré en la puerta observándolos, Martín tomó la mano de Miranda, debo reconocer que mi corazón se llenó, era muy importante para mí que mis hijos aceptaran a Martín y que ella quisiera vivir con ellos...

Miranda: ¿Usted y mi madre están saliendo?

Martín: ¡Sí!

Miranda: ¿De verdad te gusta?

Martín: Y la amo Miranda, Alicia fue la única que despertó algo en mí, despertó algo dentro de mi corazón, Miranda, amo mucho a tu madre, a pesar de mis errores, haría cualquier cosa por ella, solo quiero te veo feliz, no soy perfecto, pero cada día trato de encontrar a alguien mejor para tu madre. - Miranda me miró.

Miranda: Mamá, ¿vamos a vivir con Martín?

Alicia: No hija, no demos un paso más grande que la pierna. - Ella estuvo de acuerdo.

El marido del amante de mi maridoOnde histórias criam vida. Descubra agora