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Yue Muzuhara fue una de las primeras hechiceras en el mundo, hace más de 1000 años, sin embargo entre los demás hechiceros, ella era conocida como una bruja al poseer más tecnicas malditas que otros hechiceros. Yue ha sido considerada u...
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—¡NO PUEDO CRERLO! Tanto que quería ver a ese zorro, ¿y ahora me sales con que ya no lo tienes? —preguntó Satoru fastigiado a la rubia.
—¡No es mi culpa! Ni yo sabía que podía irse o no, no se si luego lo podré invocar. ¡Ya déjame en paz maldito loco! —le gritó Hana furiosa apretando muy fuerte sus puños que hacían temblar sus muñecas mientras estaba parada frente a él de puntitas con la cabeza en alto para querer estar a su altura pero sus 163cm eran inútiles para alcanzar los 190cm del peliblanco.
—Idiota, eres una I-d-i-o-t-a. —la insulto Satoru riendo mientras empujaba la frente de la rubia con su dedo índice.
Hana bufo furiosa para después tirarle su bolso a Gojo pero esta ni si quiera lo toco debido a su técnica.
—¡SATORU! ¡Voy a matarte! —gritó molesta.
Hana corrió a él para quererlo golpear pero rápido fue detenida por Yuta interponiéndose en su camino y tomándola de la cintura levantándola sobre su hombro, aún así Hana seguía pataleando y moviendo sus manos en dirección a Gojo que se burlaba de esta.
—Ya basta Gojo-sensei, no es culpa de Hana-san que no pueda invocar a ese zorro. —le dijo Yuta mientras seguía deteniendo a la rubia.
—No la defiendas Yuta. Hana no puede ocultar su torpeza, no puedo creer que sigas igual de torpe.
—¡¡AHH!! —gritó la rubia entre dientes furiosa causando que los bellos de los hechiceros se erizaran debido a la gran energía maldita que está soltaba.
—Me voy. —se despidió Satoru dándose la vuelta rápidamente y huyendo del lugar.
Yuta la soltó y soltó un suspiro dejándose caer al suelo de espaldas tomando por sorpresa a Hana que se giró y se puso de conclillas frente a él mirándolo.
—¿Que te sucede? ¿Estas bien? —preguntó preocupada por el pelinegro que respiraba muy fuerte.
—Si... es que... Rika se puso ansiosa cuando dejaste salir tanta energía maldita, es difícil tratar de que no salga. Te agradecería mucho si a la próxima avisarás. —río nervioso sentándose.
Hana lo miró sería a los ojos poniendo nervioso al chico el cuál rápido evitó el contacto visual con la rubia la cual al darse cuenta que estaba sonrojado sonrió.
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