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Yue Muzuhara fue una de las primeras hechiceras en el mundo, hace más de 1000 años, sin embargo entre los demás hechiceros, ella era conocida como una bruja al poseer más tecnicas malditas que otros hechiceros. Yue ha sido considerada u...
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Desde la sala de estar de la casa de Satoru se podían escuchar los gemidos de ambos, Megumi subía las escaleras fastidiado, no siempre venía a la casa donde pasó parte de su infancia antes de mudarse a los dormitorios y cuando lo hacía se encontraba con algo así. Al caminar por la habitación de Gojo no pudo evitar voltear a ver a la puerta que estaba entre abierta, pensaba cerrarla para no seguir escuchando esos gemidos. Estaba por cerrla cuando la imagen de Hana arriba de Satoru sonriendo mientras se movía de adelante hacia atrás abrazando y pegando el rostro Satoru en sus pechos lo dejó en shoock.
—Mierda. —dijo sin pensarlo dos veces.
Hana rápidamente miró a la puerta dejándose caer al otro lado de la cubriéndose con la sabana, Satoru reaccionó en seguida cubriéndose junto a Hana para mirar sobre su hombro.
—¿¡Que creen que hacen ustedes!? Pueden tener la misma edad pero Hana sigue teniendo 18 y es tu alumna. Gojo-sensei cada día me decepciona más y tú Hana... te creía mejor como para caer en manos de Satoru. —se dio al vuelta para salir de la habitación azotando la puerta detrás de él.
Hana chillo cubriéndose el rostro con las sábanas, Satoru solo río bajo.
—¿Estaba enojado? Podría decir que estaba celoso.
—¿¡Que tonterías dices!? Esta enojado, más que enojado. —le dijo Hana levantándose de la cama para comenzar a vestirse.
—Hana, no dirá nada, Megumi es un buen chico... demasiado de hecho. —se sentó en la cama cubriéndose con la manta de la cintura para abajo.
—Será incómodo, mierda, será muy incómodo.
Hana se quitó las medias para tirarlas aún bote de basura en la habitación. Satoru se levantó con la sabana todavía en su cintura para tomarla de la mano y acercarla a él.
—¿No vas a cambiar de opinión verdad?
—¿Sobre que?
—El bebé...
—Claro que no, tendremos ese bebé si o si, haré lo que sea para librarme de Sukuna y Yue. Pero no será hoy, se que te viniste dentro y me haré cargo de que no pase nada.
—Entonces estamos bien. —le sonrió tiernamente y Hana sonrió para acariciar su rostro.
—Eres un idiota... pero no podría vivir sin ti. —le dio un beso en la comisura de los labios haciéndolo sonreír.
Hana se terminó de vestir para salir de la habitación, pero al bajar las escaleras se encontró con Megumi que también iba de salida, aceleró sus pasos para salir de la habitación primero pero al final ambos iban por la misma dirección. Subieron al ascensor solamente los dos, Hana se pegó a una esquina mordiendo sus uñas nerviosa, miró de reojo a Megumi que solo veía al frente con una mirada más seria de la normal.
