Clark Kent, más conocido como Superman, miraba una y otra vez el mensaje que le había llegado a su celular, donde le decían que fuera a Ciudad Gótica para ver como su esposo le ha estado mintiendo; obviamente no iría, ya que confiaba en su esposo, pero le intrigaba saber quién le había enviado ese mensaje y porqué lo había hecho, pensaba en pedir ayuda para rastrearlo, pero aún no se encontraba muy convencido.
Decidido a no pensar más en eso dejó el móvil y se fue a entrar para distraerse de ese hecho.
Lo que no sabía es que era observado por quien le había enviado el mensaje, molestándose, ya que su plan había fracasado; pero el objetivo no estaba perdido, tenía un plan de respaldo, que era enviar el mismo mensaje, pero a los hijos de él protector de Ciudad Gótica.
—Hermana, ¿No tienes la sensación de que alguien nos está observando? —consulto Robin a Martha.
—No, para nada —respondió mientras se sentaba a su lado con un bol lleno de pop corn—. Apúrate, quiero saber que si el lobo matará a la hija del vampiro y la humana —señaló a la televisión de la sala para que continuara la película.
—Te lo digo, siento que nos están observando —reitero preocupado—, aunque debe ser Miles con su camuflaje.
En ese instante, los celulares de ambos hermanos vibraron, pensaron que tal vez era un mensaje de uno de los muchos grupos de WhatsApp en los que estaban, pero estaban muy equivocados. Era el número desconocido que anteriormente le había escrito a su padre, con gran extrañeza, abrieron el chat.
—¡Qué raro! Un número desconocido me escribió diciéndome que deberíamos visitar a nuestro padre en Gótica a las 3:14 en el callejón 314 —expresó extrañada la heroína.
—¿A ti también te llegó ese mensaje? —cuestionó igualmente extrañado el de la fuerza y la contraria asintió— ¿Deberíamos ir?
—Tú sabes que a papá Bruce no le gusta que vayamos si no está planeado —le recordó—, aunque eso siempre me ha parecido extraño, la verdad.
—Mmm...es que todo esto está muy raro, si no es una broma, ¿Qué es lo que quiere que veamos? —preguntó intrigado—, también podría ser una trampa.
—Pero ya me pico la curiosidad —confesó—, ya sé, vamos un rato, avisándoles a algunos para nos resguarden si pasa algo, si es una broma, rastreamos el número y lo mandamos a la cárcel —propuso Martha.
—Te apoyo, aunque creo que meter alguien a la cárcel por una broma es demasiado —se levantó siendo seguido por su hermana—, les diré al resto de los Titanes que nos cubran —comunicó escribiendo en su teléfono.
—Incluso a tu gran amigo Victor —bromeó haciendo que el otro pusiera una cara de desagrado logrando que ella riera—; ya deberían hacer las paces, recuerda que nuestra pelea no trajo nada bueno, menos la de ustedes.
Robin no respondió, solo le hizo una seña para que se vayan. Como tenían que ir sin ser notados, no podían agarrar ninguna nave; así que Martha llevo cargando a su hermano hasta Ciudad Gótica, específicamente, un callejón antes del que les habían especificado en el mensaje, esto con el propósito de que fueran con cautela para que no fueran vistos.
Ambos se acercaron lentamente, casi sin hacer sonido; cuando voltearon la esquina para llegar al punto especificado, observaron con asombro y terror, como su padre golpea con brutalidad a un criminal; su traje que suponían antes era blanco, ahora era de un rojo total; sus brazos y piernas estaban dobladas en direcciones opuestas a la normal; su cara estaba llena de moretones y cortadas, mientras que el criminal sólo atinaba a gritar débilmente por el dolor, ya que no tenía fuerza suficiente para hacerlo fuerte; aun así, Batman seguía golpeando sin piedad.
Ambos jóvenes nunca creyeron que el padre que los había criado con tanto amor y respeto, quien junto a su otro padre les habían inculcado valores intachables, fuera capaz de esa masacre; lo único que podían sentir al verlo ya no era el amor de un hijo a un padre, en su lugar ahora sólo había miedo.
Sin esperar más, Robin corría hacia él y lo empujó lejos, el protector de Gótica se había parado rápidamente para defenderse del ataque, pero en cuanto vio a su hijo se quedó sorprendido, este lo veía con espanto y algunas lágrimas en los ojos, cuando quiso acercarse vio como retrocedió visiblemente aterrado, entonces decidió irse. Cuando salió de su vista Robin llamó a su hermana para que llevara a esa persona agonizante a un hospital, él tenía que avisarle de esto a su papá Clark; Martha hizo caso de inmediato, cuando cargo al sujeto, sintió como si fuera un trapo, posiblemente todos sus huesos estarían rotos.
Pasaron las horas, ambos adolescentes volvieron a el complejo, siendo recibidos por Clark, quien sentía mucha pena, preocupación y enojo dentro de su corazón, aún podía creer lo que le habían contado; tantos años siendo engañado, tantos años escuchando mentiras, tantos años creyendo que su esposo le decía la verdad cuando le decía que había cambiado, todo era falso. Pero ahora tenía que mantenerse fuerte por sus hijos; viendo como en sus caras denotaba la decepción y el miedo por haber presenciado eso, él llegó a presenciar tal acto un par de veces antes del supuesto cambio, así que sabía perfectamente por lo que sus hijos estaban pasando, o no.
En ese instante Bruce entró por la puerta principal, viendo a su esposo sentado en el sillón, tratando de darle confort a sus hijos; pero apenas los tres lo vieron, Clark mando a sus hijos a sus habitaciones, sabía lo intenso que podría tomarse la conversación, ya que tenía que hablar seriamente con él hombre que le había mentido por más de veinte años.
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Bueno, eso es todo por ahora, nos leemos en la próxima 😉
