6.

85 10 0
                                    

Capitulo 6-.

-No digas nada y sígueme- me ordenó. Sin especular palabra alguna, lo seguí.

Decir que tenía miedo, no me alcanzaba. No podía mirarlo sin sentir esa sensación en mi nariz de querer llorar.

Se puso frente a mí y lo inspeccioné con la mirada. Le notaba muy distinto, más delgado por así decirlo; sus rulos, un poco más largos y un mechón que caía sobre sus ojos.

-No tienes nada que hacer aquí-dije con valentía, como enfrentándolo.

-Estás preciosa-dijo marcando una sonrisa marcando sus hoyuelos. Una de esas que te quitarían el aliento.

-No entiendo como saliste Luis.

-Buena conducta-espetó triunfante.

-¿Por qué mandaste a tus tontos amigos a golpear a Ariana? Casi muere-dije desde mi garganta y con ira.

-Fue solo una advertencia. Podía haberles dicho que lo mataran-dijo con satisfacción

-¿Entonces, piensas que vas a venir y voy a caer ante tí?-cuestioné furiosa-Luego de lo que me hiciste, ni loca. No soy un juguete.

-Mira-dijo tomando mi muñeca con fuerza-Pongamos, las cosas en claro. Tú eres mía. Hicimos un juramento.

-El juramento ya se rompió, Luis-grité tirando mi brazo, soltándome-Se rompió cuando casi me matas.

-Nadie te cree-dijo desalentándome mientras se aproximaba a mí-Todos piensan que eres una perra por acusarme de esa forma. Si te golpeé fue por las drogas.

-Eso no es cierto. ¡Tú lo inventaste!-dije mientras me tragaba las lágrimas-Me hiciste nunca olvidarlo por esta asquerosa cicatriz-exclamé más fuerte mientras le mostraba el inicio en mi hombro derecho de esa horrible marca.

Miré hacia un lado y Lauren se hallaba allí, oyendo mi conversación con Luis.

-Espero verte pronto, corazón-susurró en mi oído para después, marcharse.

Lauren corrió hacia mí y lo primero que hizo al tenerme frente a ella fue secarme las lágrimas delicadamente.

Mis ojos se conectaron con los suyos; azules casi grisáceos. Rodeé mis brazos en su torso, uniéndonos en un abrazo que me ablandó el corazón completamente como para dejar fluir las lágrimas. Ella respondió y sobó mi espalda tratando de tranquilizarme. Comencé a sentirme rara. Quise deshacer el abrazo por miedo, pero al mismo tiempo, quería congelar este momento y que durara por siempre.

Me transmitía calma. La conozco hace poco tiempo, pero... no, no voy a enamorarme. Al menos, no por ahora. Además de mis antecedentes amorosos, soy alguien con una vida muy complicada para una chica como ella. Si algo le pasara, no me lo perdonaría jamás.

Deshice el abrazo y apenas pude distinguir su figura. Mis ojos vidriosos no me permitían ver claramente.

-No quiero verte llorar nunca más-dijo su fina y dulce voz casi musitando-Y no me importa quién es él, eres demasiado hermosa como para estar así. Vales mucho.

¿Bastaba decir que era un sol? Pareciera que el cielo, harto de mis plegarias buscando redención o que las aguas se apacigüen. No solo me mandó calma, si no un ángel. Uno de nombre Lauren Jauregui.

Pero... ¿ella sentiría la misma atracción que yo? El tiempo lo diría.

La sombra. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora