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Ariana me acompañó a casa ya que al ser invierno, oscurecía más temprano y no era muy lindo pasearse muy de noche por donde se encontraba el cementerio. Durante el camino, trataba de despejarle la mente. Sabía que la muerte de Ally le había afectado más que a cualquiera de las chicas o incluso, más que a mí.

Desde que Ally se mudó aquí, ella y Ariana fueron inseparables, y aunque elegieron otras escuelas al entrar en preparatoria, seguían en contacto. Cuando Ariana y yo entramos a la pandilla ya estaba oficialmente desintoxicada de cocaína, y fue ahí cuando conocí a Luis y... bueno, el resto es historia.

Llegamos a la calle donde se hallaba mi casa y me sorprendió ver a Lauren sentada en el cordón de la vereda.

¿Cómo supo donde vivo? Cada día que pasaba a su lado me gustaba un poco más.

Caminé hacia ella y la abracé por detrás. Noté que se había asustado, pero al darse vuelta, solo sonrió.

-¿Qué haces aquí? -le pregunté- Nunca te dije donde vivía.

-Tengo mis contactos-dijo con superioridad.

En ese momento lo supe. La amaba. Era la única persona capaz de hacerme sonreír en el peor momento, la que me hizo creer nuevamente en el amor. No quería arruinarlo. ¿Perdería la oportunidad por desconfianza? ¿Me atrevería? ¿Y si ella no sentía lo mismo?

Golpeé levemente su brazo y luego la tomé suavemente del cuello para poder capturar sus labios en un beso.

Sabía tan bien, la extrañaba. Y así pasó. Sin darme cuenta, caí enamorada de Lauren Jauregui.

Oí a Ariana carraspear la voz y nos dimos vuelta. Nos miraba levantando una ceja. Le pedí que nos dejara solas, ya que necestaba hablar con Lauren. Saludé a mi mejor amiga con un abrazo y un gran beso en la mejilla, luego se retiró.

Invité a Lauren a pasar y accedió. Al abrir la puerta con la llave, entramos a la casa tomadas de las manos, y como esperaba, mi madre nos vio.

-Hola hija-dijo algo sorprendida. Miró a Lauren y sonrió-¿Quién es tu amiga?

-Soy Lauren-respondió con una sonrisa.

-Es nueva en la ciudad-agregué.

Silencio incómodo.

-Un gusto conocerte Lauren-dijo mi madre rompiendo el silencio.

Ella sólo dijo "igualmente" antes de subir a mi habitación. No quería que ella me viera con Lauren porque sabía que después tendríamos una charla, o más bien, un sermón.

Ambas nos recostamos en la cama y nos quedamos abrazadas un largo rato. Puse mi cabeza sobre su pecho, oyendo los latidos de su corazón mientras ella acariciaba mi cabello y jugaba con sus puntas enredándolas y desenredándolas entre sus dedos. Mis pensamientos aún estaban en la luna, pensando en lo ocurrido hace menos de 24 horas.

Suspiré fuertemente.

-¿En qué piensas, Camz?-me preguntó buscando mi mirar.

Me encontré con sus ojos y no pude ocultar lo que me ocurría

-¿Es sobre lo de hoy, eso que me ibas a contar?-Asentí mordiendo mi labio inferior-. Recuerdas que dije que si me necesitabas...

-Ibas a estar-completé-Lo sé.

-Entonces, ¿puedes decírmelo?.

Asentí nuevamente y me dispuse a contarle lo sucedido.

Es verdad que Ally falleció, pero obvié decirle como fue que ocurrió, porque no quiero asustarla.

-Lo siento mucho-dijo algo apenada-Creo que no debí preguntar.

-Está bien-respondí casi en voz baja-. Necesitaba descargarme ¿sabes?

-Mira, no soy muy buena en este tipo de cosas, pero piensa en esto. Ella está bien, y si la recuerdas con una sonrisa, será mejor-me aconsejó-Hey-agregó acariciando mi mejila con su pulgar y tomó mi rostro entre sus manos-Todo estará bien.

Besó mi frente y me abrazó.

Me senté en su regazo y hundí mi cara en su cuello cerrando los ojos con fuerza, dejándome cautivar por su dulce y suave perfume.

-Gracias Lolo-susurré delicadamente en su oído.

Hay veces que aún no creo cuán afortunada soy. Una chica como ella es difícil de encontrar, y yo la tenía. Estaba enamorada, algo que creía imposible para mí en la etapa que me encontraba en este momento, considerando mis actuales inseguridades. Bueno, nunca fui muy segura de mí misma, pero con el tiempo mi autoestima bajó un poco más. Pero con Lauren... cuando estaba a su lado... era raro.

Lauren se fue una hora antes de que mi madre me llamase para que vaya a la mesa a cenar. Bajé las escaleras rápidamente, y al llegar, vi a mi madre parada en la puerta de la sala. Stephanie terminaba su plato de comida. ¿Por qué no me había llamado antes?

-Stephanie, ve a tu cuarto por favor-dijo mi madre firmemente.

Mi hermanita tenía una expresión de confusión en su rostro. Solo se paró y pasó por mi lado casi ignorándome. Subió las escaleras y al escuchar que la puerta de su habitación se cerraba, mi madre comenzó a hablar.

-¿Por qué trajiste a esa chica aquí? ¿Es tu novia no?-cuestionó enojada.

No entendía por qué se enojaba. Sé que en su momento le oculté lo mío con Luis, pero si traje a Lauren aquí es porque lo que menos quiero es ocultárselo. Aunque, ahora que lo pienso, hubiese sido mejor que no la hubiese hecho pasar.

-¿Y qué si es mi novia?-grité-Mamá, no estoy para tus reproches. Estoy pasando por un momento muy difícil en mi vida, ¿si? Y si pudieras entender eso, me dejarías en paz.

-Yo solo quiero protegerte-dijo con un tono de voz más bajo que la última vez que habló. El oír eso me dio mucha más rabia.

-¿Tú? ¿Protegerme?-dije irónica-Lo que menos has hecho estos dos años fue eso. Sé que perdí tu confianza, pero no puede ser que creas que tratas de ayudarme. Te mientes a ti sola.

Estaba demasiado enojada. No podía entender cómo podía ser tan cruel. Noté que se había callado; no sé que era peor, que admitió que hizo mal en ignorarme o la acción. Subí las escaleras sin especular una palabra. Cerré la puerta detrás de mí y sentí las lágrimas rodar por mis mejillas. Las limpié con la manga de mi camiseta y me tragué el llanto nuevamente.

A pesar de todo lo que he dicho, extrañaba a mi madre. Ella siempre fue buena, pero... con lo que pasó prefirió alejarse antes de involucrarse en lo que podría estar pasándome. La extraño mucho. Sus abrazos, sus consejos y su positivismo. Aunque odio que a veces me psicoanalice, me gustaba tener una charla con ella.

Me cambié la ropa y me puse el pijama. Me tapé con las sábanas y traté de dormir. Cerré los ojos y me hundí en mis sueños.

Esa misma noche, en la madrugada, oí ruidos en mi habitación. De repente, sentí que alguien ponía su mano sobre mí. Creí que era Steph pidiéndome que durmiera con ella por alguna pesadilla... pero no. Al despertar y ver quien era, tuve la necesidad de gritar.

n/a: perdónnnn, tardé mucho en actualizar, prometo prometo estar más activa. gracias <3

La sombra. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora