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Mi teléfono empezó a sonar. Al sacarlo del bolsillo decía 'Llamado Lauren'. Oh, había olvidado que nos veríamos. Hice una mueca de frustración que todos notaron.

-Responde, no hay problema-dijo Normani.

-No, esto es más importante ahora-dije casi a punto de apretar el botón rojo, pero me detuvieron.

-Atiende-dijo Ariana con un tono raro en la voz. Me paré de mi asiento y atendí.

-¿Dónde estás?-dijo su voz preocupada-Ya todos han salido y tú no.

No sé como zafarme de esta. Olvidé por completo que nos encontraríamos a causa de lo de la amenaza y Luis. Relamí mis labios y tomé un respiro antes de responder.

-Veámonos a las cinco en el parque, justo en la entrada donde está la fuente-espeté.

-Ok-respondió- ¿Te ocurre algo Camila?-agregó.

-No-dije con un nudo en la garganta-Nada.

Hice una pequeña pausa. Antes de cortar la llamada, con la boca reseca le dije:

-Te quiero Lauren. Y mucho.

-Yo igual.

Corté y volví a sentarme en mi lugar junto con las chicas. Seguían hablando de lo que recientemente aconteció; aún me carcomía la mente el solo pensar en que le pase algo a alguna de nosotras. Lo que más pensaba, era en... ¿y si soy yo? ¿Y si quiere terminar conmigo? Si muero, todo terminará por fin y tal vez deje en paz a las chicas. ¿Cómo moriría? ¿Dolería? ¿O sería una muerte digna e indolora?

Les comenté a las chicas que debía irme lo más pronto posible porque tenía un pequeño compromiso. Ally se ofreció a acompañarme, así que nos despedimos y comenzamos a caminar lo que teníamos hasta llegar a su auto.

Ally era una de las chicas más dulces que jamás conocí. Dispuesta a ayudar a los demás, y tenía en todas las ocasiones el consejo justo. También, era una chica apuesta; pelo castaño claro, de tez clara y rasgos muy finos. Lo que más me llamaba la atención eran su fina voz.
Cuando llegamos al auto, me senté en el asiento del acompañante y directamente, me quedé mirando hacia abajo, poniendo atención a como jugaba con mis dedos y la tela de mis mitones.

Ally arrancó el auto y me llevó a casa.
Durante el camino y cuando un semáforo se puso en rojo, rompió el silencio preguntando:

-¿En qué piensas, Camila?

Levanté la vista y la miré directo a los ojos.

-En nada-respondí poco convincente.

-Si es por lo de la amenaza, sé que estaremos bien. Solo debemos cuidarnos, como dijo Normani-dedujo.

Admiraba su positivismo. Nadie, ni siquiera la persona más buena en el mundo, tendría eso que ella tenía. Marqué una media sonrisa y el auto volvió a ponerse en marcha.

A los minutos ya estaba estacionando en la puerta de casa. Abracé a Ally fuertemente, casi como si no la volviese a ver jamás.

-Te quiero amiga-le dije.

-Yo igual, Mila-respondió mientras deshacíamos el abrazo. Besó mi mejilla dulcemente y salí del auto. Mientras se iba, la saludé con un ademán.

Entré a casa y verifiqué si había alguien. Por suerte, no había nadie. Mamá aún estaba en el trabajo, y Steph avisó que estaría en lo de su mejor amiga.

Dejé mi mochila en un rincón de mi cuarto y me fijé en la hora. Las cuatro con quince; por suerte, tenía tiempo para beber algo e irme a encontrar con Lauren.

Bajé a la cocina y de la nevera, saqué la botella de agua. Busqué un vaso del fregadero, lo enjuagué y me serví. Me tomó solo segundos dejar el vaso vacío. Cuando estoy preocupada, se me seca la garganta. No podía quitarme esa imagen de la cabeza. El pañuelo ensangrentado y la nota. Cuentas pendientes nos quedan. Prepárense que muy pronto, uno de ustedes caerá. Mi corazón comenzó a bombear sangre más rápido de lo normal, y sentí como me costaba respirar. Respiré hondo tratando de tomar aire lo más que pudiese.
Sacudí mi cabeza un poco y subí a mi cuarto a sacar del armario un tapado más abrigado ya que el frío me helaba los huesos y con una campera no bastaría. Mientras salía, saqué un cigarro y mi encendedor del bolsillo. Lo puse en mi boca y lo prendí. Fumar no era un vicio para mí. Raras veces lo hacía, y hoy tenía la necesidad de hacerlo.

En lo que llegaba al parque, ya casi estaba totalmente consumido. Tiré la colilla y la pisé para apagarla. Llegué donde habíamos acordado y esperé muy poco, ya que a lo lejos, podía ver que ahí llegaba. En lo que caminaba hasta llegar a mi lado, nos dedicábamos miradas. En algunos momentos reía de lo tonta que se veía hacer eso, pero no me importaba mucho.

Ya frente a mí, planté un pequeño y poco prolongado beso en sus labios. Tomó mi mano y nos pusimos a pasear un poco en el parque en lo que hablábamos de todo. Pasar tiempo con Lauren era de lo mejor. Su compañía me era excelente, amo estar con ella. Me gusta cómo me hace sentir con el simple roce de su piel con la mía; sentía chispas y la piel se me erizaba. Era una sensación extraña, pero bella a la vez.
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Aplasté la colilla del cigarrillo en el tronco del árbol y la tiré por ahí. Y casi al instante, algo tuvo la atención de mis ojos. La vi. A ella, a la chica con quien tenía cosas pendientes, la perra que tuvo la valentía de cortarme el rostro y la primera por quien sufrí. Estaba de la mano de otra chica. Maldita perra. Tenía que hacer algo. Tal vez averiguar de quien se trata la chica en cuestión y darle su merecido. Pero primero lo primero, debía seguir con mi plan en marcha.

Al llegar a mi vacío departamento, tomé mi navaja y me encerré en el baño. Cada vez que tenía un brote de violencia y no podía descargarme con nadie o nada, me descargaba conmigo mismo. Esta vez, dejé 6 cortes en mi brazo derecho, y ya estaba mejor.

Ahora, debo pensar en lo que acontecería mañana. Uno de los miembros de la pandilla de Hamlinton caerá. Pero no será Camila Mi próximo objetivo es quien menos piensan.

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nota: se vienen cosas re fuertes!!!! gracias por las leídas, los votos y los comentarios!!!! seguramente actualice el lunes, van a llorar mucho :( bueno chau

tw: @harrypasivo

La sombra. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora