Capítulo XXXIV

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Venecia;

Miedo, un profundo y terrible miedo. En mi vida solo lo he sentido dos veces. La primera, el día en casi pierdo a los gemelos y hoy. En este preciso momento siento que el alma se me ha escapado del cuerpo. Mis manos tiemblan y sudan. Los gritos e intentos de mi abuela para que salga del estado de shock en el que me encuentro son inútiles. Limpio las lágrimas que bajan por mis mejillas con brusquedad. Mis manos están esposadas. Fulmino con la mirada a la persona que se encuentra delante de mí. ¿Cómo pudo ser capaz? ¡Maldita perra! Jamás sentí tantas ganas de matar a alguien como ahora. Christopher le hizo saber a la ex teniente James que yo había sido la asesina de su madre, ella intentó dispararme y el Vor se interpuso entre la bala y yo. Mi cabeza palpita de dolor. Ella quiere el control y no se lo pueda permitir. Si él llega a morirse estaré fuera de control y necesito tranquilidad. Perder al padre de mis hijos y a mis hijos me haría perder la cabeza. La diferencia entre Angelo y yo, es que ella si asume lo que es.

-Mami _La voz de Milenka me saca de mis pensamientos. Limpia las lágrimas que aún me quedaban en el rostro con sus pequeñas manos. Besa mis mejillas intentando sacarme una sonrisa. Piensa que Christopher se fue de viaje cuando la verdad es que está luchando por su vida en la habitación contigua.

-Papi regresará pronto. La tía Vicky me lo prometió _Inquirió con una sonrisa. Sus ojos son iguales a los de su padre. La siento sobre mis piernas y acaricio su cabello. Rachel no nos quita la mirada de encima. No me gusta utilizar a los mellizos para lastimar a la ex teniente. Abrazo a la niña y ella me corresponde.

-Sí, pequeña. Regresará y seremos una familia los seis. De no ser así te prometo que voy a pintar un lienzo precioso para compensarlo _Le digo y asiente emocionada. No tiene la menor idea de que por lienzo me refiero a la cabeza de su madre como adorno en mi cuarto. Me dejo revisar por las exigencias de mi abuela. Los gemelos están bien y mi ánimo aumenta cuando Ilenko me informa que Christopher se encuentra fuera de peligro.

-Mi amor _Musito casi en un susurro. Muerdo mi labio inferior para que las lágrimas no salgan. La bala le dio en el hombro. Fue una suerte. Mi tío y abuela desconocen que Rachel intentó dispararme, de ser así ya me hubieran dejado matarla.

-Si tienen que dispararme para que me digas algo así, creo que me lastimaré más seguido _Susurra el Vor sobresaltándome. Golpeo ligeramente su brazo sano. Nos quedamos en silenico durante unos minutos.

-¿Por qué lo hiciste? _Prengunté. Christopher frució el ceño. Un largo y profundo suspiro fue su respuesta. Sé que preguntar algo así está fuera de lugar, es evidente la razón. Llevo a sus hijos dentro de mí. Creo que eso justifica su acto.

-Te lo dejé bien claro, Venecia, mis hijos y tú, son mi prioridad _Asegura. Mi corazón comienza a latir más rápido de lo normal con sus palabras. Beso sus labios tantas veces como puedo. Antoni puede hacer lo que quiera, mientras tenga al Vor de la mafia rusa a mi lado, tendré las fuerzas para acabar con mi progenitor de una vez por todas.

Cinco meses después;

Observo mi reflejo desnudo ante el espejo, mi abdomen creció considerablemente. Sonrío de lado al notar el reflejo de alguien más detrás de mí. Christopher coloca la mano sobre mi vientre. Sus comisuras se elevan en una perfecta sonrisa cuando siente a nuestros bebés moverse.

-El tiempo pasa muy rápido. El silencio y la tranquilidad de tu padre es motivo de preocupación _Rompió el agradable ambiente con sus palabras. Estoy consciente de que los últimos cinco meses de tranquilidad son una clara señal de que Antoni se está preparando para atacar. Desde que Rachel escapó de la mansión Romanov no hemos sabido nada de ella. Mis intentos por recuperar a Damon han fracasado. No quiero pensar en las cosas que le estará diciendo nuestro progenitor en mi contra. El único consuelo que me queda es que está bien.

Ramé[CM#2]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora