Me acuerdo de ti

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Ya había pasado una semana desde que Mikey entró al club del periódico. En estos días estuvo bastante ruiseñor y en exageración amable, incluso estar con su tutor no lo incomodaba.

Es cierto que las primeras veces fueron bastantes incómodas y más porque él chico solo hablaba de matemáticas, ni siquiera un:

"hola" o un "¿Cómo estás?"

No, solo matemáticas, pero solo por el hecho de que estaba en el club de periódico, bastaba para llenar su ser de alegría, soportando estar con su tutor. Claro siempre llevando su disfraz, al no querer arriesgarse de que aún podría reconocerlo, y bye, bye, a su queridísima moto.

Si, tal vez estar con Takemichi no le gustará mucho, pero podía aguantar, faltaba poco para que terminara el año escolar.

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Las clases había llegado a su fin y le tocaba ir con su tutor, está vez incluso podría decir que no sentía nada de nervios por lo feliz que estaba gracias a lo ocurrido en la cafetería.

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Estaba en la cafetería de la escuela, comiendo felizmente un dorayaki, pero un estúpido (Baji), lo empujo por accidente, lo que provocó que soltara su dorayaki. No pudo evitar gritar furioso haciendo que gran parte de la cafetería saliera corriendo aterrados al conocer su fama de ser muy buen peleador. Parecía que era el fin de Baji, porque para Mikey métete con cualquier cosa menos con su comida. Estaba a punto de darle una fuerte patada, al menos esa era su intención, hasta que sintió como en su mano era depositado una pequeña bolsa de plástico, con algo adentro, curioso miro su mano, viendo una bolsa que contenía un dorayaki.

—Toma Mikey. — Se lo había dado Kazutora. Le sonrió feliz y le dio unas cuantas palmaditas en la cabeza antes de irse del comedor.

Para muchos lo que hizo Kazutora fue evitar una catástrofe, pero para Mikey fue como dar el anillo de compromiso que iban a usar en su futuro boda.

A pesar de ser raro lo que pensó, se encontraba extremadamente feliz.

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Estaba en la biblioteca acomodando su disfraz, acompañado de Chifuyo: un chico de dieciséis años que iba en primer año, desde que entró se hizo muy amigo de Baji y por lo tanto de él también. Él chico estaba estudiando alado suyo, haciendo anotaciones del libro que leía para enseguida pasar a otro libro y hacer lo mismo. Baji los había acompañado a la biblioteca, porque estaba aburrido, al estar solo, no podía estar con Draken a este ser arrastrado por Pah-chin a una cita forzada con Emma por venganza de su tarea fallida.

—Haber déjame ver si entendí Mikey: estás diciendo que te gusta Kazutora, un chico que conociste apenas hace una semana, del que no sabes absolutamente nada, más que su nombre y edad, del que solo porque te dió un dorayaki junto con unas cuantas palmadas para evitar mi muerte, cosa que tú lo mal entendiste como entrega de anillo de compromiso. Ya solo por eso lo reclamas como tuyo.

—Así es Baji y no lo malinterprete. — Afirmó, haciendo su coleta.

Chifuyo al escuchar a sus amigos prefirió no decir nada, a no querer comentar nada sobre que a Mikey le gustara Kazutora, al sentirse algo incómodo sobre el tema.

—¡Ah! ¡Y yo qué! Yo te conocí primero. — Hizo un pequeño puchero recargando sus brazos atrás de la silla en dónde estaba sentado.

—Baji ya te dije que jamás. — Su tono de voz era desinteresado. — Tu no eres tan especial como Kazutora, y yo quiero que mi primer beso sea con alguien especial.

Un beso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora