Cálidas manos

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Mikey cada día confirmaba más que odiaba los lunes, era muy difícil levantarse y más cuando no estaban sus hermanos para despertarlo ni Ken-chin: Emma estaba en una pijamada con una de sus amiga y de ahí se iría a la escuela. Shinichiro se había ido a trabajar mucho mas temprano de lo normal a su trabajo, como mesero en el local de comida rápida, a cumplir su cuarto aniversario el lugar, por lo cual había evento todo el día, viniendo mucha gente por lo que tenía que preparar todo y Ken-chin... aún no había contestado ninguna de sus llamadas ni mensajes.

Estaba triste y preocupado, nunca había estado tanto tiempo enojado. Hablaría con el llegando a la escuela.

La mirada de Mikey era triste, a Ken-chin a no haberle contestado, pero le saco una sonrisa el ver la bolsa de estampado de oso con solo un dorayaki a la mitad adentro, sin duda era de los mejores dorayakis que había probado. Estiró su mano a la pequeña mesita de noche donde estaba la bolsa con la carta arriba, la tomo entre sus manos para ponerlas en su pecho. Realmente le había conmovido el detalle de Takemichi tanto que el también quería hacerle algo así de bonito. Esto hizo que sonriera a lo grande y se pusiera feliz, le iba a dar algo a Takemichi que lo hiciera tan feliz como lo hizo con el. Tomo sus cosas para dirigirse a la puerta del departamento, abrirla e irse, tenía que ir en transporte público a no venir Ken-chin.

—Oh, hola Mikey.

A escuchar como lo llamaban cuando salió del departamento volteo a ver atrás de él. Sonrió aún más ampliamente a ver de quién se trataba.

—Hola Kazutora ¿Cómo estás?

—Bastante bien y tu.

—Bien y ¿Takemicchi? — Pregunto a no ver al chico.

—Se está poniendo ungüento.

—Ungüento ¿por qué?

—Es que ayer Takemichi se estrelló contra la puerta de nuestro departamento, por accidente y le salió un gran moretón en la frente.

Mikey se sobresalto ante la respuesta. El sabía que no había sido un accidente, sino que que el salvaje de su hermano había aventado al pobre de Takemichi afuera del departamento.

—¡Pero! — Grito de repente Kazutora.  — ¡Takemichi no sabe mentir! ¡Cuándo lo hicimos el interrogatorio entre yo y Wakasa, al fin dimos con la verdad, un salvaje lo aventó aunque no conseguimos el nombre, pero entre Wakasa y yo no vamos a encargar de ese idiota!

Kazutora se veía realmente enojado, lo que sorprendió a Mikey, al no haber visto enojado a Kazutora desde que lo conoció, siempre había sido un chico bastante tranquilo, pero ahora que lo ve bien si tiene cara de loco que golpea con fierros, que tontería está pensando, Kazutora no es ese tipo de personas bueno espera... Mejor piensa en una manera de evitar la muerte de su hermano mayor que no sabia pelear y por la gran fuerza que sintió cuando Wakasa lo aventó y no cree que Kazutora sea débil por su compostura, por lo que está seguro que su hermano no tendría oportunidad alguna contra ellos dos.

—Eh ¿por qué estás tan despeinado? — Lo miro un rato a ver lo mal hecha que estaba la coleta.

—¡Ah! — Volvió en si con la voz de Kazutora. — Bueno digamos que el que me peina siempre no está. — Dijo con tristeza.

El no se sabe peinar, sus hermanos o Ken-chin siempre lo peinar como ninguno estaba tuvo que peinarse, dando su mejor esfuerzo, pero no salió exactamente como quería.

—¿No te sabes peinar Mikey?

—No...

—No te preocupes yo te peino. — Se puso atrás de Miley tocándole el pelo un poco, pero con la misma velocidad que lo tocó lo dejo. — Cla-claro si tú quieres.

Un beso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora