🌾Capitulo 17🌾

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El Bosque se oscurece.


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Nora.

Todo estaba oscuro a mi alrededor, solo podia sentir el frio calandome los huesos por el fino vestido blanco que me llegaba hasta los muslos. Podía sentir el ardor en mis pulmones debido a esa baja temperatura, y como mis pies desnudos se congelaban por el contacto de la nieve, que se metía entre mis dedos de los pies. Al mirar al frente, solo podia ver las siluetas de los arboles por la oscuridad que bañaba el lugar. La nieve comenzó a caer lentamente,y al mirar hacia arriba pude notar como cada copo de nieve que caía en el lugar con una bruma frívola y lujubre. Podía verlos teñirse de rojo a medida que caían hacia el suelo nevado. Fue entonces cuando seguí uno de ellos con la mirada, el cual se derritió en una de las palmas de mis manos, las cuales estaban manchadas con la misma tintura roja que los copos a mi alrededor. Aún sin inmutarme por eso, mire hacia el frente. Me quedé helada, inmóvil, porque hay estaba yo, reflejada en un alto espejo. Pero me veía aterradora, con el vestido ahora cubierto de manchas rojas o salpicaduras, con los brazos desnudos cubiertos de esa misma sustancia. Con los colmillos afilados, rozándome los labios, los ojos nublados de rojo y las venas negras como las ramas de un árbol deteriorado bajo mis párpados. Entonces una gota se creo en uno de mis colmillos, goteando y deslizandose lentamente por la esquina de mi boca, justo en ese momento me di cuenta que la sustancia que me cubría era sangre, y al mismo tiempo de percibirlo senti algo pesado en una de mis manos, al mirar, note que sostenía un corazón, un corazon humano.

Y todo cobro sentido.

El corazón.

El corazón de Vanitas.

Al soltarlo este cayó al suelo, manchando la nieve. Mire al frente cuando el sonido del espejo agrietandose resonó en mis oídos. Cada pieza de vidrio cayendo al suelo, cerca de mis pies, cada uno sonando estrepitosamente. Cuando esté cayó por completo y despareció de mi vista, un sentimiento de vacio me abarco, y me quedé inexpresiva al verlo, al ver cómo una gran luz lo enfocaba en el medio de la hierba dónde la nieve no cubría, yacia su cuerpo sin vida, rodeado de un charco de sangre con un hueco donde tendría que estar su corazón.

Y solo me quedé parada allí, sin sentir el mínimo arrepentimiento por eso, sin sentir dolor por su perdida.

No sentía nada.

— Nora. Nora. — mis ojos se abrieron de golpe, con el corazón en la boca de lo acelerado que estaba, debido aquella pesadilla. Al mirar a Erin, mis ojos se abrieron horrorizados, porque una de mis manos se estaba aferrando a su cuello con fuerza sin dejarla respirar. Mi mano solto su cuello como si quemara y la mire sin aliento, llena de arrepentimiento. Ella tosió y me miro con una mueca de dolor acariciando su cuello. 

La Nieve Roja ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora