¿Qué haces cuando aquel amor que té terminó por destruir por completo en tu pasado, ingresa de nuevo a tu vida como si los años no hubieran pasado?
a) Lo recibes con los brazos abiertos.
b) Lo matas.
c) Simplemente lo ignoras, porque para ti está mu...
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. . .
. . Nora.
Nora despierta desorientada, y con un fuerte dolor en su cabeza dónde de esta una gota de sangre cae al suelo, se da cuenta que mientras dormía alguien la golpeó con un artefacto que es capaz de herirla y hacer que la cicatrización sea lenta. Ella se para tambaleante, pero poco a poco recupera su fuerza y se da cuenta que está en el patio interno del Castillo, pero que la niebla lo cubre por todos lados. Ella busca sus dagas pero no las encuentra, y es en ese instante que se queda paralizada al sentir esa presencia que durante días a esperado encontrarse con ella. Y por instinto, automáticamente pone sus manos en su vientre dónde se da cuenta la razón del porque lo hizo.
Y es que aún no puede procesar esa información.
Está embarazada, está embarazada de Vanitas. Y pasará lo que pasrá va a proteger a su bebé, lo que significaba que ahora más que nunca tenía que ganar, porque tiene una razón para vivir.
La niebla se dispersa frente a ella y la Luna Azul le sonrie desde la distancia, Nora la miro con completo repudio y sus dientes rechinan entre si por el rechazo que le tiene al verla.
— Hasta que al fin nos encontramos.— ella habla con una gran sonrisa malvada.
— Luna Azul. — formulo Nora con los dientes apretados y la mandíbula tensa. Con solo verla parada allí, n una pieza sentía como el Odio que le tenía poco a poco iba emergiendo por su cuerpo y era algo que Nora no podía sentir, así que solo pensó en su bebé, pensó en ella como Megan le dijo, pensó en el futuro brillante que tenía que crear para su hijo o hija. Tomó aire por la nariz, y miro fijamente a la Luna Azul, cerró los ojos, y se quitó el telecomunicador que comenzaba a sumbar en su oído con molestia, lo hizo trizas con una de sus manos. Estiro sus brazos y con mucha concentración, abrió sus manos y espero.
— ¿Que crees que haces niña? Te rindes tan fácil, lamento decirte que no puedo matarte aún. — Nora sonrió con diversión por sus palabras y la Luna Azul alzó una ceja por su reacción an irracional.
— Durante todo el camino aquí mi único pensamiento, incluso cuando atravesé el infierno y pensé que no saldría de allí, era morir, que pasará lo que pasará iba a morir. Pero sabiendo que te mate haciéndolo, pero sabes una cosa. — Nora cerro sus manos lentamente. — Eso cambio, hace unos minutos ese pensamiento cambió y lo menos que quiero ahora es morirme. — y antes que cerrará su manos completamente sus Dagas se posaron en esta, haciendo así que en el camino hirieran a la Luna Azul en ambos brazos cuando pasaron como flechas por sus costados lo que la dejo, desconcertado por la audacia y la valentía de Nora.
Aunque ella siempre había sido así, y ahora lo veía claramente, esa mirada dura pero valiente, ese porte asustado pero lleno de veracidad, esos ojos que se encendían como llamas al verla. Pero está vez Nora tenía una mirada diferente.